SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La principal hipótesis de la actualidad apunta a que el bostezo es un mecanismo de enfriamiento del cerebro “que funciona para promover un estado de vigilancia o alerta”, reveló Andrew Gallup, profesor adjunto de Psicología del Instituto Politécnico de la Universidad Estatal de Nueva York.

Gallup explicó el asunto al diario New York Times (NYT) de Estados Unidos, que antes de nada recordó que bostezar consiste en una inhalación profunda de aire acompañada de un poderoso estiramiento de la mandíbula, a la cual le sigue una expiración más corta de aire y un cierre veloz de la mandíbula.

“En conjunto, estos patrones aumentan el flujo sanguíneo que va en dirección al cráneo, lo cual puede tener una serie de efectos y uno de ellos es el enfriamiento cerebral”, confirmó Gallup al NYT, que se valió de una fotografía en la que se aprecia un buen bostezo del expresidente Barack Obama:

El especialista de la Universidad Estatal de Nueva York, “quien ha publicado estudios sobre el tema”, dijo NYT, explicó que, “cuando nuestra temperatura corporal es más alta, nos sentimos cansados y somnolientos, y podría ser que los bostezos nocturnos se activen para poner resistencia ante la sensación inicial de sueño, así que bostezamos de noche con el objetivo de mantener algún tipo de estado de alerta o vigilancia”.

El sueño activa una reducción pronunciada en la temperatura cerebral y corporal, así que también es posible que “bostecemos solo para facilitar el cambio de la vigilia al letargo”, reiteró.

La hipótesis desechada

Desde que la hipótesis de la oxigenación a través del bostezo fuera descartada con una serie de experimentos que la refutaron hace más de tres décadas sigue en el aire el “¿y entonces, qué?”.

Hasta hace unos treinta años, los científicos explicaban el bostezo como una reacción ante la privación de oxígeno, con la cual podíamos meter una gran cantidad de aire al cuerpo para aumentar los niveles de oxígeno en la sangre. Sin embargo, la hipótesis de la oxigenación fue descartada después con una serie experimentos que la refutaron  en 1987, en sendos experimentos sintetizados ese año por la revista PubMed.

”El bostezo no tiene una función respiratoria primaria. El bostezo y la respiración son provocados por diferentes estados internos y controlados por mecanismos separados”,  se lee en la conclusión del estudio de PubMed.

Bostezar antes y después de dormir, en estados de aburrimiento y de ansias.

La gente bosteza cuando está cansada, pero también cuando se despierta después de dormir toda la noche. Bostezamos cuando estamos aburridos, pero también cuando estamos ansiosos, hambrientos o a punto de comenzar una nueva actividad. Bostezar es contagioso… solemos empezar a bostezar justo cuando alguien cerca de nosotros lo hace.

Se cree que el bostezo de otras personas influye con una mayor facilidad en la gente más empática. Estudios hechos con escaneos del cerebro han demostrado que cuando los humanos observan a otras personas bostezar se activan áreas del cerebro involucradas en las funciones sociales, dice el NYT.

Es decir, lo único seguro es que el bostezo se contagia. El bostezo de una persona puede hacer que todo un grupo bostece en reacción. Incluso los perros llegan a bostezar cuando ven hacerlo a sus dueños humanos o a desconocidos, y el bostezo contagioso también se ha observado en otros animales.

¿El bostezo tiene algún propósito? Evidencia que se tiene sueño, pero ¿el cuerpo quiere lograr algo con el acto de bostezar?

“Hay muchos detonadores. La gente que practica paracaidismo asegura que suele bostezar antes de saltar. Los oficiales de la policía dicen que bostezan antes de atender una situación difícil”, comentó Adrian Guggisberg, profesor de Neurociencia Clínica en la Universidad de Ginebra, otro de las especialistas consultados por el NYT.

“Leer sobre el bostezo hace que la gente bostece….Tal vez estés bostezando en este momento”, añadió a su vez el artículo del diario estadounidense que para insistir en que poco se sabe recreó a Sócrates.

Efectivamente, el propósito fisiológico del bostezo sigue siendo un misterio. “Hasta ahora, la respuesta más sincera es que no sabemos por qué bostezamos”, reforzó Guggisberg y remarcó que “hasta la fecha no se ha observado ningún efecto fisiológico del bostezo, y por esta razón especulamos. Es posible que el bostezo no tenga un efecto fisiológico real”.