SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La directora de la Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, (CRD), Guillermina Altagracia Marizán Santana, hizo un llamado a las madres dominicanas a cumplir con su rol de protagónico de ser fuerza moral y orientadoras de las familias, a fines de rescatar a la nación de la corrupción, la pobreza y el atraso social.

Respecto a esto, manifestó que la convocatoria que a éstas se les hace, deberán motorizarla y ejecutarla llevando en sus manos la correcta orientación de sus hijos, para que como mentoras y guías de los mismos, les tracen las rutas correctas que detengan el acelerado proceso de degeneración de los valores morales que acrecienta la delincuencia en todos los estratos sociales.

“Vacunar a sus hijos para protegerlos de las enfermedades físicas, resulta más importante su vacunación contra las enfermedades sociales, por ser las más peligrosas, ya que quizás no destruyan el cuerpo, pero indefectiblemente corroen la mente y el alma de los humanos”, expuso Marizán Santana.

A continuación, el texto completo remitido a Acento.com.do por Marizán Santana.

Reclamos a las madres dominicanas

Por: Dra. Guillermina Altagracia Marizán Santana,

Directora Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Juez

En procura de remedios adecuados a los crecientes males que corroen la integridad de nuestras familias, de la sociedad y el Estado, las estrategias formuladas por el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) en procura de propulsar un desarrollo sustentable, asumen que las madres dominicanas como guías, fuerza moral y aglutinadoras de sus hijos, deben ser columnas esenciales en el referido proceso, y por tanto, deben proponerse romper con las barreras que les impiden colectivamente tener una participación activa y decisiva, en la sanidad que requieren nuestras entidades políticas y sociales, así como los diversos estamentos estatales.

Traza en el referido sentido, que como tarea fundamental nuestra sociedad necesita de sus valores más puros y sanos que los representan las madres, correspondiendo a ellas llenarse del valor, la fuerza y templanza que les permitan integrarse a tareas y responsabilidades que sobrepasen su actual papel en el hogar o la adquisición de empleos para sostener a su núcleo familiar, para así jugar el rol protagónico que se les pide,  no solo para sacar a las familias dominicanas de su palpable resquebrajamiento, sino también, para que nuestra nación deje ser víctima del caos, la corrupción, la pobreza y el atraso social.

Respecto a esto, entiende que la convocatoria que a éstas se les hace, deberán motorizarla y ejecutarla llevando en sus manos la correcta orientación de sus hijos, para que como mentoras y guías de los mismos, les tracen las rutas correctas que detengan el acelerado proceso de degeneración de los valores morales que acrecienta la delincuencia en todos los estratos sociales, así como, para proveerles de la sabiduría y fortaleza moral, que les garanticen visualizar en forma inequívoca, que el mayor éxito personal, es el que se obtiene al ser parte de los logros que producen los frutos sostenibles y duraderos, engendrados por la unión de esfuerzos y voluntades en favor de los intereses comunitarios.

Cuyo accionar, considera el CRD llama a las mismas no solamente a reflexionar y cuestionarse, sino también, tener una actitud decidida y firme, a fin de entender que si bien es cierto que es necesario vacunar a sus hijos para protegerlos de las enfermedades físicas, resulta más importante su vacunación contra las enfermedades sociales, por ser las más peligrosas, ya que quizás no destruyan el cuerpo, pero indefectiblemente corroen la mente y el alma de los humanos.

Contempla que dentro del proceso de transición generacional que camina la sociedad dominicana, corresponde a las madres la tarea y responsabilidad de enseñar a sus hijos, que es preferible, sobre todas las cosas, ser honestos y recibir toda la satisfacción que esta virtud les puede dar y traer en sus vidas y las de sus propias familias, ya que, de nada les valdría y serviría tener fortunas mal habidas, cuando la sociedad y Dios les señalen como delincuentes.

La realidad expuesta, conforme a la visión estratégica del organismo de desarrollo, las invita a vencer los altos niveles de letargos que desde el nacimiento de nuestra república han primado colectivamente en ellas, con  relación a su participación en la toma de la dirección y ejecución de las decisiones en el ámbito de los diferentes estamentos de nuestra nación, debiendo pasar a ser de simples espectadoras a las principales actoras dentro de nuestras iniciativas y ejecutorias políticas y sociales, además en la dirección de todas nuestras instituciones, sin excepción alguna.

Para trazarnos un mejor rumbo y con ello lograr una sociedad sólida y sustentable, para las presentes y futuras generaciones, como bien nos lo sugiere el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), debemos implementar como una de nuestras metas principales, que las madres dominicanas, con su autoridad, su amor y experiencia, orienten y guíen a sus hijos hacia la práctica de la honestidad, la responsabilidad y el cumplimiento del deber, para dotar a nuestra nación, de la plataforma que requiere, para procurar la erradicación de las causas que obstaculizan la paz y el desarrollo social de su población.