SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cuatro grandes obstáculos impiden a los gays, trans y hombres que tienen sexo con hombres en la República Dominicana un ejercicio total de su ciudadanía, lo que sumado a la violación de otros derechos como el de la salud deberían motorizar acciones por parte de la Administración.
El diario vivir de las personas que viven con el VIH y el Sida y de los grupos vulnerables los enfrenta a una realidad cruda que se traduce en serias discriminaciones como son negligencia y mala atención en la práctica médica, ausencia de privacidad y confidencialidad, discriminación por su orientación sexual y violación de sus derechos laborales.
Las aseveraciones fueron hechas por el director ejecutivo del Consejo Nacional para el VIH y el Sida, Víctor Terrero, al participar el en Primer Foro de Sistemas de Salud Integrales dirigido a concienciar a los tomadores de decisiones.
Recalcó que recientemente el CONAVIHSIDA realizo una investigación diagnostica en 15 Servicios de Atención Integral (SAI) y arrojó que el 56% del personal de salud rehúsa atender a hombres que tienen sexo con hombres y tratan despectivamente a los gays, trans y Personas que Viven con VIH y Sida.
El director de CONAVIHSIDA entiende que es determinante fortalecer las políticas públicas, para garantizar a las poblaciones claves y a todas las Personas que Viven con el VIH y el Sida, un ejercicio pleno de sus derechos humanos.
El gran desafío, sostiene Víctor Terrero, que tiene el país es superar el estigma y la discriminación garantizando la igualdad de todos los dominicanos, enfrentando los obstáculos estructurales que impiden un ejercicio de su ciudadanía.
De otro lado Terrero entiende que en el país hay marcados niveles de desigualdad que se manifiestan en el comportamiento de la epidemia y para ilustrar dijo que por ejemplo la prevalencia de VIH es más alta en familias de más bajos ingresos (1,8); en los gays, trans y otros hombres que tiene sexo con hombres (5%); en las mujeres sin formación escolar (5,4%); los residentes en bateyes (8.9%); jóvenes no escolarizados (2.3%) y las mujeres no escolarizadas se llevan tristemente el galardón de ser el grupo etario con mayor índice (3.9%).