PEDERNALES, República Dominicana.- La disposición emitida por el Ministerio de Energía y Minas el pasado mes de junio de clausurar la actividad minera en la provincia de Pedernales en octubre de este año, amenaza con elevar aún más los niveles de pobreza de esa demarcación, debido a que dejará sin empleo a cerca de 400 trabajadores directos y afectará a un gran número de residentes que se benefician de forma indirecta.
Pedernales es la segunda provincia que presenta el Índice de Calidad de Vida (ICV) más bajo del país, según reveló el mapa de pobreza de República Dominicana del año 2014, publicado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).
En ese sentido, el dirigente comunitario Ramón Pérez Volquez indicó con el cierre de las operaciones de la empresa minera DOVEMCO, los pedernalenses dejarían de recibir el significativo impulso económico del que actualmente son beneficiados, por lo que demandan con insistencia al Gobierno dominicano la postergación o eliminación del cierre de ese importante sustento local.
Pérez Volquez, quien es asesor de la Federación de Centros de Madres, sostuvo que los más de 1,300 millones de pesos que se han recibido desde el inicio de las operaciones de la empresa, la convierten en la principal fuente de ingresos en la zona.
“De ahí la gran preocupación e incertidumbre de los munícipes de la olvidada provincia que por la falta de efectivas políticas públicas para su desarrollo económico y social, encuentran el sostén de su economía familiar en la minería”, manifestó.
Pobreza histórica en el Sur
Los resultados del XI Censo de Población y Vivienda de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) evidencian la magnitud de la pobreza de los ciudadanos que residen en las provincias de la frontera dominicana. Al analizar las características de sus hogares y viviendas, una gran parte presentan condiciones de indigencia.
Sobre el acceso al servicio sanitario los datos precisan que el 53 % de los hogares aún usa letrina y para mayor gravedad, el 17 % no cuenta con ningún tipo de servicio sanitario. En cuanto al combustible que utilizan para cocinar, el 23 % todavía cocina en leña y el 10% con carbón. El 64% de los hogares de la frontera no tiene servicio de agua dentro de la casa, el 48 % tiene paredes construidas de madera u otro material de menor calidad y 14% posee piso de tierra.
De igual forma, el 17 % de las viviendas no tiene acceso al suministro público de energía eléctrica, por lo que sus habitantes tienen que suplir sus necesidades de alumbrado con el uso de lámparas de gas (propano o kerosene) o abastecerse de una planta eléctrica propia. Estos datos son precisados en una investigación publicada por el Observatorio Político Dominicano (OPD).
Esas deprimentes condiciones reflejan el nivel de vulnerabilidad de una gran cantidad de personas, que con la paralización de su principal fuente económica se visualizan en la pobreza extrema a corto plazo.