SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Un estudio realizado por Oxfam en ocho países muestra que la República Dominicana es puntera en la normalización de actitudes que violentan a las mujeres, situación que sigue arraigada en el segmento joven de la población.
"Para frenar la violencia contra las mujeres en la región latinoamericana y el Caribe hay que desmontar las ideas machistas en la juventud", expresa el comunicado de prensa.
El control sobre la ropa que usan, las personas que frecuentan, los horarios de salida y llegada, así como la apariencia física son parte de la vida cotidiana de las dominicanas según el estudio que se realizó entre jóvenes de ambos sexos de 15 a 25 años.
De acuerdo con el estudio, en la República Dominicana la juventud ve con normalidad conductas que colocan a las mujeres en situación de desigualdad y dominación. Abusos que atentan contra la libertad y el derecho a la intimidad son vistos como parte del acuerdo social que norma las relaciones de pareja. Por ejemplo: un 78% de jóvenes de ambos sexos dijo que revisar el celular de la pareja no es una forma de ejercer la violencia y un 76% acepta los celos como una muestra de amor.
Un hallazgo alarmante: el 81% de los hombres entre 15-19 años dijo que A veces las chicas se hacen las difíciles para tener relaciones sexuales. Dicen “No”, pero en realidad quieren decir “Sí”, una idea que pone en peligro a las jóvenes al asumir que cualquier rechazo pude ser re-interpretado por encima de lo que ella exprese.
El estudio se realizó en ocho países de Latinoamérica y el Caribe. Si bien los resultados de República Dominicana son parecidos al resto, en algunos renglones las creencias que justifican y normalizan la violencia machista están más altas que el promedio regional.
Los resultados muestran el desafío que representa para la juventud dominicana desmontar todo un sistema de creencias profundamente arraigadas y que se expresan en las canciones, la forma de hablar, los piropos callejeros y las agresiones graves contra las mujeres hasta llegar al extremo de los feminicidios. Urge abordar el problema desde el aspecto cultural, promoviendo en las personas jóvenes ideas y pensamientos de respeto en las relaciones entre mujeres y hombres.