SANTIAGO, República Dominicana.-El Hospital Regional Dr. José María Cabral y Báez se enfrenta a una masiva demanda de servicios desde que se eliminó la cuota de recuperación en los centros del salud del Estado, al tiempo que los empleados nombrados por  la administración del centro de salud llevan varios meses sin cobrar con regularidad sus salarios.

Estos trabajadores, que no son nombrados por el Ministerio de Salud, han denunciado que sus salarios no están seguros desde que se eliminó el cobro por servicio a los pacientes,  mediante el desmonte de la llamada cuota de recuperación de los hospitales estatales.

En el nosocomio más grande de la región norte y uno de los más grandes del país, hay trabajadores que cuentan los días y hacen cuentos a sus acreedores mientras esperan que el hospital les pague algunas de las mensualidades atrasadas.

Hasta el año 2008, el Hospital José María Cabral y Báez tenía espacio para 507 camas. Esa capacidad ha disminuido debido a que se han reestructurado algunas áreas de la planta física

Aunque ninguno se atreve a denunciar la situación, por lo bajo conversan con periodistas y explican que algunos empleados tienen la esperanza de que el fin de semana recibirán algún pago, pero los más pesimistas no están seguros que las promesas de los funcionarios del hospital se harán realidad en esta ocasión.

En el Hospital José María Cabral y Báez, unos 600 empleados son nominales, y sus pagos suman alrededor de RD$ 4 millones mensuales, según datos ofrecidos  por Johnny Lama, vocero del centro de asistencia y salubridad que sirve a pacientes de Santiago y de las 14 provincias de la parte norte del país. Asimismo, al Hospital Dr. Cabral y Báez acuden haitianos residentes en el país o que simplemente viajan desde Haití para aprovechar las facilidades en servicio de salud que no existen en su propia nación.

Un dolor de cabeza

Desde que el 5 de agosto el ministerio de Salud Pública dispuso poner fin a la cuota de recuperación, miles de pacientes han acudido al Cabral y Báez a demanda servicios de salud, lo que ha desbordado la capacidad y física y humana del centro para poder responder a la ciudadanía. Incluso, muchos afiliados a ARS prefieren al Cabral y Báez en lugar de los hospitales privados, debido a que no tienen que pagar costosas diferencias.

Las áreas de consultas se ven atestadas cada día por miles de pacientes que procuran servicios de salud, lo que ese evidenció esta semana.

Por otro lado, Lama resaltó el gran número de haitianos que se atienden en el Cabral y Báez, los cuales nunca han pagado cuotas de recuperación.

En el Cabral y Báez, recibe pacientes de las provincias La Vega, Duarte (San Francisco de Macorís), Sánchez Ramírez (Cotuí), María Trinidad Sánchez (Nagua), Samaná, Hermanas Mirabal (Salcedo), Espaillat (Moca), Monseñor Nouel (Bonao), Puerto Plata, Montecristi, Dajabón, Valverde (Mao) y Santiago Rodríguez (Sabaneta).

Sobre el tema  del desmonte de la cuota de recuperación, el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, afirmó el 28 de agosto del 2013, uno de los objetivos de esa medida era ampliar las facilidades para recibir a una  mayor cantidad de pacientes, sobre todo de los sectores más pobres de la sociedad.

Según datos del funcionario, en los hospitales públicos se atiende a un 20 % de pacientes que  tiene seguro médico.

Dijo que se trabajaba para asegurar que las ARS pagaran a los hospitales públicos por los servicios que reciben en esos centros los afiliados.

Hasta el año 2008, el Hospital José María Cabral y Báez tenía espacio para 507 camas. Esa capacidad ha disminuido debido a que se han reestructurado algunas áreas de la planta física. Está en proyecto una remodelación, con una inversión de RD$ 1, 200 millones.

El subsidio que aporta el Gobierno al hospital es de  cerca de RD$ 20 millones al mes, según confirmó Lama. El cuerpo médico es de 300 médicos especialistas, las enfermeras suman 600, entre auxiliares y licenciadas. Asimismo, se cuenta con un número de residentes que oscila entre  400 y 500. En general, la cantidad de empleados supera los 2, 000. A la semana se atienden  entre 8 y 10 mil pacientes.