SANTIAGO, República Dominicana.-  Jhosua Pierre (nombre en la historia) habla un español  fluido y no sorprende, pues aunque sus padres  eran de nacionalidad  haitiana, él nació en el Batey Libertad, en el municipio de  Esperanza, provincia Valverde, allí fue declarado como hace 25 años.

Su padre, era cortador de cañas,  su madre cocinera de los obreros en los campos de trabajo,  una  historia que Jhosua, no llegó a vivir,  porque según cuenta  cuando creció  ya  el Ingenio Esperanza,  tenías sus calderas apagadas y los sembradíos agrícolas cambiaron la molienda de la cespitosa, por  los cultivos de arroz y bananos.  En estas fincas trabajan ahora los  descendientes de aquellos obreros que movían  la industria azucarera en la zona.

En este ambiente mezclado entre cultura dominicana y haitiana, creció Jhosua, una situación que no lo hace distinto a otros descendientes de progenitores haitianos que también están registrados en los libros oficiales  de Esperanza, entre ellos dos  hermanos suyos, según afirmó.

Las costumbres dominicanas crecieron  con el este joven, que  prefiere bachata antes que la música  con la cual crecieron sus progenitores,  sin embargo, esto no impide que sea víctima de la persecución de los guardias del Ejercito de la República Dominicana y los agentes de la Dirección General de Migración, quienes en una ocasión lo detuvieron y lo llevaron a Haití, en una largo día del cual contó a acento.com.do, sus peculiaridades.

Jhosua fue llevado específicamente  a Ouanaminthe (juana mende), donde permaneció por un día,  sin que pudiera conversar con alguien que él conociera.

“Los guardias llegaron a mi negocio (chiripero), me preguntaron por los papeles le mostré mi cédula, pero ellos dijeron que de toda manera me llevarían porque no tenía un acta de nacimiento,  le dije que me dejaran ir a la casa para buscarla, pero me montaron en el camión”, afirma el joven.

Jhosua, contó cómo pasó aquel día fuera de la tierra donde nació, por ser de descendencia haitiana y sobre todo porque no tenía RD$ 200.00, que les exigían los militares e inspectores actuantes en la redadas, para  bajarlo del camión, donde transportaban además un grupo de hombres y mujeres,  la mayoría de ellos  de situación  migratoria irregular (indocumentados), “que no era mi caso”, alega Jhosua.

En su relato cuenta que  fue llevado desde su  barrio de origen, Batey Libertad, a una comunidad que identificó como Mangá en el municipio de Mao, donde permaneció al menos tres  horas, en un cuarto.

Continúa con la afirmación de que desde Mao, lo llevaron con otros detenidos hasta el municipio de Las Matas de  Santa Cruz, provincia de Montecristi y que tras otra escala,  para montar más personas  siguieron   hasta la provincia de Dajabón.

Ya a la puerta del a frontera, Jhosua,  fue entrevistado por agentes de Migración, que según sus testimonios, se negaron a dejarlo en territorio dominicano, alegando que aunque tuviera  una cédula dominicana, era haitiano y que por tanto tenía que estar en su país.

El joven que prefirió que se adaptara un nombre para contar su historia,  por temor a represalias de las autoridades dominicanas,  cuenta que los agentes de Migración nunca creyeron la versión de que tenía en su casa un acta de nacimiento de la oficialía del municipio de Esperanza. No obstante, denunció que en la travesía los militares le propusieron que pagara RD$ 200.00, para no ser deportado, agregó que muchos de los detenidos pagaron para no ser llevados a Haití y eran bajado del camión.

Jhosua  mostró al equipo de acento.do, la copia de un acta de nacimiento, expedida en 2006, por Oficialía de  Esperanza, en la cual  se establece que fue declarado en julio de 1990, por sus padres, ambos de nacionalidad haitiana, ante el oficial civil, Ygnacio  Genao Morel, según se puede leer, en el documento.

“Ahí estaba yo sin saber que hacer”, describe Jhosua, refiriéndose a su estadía en Ouanaminthe (juana mende), luego que los militares dominicanos los dejaron en territorio haitiano, donde fue contactado por personas de la comunidad Batey Libertad,  quienes trataron el caso con las autoridades migratorias, para demostrar que el joven  tiene una   documentación en orden.

Jhoshua, trabaja en  una institución en el Batey Libertad y en hora de la tarde, monta  un pequeño  negocio para “chiripear”.

Luego de la experiencia, lleva en su bolsillo, su cédula y la copia de su acta de nacimiento para evitar  otra detención y traslado a Haití, donde  dijo le han informado  vive su  hermana mayor, con quien no tiene contacto.