ROMA, 16 de septiembre de 2013 (Zenit.org) – Hacer una llamada telefónica directamente a quien le ha escrito o responder una carta o un e-mail para el papa Francisco es algo normal.

“Dígale a los periodistas que mis llamadas telefónicas no son una noticia”, le dijo el santo padre al director del Centro Televisivo del Vaticano (CTV) en una conversación. De hecho algunas de sus llamadas telefónicas acaban llegando a los medios de comunicación, pero muchas otras, no.

El director de CTV se lo contó a la revista Famiglia Cristiana, un semanal con una edición de 300 mil copias que se difunde en Italia en los kioscos pero también en las iglesias. Y fue noticia.

Famiglia Cristiana reporta las palabras del pontífice: “Yo soy así, siempre hacía esto también en Buenos Aires. Recibía una nota, una carta de un cura en dificultad, de una familia o de un encarcelado y respondía. Para mi es mucho más simple llamar, informarme del problema y sugerirle una solución, si la hay. A algunos les llamo por teléfono a otros en cambio les escribo”.

La semana pasada el santo padre llamó por teléfono a un joven de 15 años en la provincia de Turín, en el norte de Italia. Sufre distrofia muscular y vive con su madre en una casa popular. Michel le escribió y Francisco le llamó por teléfono: “Él me invitó a ir a Roma para encontrarlo”, contó el muchacho.

Un ejemplo que explica esta la actitud del santo padre es uno de sus últimos tuit en el account@Pontifex: “A veces ni siquiera conocemos a los vecinos de casa: esto no es vivir como cristianos". Y hoy a los sacerdotes de la diócesis de Roma reunidos les indicó que las periferias no son solamente la de los pobres, sino también las existenciales, como las que se refieren a personas que se han alejado de la Iglesia y con las cuales es necesario instaurar un diálogo.