Pueblo Dominicano;
Me dirijo a ustedes, queridos ciudadanos y ciudadanas, desde la serenidad y la responsabilidad que exige la presidencia de la República.
Una responsabilidad que ustedes me confiaron, y que he tratado de agradecer y honrar cada día, dedicándome en cuerpo y alma a servirles.
Ha llegado el momento de dar a conocer a todo el pueblo dominicano y a la comunidad internacional que nos observa, la justa dimensión del proceso que estamos viviendo y mi posición al respecto.
Hace cuatro años, me dirigí a ustedes para manifestar mi decisión de ser candidato a la presidencia por segunda vez.
Quise demostrar, al someterme de nuevo a la votación popular, mi deseo de hacer más y mejor por nuestra gente.
Tengo la conciencia tranquila porque tomamos la decisión correcta.
Y digo que fue correcta por tres motivos:
En primer lugar, porque la reforma constitucional del año 2015 reincorporó la modalidad que contaba con el más amplio respaldo en la sociedad dominicana, es decir, que un presidente pudiese optar por dos mandatos consecutivos.
En segundo lugar, porque el amplio respaldo popular se mostró en las urnas, permitiéndonos lograr la mayor victoria que ha tenido un presidente en la historia democrática del país.
Y en tercer lugar, pero igualmente importante, porque esa confianza nos otorgó cuatro años más para avanzar en la gran transformación de nuestro país y alcanzar, así, nuevos niveles de crecimiento y progreso.
Señoras y señores,
Debo decir que, desde que iniciamos nuestro segundo periodo de gobierno y, a pesar de que nunca hablé de este tema, ni mostré ninguna intención de volver a ser candidato a la presidencia, se pusieron en marcha diferentes campañas de desinformación y descrédito en torno a la posibilidad de que optara a un periodo más de gobierno.
Estas campañas tenían como único objetivo minar el amplio apoyo popular con que cuenta nuestra gestión y evitar cualquier competencia para el proyecto político que intentaba de imponer un sector minoritario del PLD.
Ante esta situación, y siempre con el objetivo de apaciguar el escenario político y permitir el normal funcionamiento institucional y partidario, solicité a tres miembros destacados del PLD y del gobierno, me refiero a los compañeros Felucho Jiménez, José Ramón Peralta y Gustavo Montalvo, que reiteraran públicamente mi decisión de no presentarme para las elecciones del año 2020.
Las declaraciones de estos funcionarios fueron recogidas en los medios de comunicación en los meses de junio, agosto y noviembre de 2017.
El mensaje que se transmitió en ese momento fue que nuestra única preocupación era avanzar en la labor de gobierno, así como generar el ambiente propicio para el surgimiento de nuevos liderazgos en nuestro partido, para dar continuidad al progreso que vive hoy la República Dominicana.
Guiado por este enfoque, en marzo de 2018 me reuní con siete compañeros del PLD que habían mostrado aspiraciones presidenciales, a quienes animé a presentar sus precandidaturas para mostrarle al país que el partido cuenta con rostros nuevos, capaces de renovar la política de la República Dominicana.
Cuatro de ellos, incluso, dimitieron de sus ministerios voluntariamente para dedicarse a tiempo completo a trabajar por sus precandidaturas.
Aún con todos esos anuncios y acciones, la agresividad verbal, lejos de aminorar, se incrementó de una manera despiadada, irrespetuosa y desconsiderada.
En su momento, el Comité Político del PLD me expresó su apoyo mayoritario, consciente de que la campaña contra mi persona y contra el gobierno era injustificada y estaba fuera de todo sentido de proporción y justicia.
He recibido también decenas de visitas y llamadas de representantes de importantes sectores de la vida nacional, preocupados por la posibilidad de que se pongan en peligro los avances económicos y sociales que ha alcanzado nuestro país.
No puedo dejar de reconocer que altos dirigentes del PLD, que forman parte del sector mayoritario de nuestro partido, se han acercado a mí en tiempos recientes, para que pondere la posibilidad de optar por un nuevo período presidencial.
Lo mismo han hecho diversos sectores de la vida nacional, de los más variados estratos sociales.
Muchos miembros del PLD y ciudadanas y ciudadanos independientes, a lo largo y ancho del país, me expresan diariamente su adhesión de mil maneras.
Sin embargo, jamás lo he tomado, ni lo tomo como un halago hacia mi persona. Sino al pensamiento y el proyecto que este servidor, respetuoso de la ley y de la democracia, este dominicano amante de su país, ha llevado adelante, en acciones concretas y palpables para nuestra nación.
Nadie puede erigirse en expresión de su pueblo, si el mismo pueblo no lo elige.
Nadie puede inventar un liderazgo, si una buena parte de sus conciudadano nos no se lo otorga.
Debo confesarles que, todo esto, me llevó a evaluar en algunos momentos la posibilidad de optar por un nuevo periodo presidencial, siempre dentro del marco del respeto a la ley.
Sin embargo, creo firmemente que, por más que ame servir a nuestra patria desde la presidencia de la República, por más que desee seguir trabajando a favor del pueblo dominicano, hay normas y principios que trascienden la labor de un hombre o de un gobierno, y es nuestra responsabilidad preservarlos.
Valores que deben prevalecer más allá de cualquier circunstancia o coyuntura, por difícil que ésta parezca. Porque son los que nos definen como personas, nos definen como políticos y nos definen como servidores públicos.
Uno de esos valores fundamentales para mí es poner SIEMPRE los intereses nacionales e institucionales por encima de cualquier interés particular o partidario y, por supuesto, mantener la coherencia.
A lo largo de estos siete años todos mis esfuerzos y desvelos han estado dedicados a procurar dar fiel cumplimiento, con la ayuda de Dios y el apoyo de mis colaboradores en el gobierno, a cada uno de los compromisos que asumimos con el pueblo dominicano.
Es esa coherencia y esa entrega lo que nos ha permitido establecer una relación de confianza con la gente que ha perdurado durante todo este tiempo.
Hoy, me dirijo de nuevo a ustedes para garantizarles que seguiré siendo fiel a la confianza que el pueblo ha depositado en mí.
Este es y fue siempre mi deseo. Lo expresé hace mucho tiempo. Les dije que cuando termine mi labor como presidente, el único capital que quiero conservar es la confianza y el respeto de la gente, y lo reitero hoy.
Cuando llegue al término de mi segundo mandato y deje la Presidencia de la República, quiero poder salir a la calle a caminar como un ciudadano más y mirar a las personas a los ojos con la tranquilidad que dan el deber cumplido, la honestidad y la humildad.
Pueblo dominicano;
El liderazgo responsable se muestra en los momentos complejos.
Es ahí cuando debemos medirnos con el destino, desprendernos de todo egoísmo y, modestamente, actuar con la responsabilidad y fortaleza que nos exige la Historia.
Nuestro país iniciará muy pronto un nuevo proceso electoral. Un proceso en el que se introducen muchas novedades y que no está exento de desafíos.
Desde mi posición de presidente de la República, llamo al liderazgo político que participará en el proceso electoral del 2020 a actuar con la máxima responsabilidad y transparencia; para que avancemos en la consolidación de nuestras instituciones y que los resultados electorales sean un fiel reflejo de la voluntad democrática del pueblo dominicano.
El pueblo siempre juzga con sabiduría a quienes ejercen la labor de gobierno y a quienes desean ejercerla. Está cada vez más atento en la defensa de las instituciones democráticas y sabrá valorar a cada uno según sus acciones pasadas y presentes.
Confío, por tanto, en que presenciaremos una campaña limpia, basada en propuestas y centrada en llevar bienestar a nuestra gente. Una campaña que inyecte sangre nueva a nuestra vida política y esté regida por el civismo y la sana competencia.
De la misma forma, hago un llamado a los líderes empresariales y sociales, a todo el liderazgo del aparato productivo de la República Dominicana, a mantener la confianza en el país, para que continúe el actual dinamismo de nuestra economía y el clima de estabilidad, que tanto han contribuido al progreso de nuestro país.
Señoras y señores,
No quiero cerrar estas palabras sin hacer llegar, una vez más, mi más sincero agradecimiento a todos y cada uno de los millones de personas que me han mostrado su apoyo durante los últimos 7 años y que siguen demostrándomelo día a día.
Especialmente quiero agradecer a los compañeros miembros del Comité Político y del Comité Central, a los dirigentes medios y de base del PLD, a los senadores y diputados, alcaldes, directores de distrito municipal y regidores del PLD y fuerzas aliadas, quienes se han mantenido a mi lado, mostrándome su apoyo independientemente de cual fuese mi decisión en esta coyuntura.
De la misma forma, a los partidos aliados, encabezados por el PRD.
A todos ellos les digo: tengan confianza, nuestro esfuerzo no termina hoy.
Por el contrario, vamos a acelerar la marcha y a profundizar los cambios.
Tienen mi palabra de que continuaremos dedicados, en cuerpo y alma, a servir a la República Dominicana.
Durante los próximos meses seguiremos impulsando cada iniciativa, visitando cada rincón del país, ampliando los servicios públicos; en definitiva, completando la obra de gobierno que fue nuestro compromiso con los dominicanos y dominicanas y que estamos decididos a cumplir.
Tenemos todavía por delante un año de trabajo intenso, para avanzar en la mejora de las condiciones de vida de la gente.
Que ningún proceso político, ni ningún interés particular o grupal frene nuestro avance!
Dominicanos y Dominicanas, este no es el momento de dudar, ni de temer.
Es el momento de impulsar nuestro país aún más lejos, el momento de defender todo lo logrado con la misma energía, el mismo compromiso y la misma determinación del primer día.
Ahora, precisamente ahora, es cuando este proyecto de nación se hace más fuerte y más importante.
Y lo es porque no le pertenece a este presidente, ni a este gobierno. Les pertenece definitivamente a todos ustedes, dominicanos y dominicanas.
El país de las escuelas de Tanda Extendida, de las visitas sorpresa, de la titulación de tierras, del 911, de República Digital; el país que logró crecer a un ritmo de 7% y sacar a más de un millón y medio de dominicanos de la pobreza. el país que pronto superará el analfabetismo, el país que pronto superará los apagones, el país que pronto superará la pobreza extrema.
En definitiva, el país que está considerado como la Estrella que más brilla en el Caribe, es ya un legado para las futuras y presentes generaciones.
Familia dominicana,
En 2012 les dije: yo no estoy haciendo una campaña electoral, yo estoy construyendo un sueño. Ustedes confiaron en mí y, gracias a esa confianza, hemos logrado ya que gran parte de ese sueño sea una realidad.
Ahora les pido que confíen en nuestro país y en ustedes mismos y que sigan trabajando, con unidad y entusiasmo, por ese sueño.
Por mi parte, nunca me cansaré de servir a nuestra patria, nunca dejaré de poner el oído en el corazón del pueblo dominicano.
Desde el lugar que me tenga reservado el futuro en los próximos años y con la ayuda de Dios, seguiré trabajando para lograr nuevas conquistas; seguiré ayudando allá donde me necesiten; seguiré apoyando a los más vulnerables y luchando por las causas justas.
Porque el amor a la Patria vive en nuestros corazones y no tiene nada que ver con la posición que se ocupe. Se manifiesta en cada uno de nuestros actos y debe acompañarnos allá donde nos toque servir. Ya sea en las más altas responsabilidades o en las más humildes de las tareas.
Por eso, mi solemne compromiso, hoy y siempre, es seguir honrando a la República Dominicana, permanecer al lado de la gente y, por supuesto, enaltecer los valores eternos que nos enseñaron nuestros Padres de la Patria.
Muchas gracias.
Que Dios los bendiga.
Buenas Noches.