De pronto, el concepto “Home oficce” se pone de moda pero, bien visto no es una novedad. Es el recurso que desde hace años desarrollan emprendedores individuales y empresas
Trabajar digitalmente a distancia es una actividad con sus rutinas y códigos a ser respetados. El “home office” no es un pasatiempo. Tiene sus regulaciones y autocontroles que no admite combinaciones con las tareas cotidianas. Tiene su tiempo y su espacio. Sus condiciones espaciales y un compromiso de tiempo, lo que no significa aislarse del hogar sino dar a cada dimensión su lugar. Se debe comprender que el hogar se transforma en oficina, adoptando las previsiones que implica. No hay que ponerse de frac, no se ponga corbata, pero tampoco trabaje con la ropa con que ha dormido. Aplique el sentido común.
El espacio: selecciona una zona determinada para teletrabajar: cómodo, con un asiento adecuado que permita mantener adecuadamente recta y acomodada la espalda y el trasero. Los pies planos sobre el suelo. Se debe contar con luz natural durante el día sin exponerse directamente a sus
rayos, y que permitan que cursen las corrientes de aire, si el ambiente no es cerrado por contar con aire acondicionado.
El soporte para laptop y otros materiales: Se debe contar con espacio para alojar la computadora portátil y zonas a los lados para emplazar documentos, libros o accesorios.
Documentación disponible y cercana, sin dejarse invadir por los papeles. El orden y el ambiente despejado, facilita el Home Office Se deben tener cerca con los documentos base, los libros, los instrumentos base para la labor, en una disposición próxima, pero en una disposición ordenada a la distancia de la necesidad y retirar los que ya usaste para tener espacio respecto de los que necesitaras para seguir trabajando.
Horario. Establecer y respetar un horario determinado, preferible parecido al de la oficina real, incluyendo las pausas y recesos. Es uno de los aspectos mas importantes de ser respetaos.
Se está trabajando por lo que hay que evitar distracciones de todo tipo y especial las digitales. No tener encendida la televisión para “ir viendo algo”, no redes sociales “para estar al día”, no comunicaciones personales que se pueden desarrollar en otro momento. La distracción resta efectividad, productividad y concentración. Las llamadas por teléfono deben estar limitadas al trabajo que se desarrolla. Llamadas personales o de otros ámbitos pueden ser devueltas en el momento oportuno. Por suerte esos aparaticos móviles registran quien llamó, que hora y hasta permite dejar mensajes de voz. Se hace excepción de llamadas de emergencia porque son emergencias.
Hacer pausas para actividad física. Clavarse ocho horas en un asiento a teletrabajar es atentar contra la salud por la vía del sedentarismo, condición que favorece una serie nada
agradable de enfermedades producto de ese tendencial acomodamiento a estar sentados eternamente sin mover músculo alguno. La medida para ejercitarse debe ser: dos horas de trabajo con 10 minutos de caminata u otro ejercicio físico.
Mantener la comunicación necesaria con los pares y ejecutivos. El teletrabajo no deja de ser una labor ejercida de conjunto por un equipo de trabajo, para lo cual hay un conjunto de recursos: teléfono, wasspap, Sky, teleconferencias y las aplicaciones Zoom, House party, Microsoft teams y otras
Establecer al resto de la oficina, que estas trabajando. Familia e incluso mascotas, tienen su momento y espacio para interactuar.
Evaluar por resultados. Si no se puede medir, la tarea no existe o no se hizo, por lo cual es imperativo hacer una relación de tareas pendientes, métodos de trabajo y metas a ser conquistadas en un plazo determinado. Tener claridad sobre los objetivos pendientes y llevar un cronograma que establezca el estado de ejecución para cada paso. Los productos esperados deben ser realizados en los tiempos y condiciones pautadas. De no ser así, lo que hicimos fue vacacionar con la web con una excusa valida.
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