SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ciudadano Víctor Gómez Portorreal, escribió una carta a su pequeña hija victoria, la cual aún se encuentra en el vientre de su madre, donde muestra su indignación antes ciertos acontecimientos del país, principalmente los casos donde algunos funcionarios ostentan fortunas que no pueden explicar.
A continuación lea íntegra la carta a Victoria:
Querida Victoria:
A pesar de que todavía faltan 3 meses para tu llegada, mi primogénita, hoy siento la inmensa necesidad de hablarte. Nuestra primera conversación será de la integridad, un valor que tanto adolece en nuestra sociedad. La integridad querida hija es hacer lo correcto aunque nadie te esté mirando.
Todo lo que hagas en la vida tiene una consecuencia, tus acciones, tus palabras, a medida que vayas creciendo y escalando posiciones, van a impactar exponencialmente en la vida de los demás. Es por eso que siempre, siempre, sin importar cuanto poder amases, todas las posibilidades que se te presenten para aprovecharte de muchos o de pocos, haz siempre lo correcto.
Hoy mi hija, estoy embriagado de indignación, mientras te escribo estas líneas, me pregunto que tendré que responderte, cuando te expliquen en tu escuela/colegio la historia reciente, y veas que hay una disonancia muy grande entre mis enseñanzas y lo que vive este país. Que probablemente con todo el esfuerzo y el trabajo que me habrá costado llevarte hasta donde estés veas otras personas, o sus hijos disfrutando sobre la base de lo incorrecto.
Hoy siento una mezcla de tristeza, impotencia, y dolor. Porque quiero decirte que el bien triunfa sobre el mal. Que quien abuse de ti, quien se aproveche de ti, tendrá que responder ante la sociedad, ante el país. Pero nuestra realidad es otra. Te tocará vivir en una sociedad con un sistema de justicia, que supera los límites de la imaginación. Y aquel que no tiene como explicar, defender y justificar ni un 50% de lo logrado a través de su estadía en el poder, se consolida como cualquier empresario dominicano con varias generaciones de gran esfuerzo y trabajo.
Te pido efusivamente que al igual que yo no abandones tus valores, que nunca dejes el camino del bien, a pesar de que en momentos la balanza se incline y parezca que no hay razón misma de hacer lo correcto, recuerdasiempre mis palabras. Porque la vida en su infinita dimensión pasa su factura, y no hay goce que no encuentre su fin, dinero que mantenga su abundancia, sociedad que no empiece a repudiar, pueblo que nunca despierte, ni votantes que salden sus cuentas.
No importa cuánto se trate de justificar, ante lo evidente la verdad no se puede ocultar.
Esperándote con los brazos abiertos,
Tu Papa.