SANTO DOMINGO, República Dominicana. – El Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI) hizo licitaciones en estado de emergencia para justificar la adjudicación de un contrato a un proveedor específico, a pesar de que la organización no está dentro de las instituciones autorizadas por decreto para hacer contrataciones por emergencia.

Según una denuncia que presentó el empresario Pablo Cabrera, presidente de la empresa La Z, de suministro de alimentos, en el programa En Mariasela; el INAIPI abrió una licitación para 40 mil kits de comida el 31 de marzo al caer la tarde, y esta cerraba el 01 de abril a las 9:00 de la mañana.

Los datos indican que el proceso para la entrega de los documentos para aplicar a la licitación se hizo en menos de 12 horas. “Las licitaciones no pueden abrir un día y cerrar al otro día. Eso no es una licitación”, señaló el director ejecutivo de Participación Ciudadana, Carlos Pimentel, quien también participó del programa.

La denuncia de Cabrera describe que el INAIPI comenzó la entrega de los kits de alimentos previo a dar a conocer el proceso de licitación para la compra de los mismos. El empresario afirmó que obtuvo fotos que confirman el delito por fuentes en los centros de entrega de INAIPI.

Además, de acuerdo a sus declaraciones, el INAIPI autorizó la compra de los kits de alimentos a un costo sobrevalorado a un proveedor que no participó en la licitación de emergencia que publicó el instituto.

Según explicó el empresario, los kits solicitados tienen un valor de 600 pesos. Sin embargo, el proveedor que “ganó” la licitación los cotizó a 2,500 pesos cada uno. En ese sentido, la institución adjudicó el contrato por un monto sobrevalorado de 100 millones de pesos al Estado dominicano.

Ante la denuncia, Carlos Pimentel informó que en el apartado de transparencia de la página web del INAIPI no hay ningún anuncio de contrataciones en marzo ni los días de abril. Según su portal, no han hecho contrataciones.

El relato de Cabrera se resume en los siguientes pasos:

1.Cerca de las 6:00 de la tarde del 31 de marzo, recibió el aviso de una licitación en el INAIPI que vencía al otro día a las 9:00 de la mañana.

2.El 01 de abril se presentó en el lugar a las 8:52 de la mañana para depositar los documentos del concurso de compras y contrataciones. A su llegada, en el listado habían tres empresas, cuatro con la suya.

3.Pidió fotocopia de la lista como certificación de su depósito y tomó una foto.

4.En los días próximos intentó establecer contacto con el departamento de compras del INAIPI para conocer los resultados del concurso, datos que no pudo obtener por esa vía.

5.Confirmó, por contactos, que ninguna de las tres empresas restantes en la lista de la licitación recibieron respuesta.

6.Fuentes en los centros de entrega del INAIPI le notificaron que entregaron los kits previo a la apertura del concurso, de la mano de empresas que no figuran como concursantes en la hoja de solicitud del proceso de licitación.

Historias previas de actos corruptos

Cabrera contó que hace dos años y medio, Mayra Martínez, jefa de compras del INAIPI en ese momento, lo llamó para pedirle un encuentro en la plaza comercial Acrópolis.

A pesar de parecerle extraño, accedió. Una vez en el lugar, Martínez le pidió 30 millones de pesos por una licitación de 100 millones de pesos que él, con su empresa, ganó.

La empresa que dirige resultó ganadora porque quedó sola en el proceso. Como no habían más ofertantes, correspondía que se la adjudicaran a su empresa.

Al negarse a pagar los 30 millones de pesos por la licitación, Martínez le amenazó con que “iba a conocer quién era” y le quitaron la licitación.