SANTIAGO DE CHILE.- Las mujeres lideraron el estallido social “Chile despertó” que durante el último trimestre del año pasado sacudió a la treintona democracia posdictadura de este país del cono sur del continente y se espera que, una vez concluido el periodo vacacional de enero y febrero, sean junto a los estudiantes quienes desde este marzo lo revivan.

Los estudiantes inician un nuevo año escolar y regresan a clases en marzo, cuando las mujeres conmemoran el Día Internacional de la Mujer con actividades que no se limitan a 24 horas y que esta vez las arropa el éxito mundial que cosecharon con la irrupción del colectivo LasTesis y su performance "Un violador en tu camino" que denuncia la violencia machista y que ya se ha convertido en un himno feminista global.

La marcha del domingo 8 (el lunes 9 las mujeres chilenas han convocado a una huelga general) será vigilada por la Policía chilena de Carabineros (militarizada, la cuarta rama de las Fuerzas Armadas), que anunció que desplegará un contingente integrado en su mayoría por mujeres, una medida inédita hasta ahora en el país.

Los efectivos masculinos también trabajarán ese día, pero se mantendrán en un segundo plano, anunció la generala Berta Robles, quien estará a cargo del dispositivo en la capital, Santiago de Chile en su calidad de jefa de zona de Prevención y Protección de Carabineros, pero se anuncian manifestaciones en decenas de otras ciudades.

Varias asociaciones de mujeres pidieron esta semana a la justicia que garantice su derecho a manifestarse y ordene a las fuerzas de seguridad no "reprimir" la marcha, que aún no cuenta con autorización oficial porque las organizadoras no reconocen legitimidad a la actual dirección de Carabineros.

El cuerpo policial está en el punto de mira desde el inicio de la crisis y diversos organismos como ONU, Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) les han acusado de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos, muchas de ellas relacionadas con torturas y hasta delitos sexuales contra los manifestantes, represión masiva solo un poco diferente a la de la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

La marcha del año pasado por el Día Internacional de la Mujer congregó a más de 200 mil personas en Santiago de Chile, urbe de unos 6 millones de habitantes, y fue una de las más multitudinarias de la historia reciente del país, aunque se espera que la concentración de este año sea todavía más masiva.

LOS ESTUDIANTES NO PAGAN EN EL METRO

La convulsión social más grave que vive Chile desde el fin de la dictadura del general Pinochet empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago de Chile para protestar contra el periódico aumento de la tarifa y en poco tiempo se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, por una sociedad solidaria cuyos miembros reclaman dignidad.

Este corresponsal de Acento vivió en noviembre in situ la protesta chilena en Santiago y en otras ciudades del sur chileno, entre ellas Talca y Linares,  cuando las protestas, que en las últimas semanas han bajado de intensidad, aún no habían dejado el saldo final de una treintena de muertos y miles de detenidos y heridos mutilados, lo que recibió una contundente y severa condena nacional e internacional.

Pero ya entonces eran diarios los episodios de violencia extrema -saqueos, incendios, barricadas, destrucción de mobiliario público y una respuesta poco profesional e igual de violenta de la fuerza pública- que tanta difusión mediática alcanzó en detrimento de masivas concentraciones pacíficas y emotivamente protagónicas, e incluso de carabineros que se negaron a reprimir.

Previamente al fin del letargo en el que se han sumido en las últimas semanas las protestas por un mayor bienestar social, los útimos días se registraron graves incidentes en la ciudad balneario de Viña del Mar en contra del festival internacional de música televisado a todo el continente, identificado por algunos manifestantes en un show a favor del presidente del país, Sebastián Piñera.

No obstante, el cántico “Piñera conchetumadre, asesino igual que Pinochet” (la televisión chilena intentó silenciar el audio) retumbó en las tribunas y galerías de la Quinta Vergara donde se escenifica el Festival de Viña del Mar y que este año consagró una vez más al humorista Kramer cada vez que imitó el jefe del Estado, quien al calor de conflicto llegó a repetir una clásica sentencia de Pinochet: “Estamos en guerra”.

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Los comercios de las ciudades chilenas cuidan sus fachadas con planchas de madera y metal, blindaje que estos últimos días de febrero días se han reforzado luego de que el propio presidente Piñera informara que su Gobierno "se ha preparado para resguardar este marzo el orden público".

El calendario de protestas se ha anunciado que lo inaugurarán mañana "súper lunes" las organizaciones feministas, con una “intervención sorpresa en un espacio público” y una concentración el martes frente al Congreso contra la ministra de la Mujer, Isabel Plá, que será sometida a una interpelación por la oposición parlamentaria.

"Plá ha sido cómplice con su silencio de la violencia política sexual contra las mujeres en las marchas", denunció a Efe la vocera de la Coordinadora Feminista 8M, Alondra Carrillo.

"Tenemos unas expectativas muy altas y creemos que hay un fuerte deseo de las mujeres y las disidencias a salir a las calles", agregó Carrillo sobre la gran cita feminista del Día Internacional de la Mujer, cuando se espera una riada de personas en Plaza Italia, una rotonda de Santiago convertida en epicentro del estallido social y rebautizada popularmente como "Plaza Dignidad".

ESTUDIANTES, MAPUCHES Y OTROS COLECTIVOS

Durante los primeros días de marzo se esperan multitud de marchas y tomas de liceos por parte de los reivindicativos estudiantes chilenos, que a mediados de octubre empezaron a colarse sin pagar en el metro en respuesta a una subida del billete y dieron pie a una revuelta social sin parangón en tres décadas.

También habrá iniciativas a favor del medioambiente y de la desprivatización del agua y una concentración el día 11, cuando se cumplen dos años de la subida al poder de Piñera, cuyo niveles de aprobación apenas superan en la actualidad el 10 %, los más bajos en la historia democrática del país.

Para los últimos días del mes, está prevista una movilización del pueblo mapuche y otra contra el criticado modelo chileno de pensiones. En el mapa también aparece en rojo el "Día del joven combatiente", que se conmemora todos los años en honor a dos hermanos asesinados por el régimen de Pinochet.

Para Octavio Avendaño, sociólogo de la Universidad de Chile, es difícil que se vuelva a los niveles de movilización de octubre- cuando una marcha congregó a un millón y medio de personas en Santiago-, pero sí se pueden alcanzar los niveles previos al verano.

La desmovilización de la ciudadanía se explica también en que el reclamo a favor de una nueva Constitución, que reemplace a la promulgada fraudulentamente en tiempos de Pinochet, ha sido aprobado y Chile ya vive la campaña por el plebiscito constitucional que se celebrará el 26 de abril. Ese día se sabrá si es mayoritario el anhelo de cambiar o mantener la Carta Magna.

VEA AQUÍ Video de pinochetistas en contra del cambio de la Constitución.

 

 

 

Entre quienes están en contra de cambiar la Constitución destaca el discurso de “volver a la normalidad”, donde se sitúan quienes anhelan el regreso puro y simple del pinochetismo.

Entre quienes están a favor del cambio constitucional no hay el blanco-negro clásico, porque la sociedad está dividida en este campo entre quienes desean "cambiar la Constitución, pero que siempre gobierne el "espíritu de Pinochet", y también entran aquí los que están “cansados de la protesta, pero quieren cambios” y por último el sector que no desfallece y que anuncia que seguirá protestando "hasta que cambie todo".

Entre estos últimos tampoco hay unanimidad y este grupo alberga a quienes quieren "un Chile chavista/madurista", otros el "socialismo democrático a la chilena" de Salvador Allende y hasta quienes creen posible la llegada a Chile del "socialismo nórdico" (Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia, Finlandia) que aseguran combina una economía de libre mercado con un Estado que garantiza un justo sistema de seguridad social, servicios de salud y educación.

En todo caso, una gran mayoría de manifestantes espera transformaciones más profundas con la actual o la próxima Constitución, y no quedarse en las reformas a ella que se han emprendido hasta ahora, según el diagnóstico dado a María M.Mur de la delegación de EFE en Chile por la investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Emmanuelle Barozet. (Con informaciones de EFE y AFP).