BERLÍN, Alemania.- La ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, confirmó la existencia de líderes neonazis en las Fuerzas Especiales del Ejército (KSK) y anunció un plan de choque contra el extremismo de derechas. Ordenó la disolución de una de las dos compañías en activo del comando detectado y la vigilancia de la otra.
Según advirtió Kramp-Karrenbauer, la parte de las Fuerzas Especiales que no será disuelta se verá sometida a una reforma drástica y observada de cerca durante esta transformación.
Si, una vez que haya concluido el proceso, los miembros de las KSK siguen sin actuar en base a los valores constitucionales, la ministra dijo que se reserva otras medidassin descartar la disolución y reconstitución total del cuerpo.
El último incidente en salpicar a las KSK se produjo en mayo, cuando fue detenido uno de sus miembros que había ocultado explosivos, armas y municiones, parte de ellos sustraídos al Ejército, en el jardín de su casa y se hallaba en posesión de parafernalia nazi.
Kramp-Karrenbauer informó este martes a la comisión de Defensa del Parlamento de su propósito, fruto de deliberaciones con un grupo de trabajo constituido en mayo para realizar un "análisis estructural" de las KSK.
Estas fuerzas de élite de la Bundeswehr, que cuentan con aproximadamente 1,400 efectivos, se han visto implicadas en los últimos años en varios escándalos relacionados con la presunta integración de varios de sus miembros en células de ideología ultraderechista.
Uno de ellos, conocido en los medios por su sobrenombre de "Hannibal", estaba a la cabeza de una red descubierta en 2017 e integrada en gran parte por militares y policías que acumulaban municiones y armamento supuestamente para prepararse de cara a una futura guerra civil.
Según investigaciones de medios alemanes, existen indicios de que algunas de estas células han llegado a urdir ataques terroristas contra cargos políticos y figuras de la vida pública.
Tras conocerse el caso más reciente en mayo, el comandante de las KSK, el general Markus Kreitmayr, publicó una carta abierta a la unidad de élite en la que se comprometía a seguir una línea de "tolerancia cero" y advertía de que este cuerpo se enfrenta "a la fase más difícil de su historia".
“Las Fuerzas Especiales se declararon parcialmente autónomas respecto al resto del Ejército a causa de una cultura tóxica de algunos de sus jefes”, dijo la ministra al reiterar que “el KSK no puede continuar bajo su forma actual”.
Los servicios de Inteligencia de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) han detectado la desaparición de 48 mil cartuchos y 62 kilos de explosivos, un robo calificado por la ministra de “preocupante” y “alarmante”.
“El muro de silencio se está rompiendo”, aseguró la ministra de Defensa, quien anunció que el próximo octubre se volverá a revisar la situación interna de las restantes compañías de la unidad.
“Si los miembros de KSK no escucharon esa primera salva de aviso, entonces abordaremos una reorganización más amplia”, afirmó sin descartar la posibilidad de una disolución total del cuerpo de élite, creado en septiembre de 1996.
La ministra ordenó la disolución de la compañía y un amplio paquete de reformas para la unidad de élite de la Bundeswehr, después de realizar una visita al Kommando Spezialkräfte el lunes en Calw, en el land de Baden-Württemberg, donde se encuentra la sede principal del KSK.
Este grupo de soldados ha sido el blanco de atención del Servicio de Inteligencia Militar (MAD, en sus siglas en alemán) desde que en abril de 2017 los participantes en una fiesta de despedida de un comandante de la unidad recordaron con pasión los saludos hitlerianos.