Fuente: Noticiasominuto.com.br

Desde el 2014, cuando se inició la operación Lava Jato en Brasil, el esquema delictivo revelado por contratistas brasileños en licitaciones de obras públicas involucró a otros países que solicitaron cooperación internacional para investigar las denuncias.

Según informaciones del portal G1, Brasil ya ha recibido 119 pedidos, hechos por 29 países, que buscan ayuda para investigar las sospechas de delito. En contrapartida, los fiscales del Ministerio Público Federal (MPF) que integran el grupo de trabajo del equipo de trabajo ya solicitaron 172 medidas en 38 países.

En total, contando con Brasil, 49 países deben haber sido escenario de esquemas de corrupción involucrando constructoras.

"La mayoría de los pedidos de Brasil son probatorios, para obtener pruebas bancarias, y recuperar activos: bloqueo para confiscación", explicó el fiscal Vladimir Aras, secretario de Cooperación Jurídica de la PGR.

La situación se agravó a partir de la delación de Odebrecht, cuando los ejecutivos de la empresa confesaron que los delitos cometidos en Brasil también eran practicados en el exterior, en primer lugar el pago de sobornos a políticos y agentes públicos, a cambio de la obtención de contratos.

Los pedidos hechos al país son recibidos por la Fiscalía General de la República (PGR), y la tendencia es que la ayuda solicitada sea prestada a largo plazo.

La mayoría de las solicitudes enviadas a otros países solicitantes se refieren a la obtención de pruebas.

"La mayoría de los pedidos de Brasil son probatorios, para obtener pruebas bancarias, y recuperar activos: bloqueo para confiscación", explicó el fiscal Vladimir Aras, secretario de Cooperación Jurídica de la PGR.

Esta misión, sin embargo, no es tarea fácil y se configura como una de las trabas a la marcha de los procesos, ya que cada país tiene reglas propias. Se suma a ello la dificultad para la formación de equipos conjuntos de investigación, en que procuradores y policías brasileños y extranjeros pudieran actuar en conjunto.

"Cualquier equipo de investigación conjunta la facilita, porque acelera y simplifica la recolección de nuevas pruebas", explica Aras.