SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La madrugada del 27 julio Fanny Silverio Vargas estaba en su vivienda, en el sector El Candor de Gaspar Hernández, provincia Espaillat, cuando dos disparos le arrebataron la vida, en un hecho que cada vez se torna más confuso, y que ha dividido y distanciado a las familias Silverio y Ovalles.

Los primeros testimonios apuntaban a un robo, sin embargo, tras las pesquisas las autoridades no descartan que detrás de esta tragedia se esconda la sombra de la violencia intrafamiliar. La investigación fue presentada anoche en El Informe con Alicia Ortega.

“Hasta el momento las investigaciones que ha hecho la Policía Nacional  y el Ministerio Público no se han encontrado evidencias de violación de alguna puerta, cuando se entra a robar imagino que sino encuentran la puerta abierta tienen que violar algo”, dijo José Anibal Carela, procurador fiscal adjunto de la Provincia Espaillat y encargado de la investigación del crimen, asegurando que en la escena no encontraron ningún indicio de hurto.

Carela explicó que desde la noche del suceso apresaron un sospechoso, “Se detuvo al señor Benjamín Ovalles que es el esposo de la señora porque hasta donde tenemos entendido en la vivienda sólo estaba él, su esposa, hoy occisa, y la hija de ellos”.

“Benjamín tenía una pistola la cual no aparece ahora, coincidencialmente, encima tenía un rifle, pero los disparos fueron hechos con una pistola”

En tanto, Belkis Silverio Vargas, hermana de la fallecida, calificó como sospechosa la actitud de su cuñado, “Supuestamente él estaba dormido y no escuchó ninguno de los tiros, pero óyeme cuando tú oyes un tiro, un tiro despierta, se oye hasta millas, no tuvo la cortesía de llevar a mi hermana al hospital ni de llamar a la policía”, expresó, al Informe con Alicia Ortega.

Silverio Vargas calificó como un disfraz la versión del robo que ofreció  Ovalles, a su juicio sólo trata de ocultar el verdadero móvil del crimen, revelando que su hermana le manifestó que su conyuge la maltrataba con frecuencia, pero que ella habitualmente lo perdonaba por las promesas de que todo iba a cambiar.

“Benjamín tenía una pistola la cual no aparece ahora, coincidencialmente, encima tenía un rifle, pero los disparos fueron hechos con una pistola”, alegó Silverio Vargas, quien además considera como sospechoso que el arma homicida tampoco haya aparecido en la escena del crimen.

Por el caso, sólo han dictado medida de coerción a Ovalles, tres meses de prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación La Isleta, en Moca. Mientras, las investigaciones  están mermadas debido a que el coronel Méndez Tavares, del Departamento Criminalista de la Policía Nacional, no ha entregado los resultados de las pruebas de balística.