El presidente de Bancamérica, Raúl Baltar, ponderó la importancia de que las entidades financieras asuman e implementen una cultura y mecanismos que contribuyan a prevenir prácticas como el lavado de activos.

En ese sentido, indicó que “es más eficiente tener buenos procedimientos dentro de las entidades financieras para el otorgamiento de créditos, con oficiales de análisis de créditos bien preparados para esta labor, y fuerzas de ventas muy claras en los requerimientos necesarios para que una operación crediticia pueda salir adelante, que todo el capital necesario para provisionar los créditos fallidos”.

“No se trata de tener los mejores especialistas en Prevención del Lavado de Activos, lo cual es importante. Se trata también de tener una cultura totalmente impregnada en las organizaciones bancarias donde, realmente, prevención seamos todos y cada uno de los que participamos en la actividad diaria”, sostuvo.

El ejecutivo bancario recordó que en el 2008 se produjo la mayor crisis financiera y económica que ha conocido la historia a nivel global, y cuyos efectos aún se hacen sentir de alguna manera.

Indicó que esa crisis se gestó en un ambiente regulatorio “muy mejorado respecto al pasado, más profundo en su alcance, todavía más comprometido con las garantías a los depositantes de las entidades financieras y por supuesto con la estabilidad” del sistema.

Sostuvo que la crisis del 2008 demostró que los bancos más capitalizados no pudieron hacer frente a las perdidas en carteras de crédito.

“En mi opinión, el ambiente de Prevención ante el Lavado de Dinero proveniente del Narcotráfico o el Terrorismo requiere de algo similar. Regulación, si, pero también buenas prácticas y compromiso absoluto en cómo hacer las cosas por parte del mundo bancario”, expresó Baltar.

En el marco del VII Congreso Antilavado auspiciado pro Bancamérica, del Grupo Financiero BOD, el presidente de la entidad apuntó que la sensibilidad ante el lavado de activos ha ido incrementándose de forma gradual, tanto por parte de los reguladores como de los propios integrantes del negocio bancario.

Los bancos “tenemos una labor básica en la economía. Somos intermediarios en el desarrollo de los proyectos económicos, catalizadores de inversiones, promotores del crecimiento financiero ordenado y prudente de empresas y personas. Por lo tanto, nuestro contacto con la realidad económica siempre será muy directo y de gran responsabilidad”, manifestó.

Consideró que la asociación del regulador con las entidades es algo básico “para conseguir el éxito que todos deseamos en una actividad bancaria, en una actividad comercial, que sea transparente y permita, como decía Paul Krugman después de la crisis del 2008, volver a lo básico (back to the basics) de manera que se parezca lo más posible a la “aburrida banca canadiense”.