SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Quienes consideran que es una estrategia errónea disminuir los niveles de colesterol para bajar el riesgo de las enfermedades cardíacas tienen de aliado un estudio publicado hoy en la revista Frontiers in Neurology, que analizó la relación entre el colesterol y la función cognitiva.
La investigación concluyó que los niveles bajos de colesterol LDL (colesterol malo) tienen relación con la Enfermedad de Parkinson (EP). Podría considerarse, entonces, remata el estudio, que tener niveles altos de LDL es un "posible factor de protección contra el deterioro cognitivo".
El estudio se basó en pruebas a unas 4 000 personas de al menos 50 años de edad y concluyó que quienes presentaban niveles más bajos de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL, "colesterol malo") estuvieron relacionadas con un mayor riesgo de la demencia asociada a la Enfermedad de Parkinson (EP) .
Así de contundente es la reseña del artículo de la revista científica Frontiers in Neurology, titulado "Los niveles de colesterol circulante pueden relacionarse con los factores que influyen en el riesgo de Parkinson" https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fneur.2017.00501/full
Este estudio sugiere que "los niveles circulantes de colesterol LDL pueden estar relacionados con el factor (s) que influye en el riesgo de EP". Es decir, "vinculados de manera inversa con la demencia" y tan sólido es el resultado que los investigadores concluyeron que los niveles altos de colesterol LDL efectivamente podrían considerarse como un "posible factor de protección contra el deterioro cognitivo"
Antecedentes básicos sobre "el bueno y el malo"
LDL significa en inglés lipoproteínas de baja densidad. Es el llamado colesterol "malo", porque un nivel alto de LDL lleva a una acumulación de colesterol en las arterias (aterosclerosis), lo que aumenta el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular (ACV) y enfermedad arterial periférica o PAD.
HDL significa a su vez, también en inglés, lipoproteínas de alta densidad y se le llama colesterol "bueno", porque transporta al "malo" hacia el hígado para que este lo elimine. Pero el "bueno" transporta solo un cuarto y hasta un tercio del "malo" presente en la sangre; nunca el 100% .
La enfermedad de las arterias coronarias ocurre cuando la placa (LDL y otros) se acumula en las arterias del corazón y hace que estas se endurezcan y se estrechen. Esto, disminuye o bloquea el flujo de sangre al corazón. Dado que la sangre transporta oxígeno al corazón, esto significa que no podrá obtener el suficiente oxígeno, lo que puede causar angina (dolor de pecho) o un ataque al corazón si el flujo de sangre está completamente bloqueado.
Se echa mano de drogas estatinas para bajar niveles del colesterol LDL
Entre 2000 y 2011 se duplicó en EEUU el uso de estatinas para reducir los niveles de colesterol LDL en adultos afectados. Los médicos de esa nación cada año emiten más de 200 millones de recetas de dichos medicamentos.
En el mundo, cada tres segundos una persona desarrolla demencia y se prevé que 75 millones la estén sufriendo para el año 2030. Tan solo en EEUU, 5.7 millones de habitantes padecen ya de Alzheimer, la forma más común de demencia, y cada 65 segundos alguien desarrolla ese padecimiento.
Sorpresivo que el colesterol sea más una desventaja que un beneficio
La conclusión del estudio de que el colesterol LDL podría generar un efecto protector en el cerebro asalta por sorpresa a quienes se les ha indicado toda la vida que esto es una desventaja y nunca un beneficio.
Otros estudios ya no relacionados con la EP sino con la enfermedad de Alzheimer han arrojado similitudes.
Por ejemplo, uno realizado en EEUU con más de 4 300 beneficiarios de Medicare de 65 años de edad o mayores reveló que los niveles más altos de colesterol total estaban vinculados con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer, incluso después de ajustar los factores de riesgo cardiovascular y otras variables relacionadas, reveló el sitio especializado Mercola.
¿Por qué altos niveles de colesterol pueden beneficiar al cerebro?
El cerebro contiene hasta un 30 % de colesterol, que es un componente esencial de las neuronas y, según declararon los investigadores del estudio presentado en Frontiers in Neurology, "es de gran importancia para desarrollar y mantener la plasticidad, así como la función neuronal".
De hecho, el colesterol es esencial para la formación de la sinapsis; es decir, las conexiones neuronales, que permiten pensar, aprender cosas nuevas y formar recuerdos.
Adicionalmente, ya en marzo de 2018 se sugerió en otro estudio, titulado "La enorme sorpresa de la grasa. La grasa saturada y el colesterol son fundamentales en una alimentación saludable", que los altos niveles de colesterol podrían ser indicadores del buen estado nutricional y salud en general: https://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2018/03/03/niveles-altos-de-colesterol-asociados-con-mejor-salud.aspx
Este estudio perfeccionó otro de 2006 reseñado asimismo por Mercola y que le rinde pleitesía a la grasa saturada: https://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2016/04/25/la-grasa-saturada-es-finalmente-revindicada.aspx
Por contraste, en estos trabajos se sostiene que los bajos niveles de colesterol han estado relacionados con un mayor riesgo de mortalidad y, a menudo, asociados a la desnutrición y a las enfermedades crónicas, incluyendo el cáncer.
Los autores de la investigación detallada en la revista Frontiers in Neurology también sugirieron que, como componente fundamental del cerebro, los bajos niveles de colesterol podrían estar relacionados con la atrofia cerebral, "un síndrome anatómico típico de la demencia" y otros factores más directamente relacionados con la salud cerebral.
Las estatinas están vinculadas a la enfermedad neuromuscular
Si bien este estudio no analizó específicamente el uso de estatinas, para Mercola "es lógico pensar que el uso de dichos medicamentos para disminuir el colesterol a niveles artificialmente bajos podría ser contraproducente y provocar la degeneración de la salud cerebral"
"Si le han indicado que necesita tomar estatinas para disminuir sus niveles de colesterol, es posible que deba analizarlo cuidadosamente antes de surtir la receta por ciertas razones clave, entre ellas, sus efectos secundarios", se subraya en Mercola.
Fármaco despunta como gran opción para pacientes con intolerancia a las estatinas
Esto sigue aún en fase de investigación, pero ya se ha podido establecer que el uso del fármaco de nombre genérico Alirocumab (una inyección subcutánea que el propio afectado puede utilizar cada dos semanas) presenta una seguridad "altísima" y se alza como "una gran opción para aquellos pacientes con intolerancia a las estatinas", aseguró el doctor José Tuñón, coordinador del estudio en España.
Esta investigación fue publicada el 7 de noviembre de 2018 bajo el título "Alirocumab y resultados cardiovasculares después del síndrome coronario agudo" y da cuenta de que el riesgo de problemas cardiovasculares mayores en pacientes que han superado un infarto de miocardio, o con síndrome coronario agudo, se reduce en un 15 % gracias al Alirocumab.
Este ensayo fue publicado en la revista New England Journal of Medicine https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1801174
En él participaron 18.924 pacientes de 57 países. A un grupo se le administró Alirocumab y a otro un placebo junto a la dosis máxima tolerada de estatinas para valorar los efectos.
A lo largo de casi tres años de seguimiento, 1.052 pacientes (11,1 %) del grupo del placebo-estatinas sufrieron un evento cardiovascular, mientras que ese número en el grupo de quienes recibían Alirocumab se limitó a 903 pacientes (9,5 %).
Los datos del estudio señalan que Alirocumab disminuyó el riesgo de acontecimientos adversos cardiovasculares mayores en un 24 % en pacientes con niveles de colesterol más elevados, quienes eran más propensos a sufrir algún episodio de este tipo en el futuro.
"Los pacientes que recibían el fármaco se asociaban con una reducción del 15 % de la mortalidad en el conjunto, pero en los pacientes que tenían un colesterol c-LDL por encima de 100 mg/dL se asociaba un descenso en el riesgo de mortalidad por cualquier causa del 29 %", aseguró Tuñón.
Otros datos del estudio aseguran que fallecieron más pacientes que recibieron placebo (4,1 %) que de los que se inyectaron Alirocumab (3,5 %), relación que se mantuvo en el grupo con pacientes con el colesterol LDL más elevado: “fallecían un 5,7% de los que recibían placebo tras el periodo que duró el estudio, mientras que solo lo hacían el 4,1% de los que recibían Alirocumab”.