SANTO DOMINGO ESTE, República Dominicana.- Es una pena, siento una profunda pena al saber que no volveré a verte de nuevo querida amiga. Y es oportuno decir que tener tu amistad y haber trabajado a tu lado fue una de las mejores cosas que me ha sucedido en la vida, que contigo pasé gratos momentos que nunca se borrarán de mi memoria.
Recuerdo como, desde la primera vez que te vi en la redacción del periódico El Siglo, en el año 1997, siendo la única mujer que en ese momento formaba parte del equipo de foto-reporteros, noté lo sencilla y agradable que eras, noté que a tu lado la amistad se dignificaba.
En 20 años tuve la dicha de compartir contigo el oficio de fotoperiodismo, y en todo ese tiempo viví la experiencia de ver cómo tú supiste ser una extraordinaria madre, ejemplar, amorosa, abnegada, entregada por completo a tus hijos, y enviable como esposa. Todos los que te conocimos sabemos cómo te expresabas de Plinio Pérez, tu esposo, y con el orgullo y el amor que hablabas tu hogar.
Recuerdo su trabajo sobre la riada de Tamayo en el 1998, cuyas imágenes publicadas a grandes espacios en El Siglo lograron arrancar fuertes emociones de los lectores.
Todos los que te conocimos en las redacciones de los periódicos donde trabajamos sabemos de las maravillas de tu gran familia, hermanos, hermanas, siempre unidos y solidarios, valores que les inculcaron tus padres.
Es duro ver este momento tan triste y desgarrador. Hubiese querido que nunca llegara. Pero la vida es así.
Quiero expresarles mis más sentidas condolencias al ingeniero eléctrico Plinio Pérez y a sus dos encantadores hijos, Álex y Junior, estudiantes meritorios. Y decirles y decirme que a pesar que ella se nos fue abruptamente, tenemos que tener fuerzas y debemos de seguir. Y, sobre todo, continuar sintiéndonos orgullosos, pues Carmen dio toda su vida por aquello que amaba y creía era justo.
Contigo Iris pasé gratos momentos que nunca se borrarán de mi memoria. Adiós querida amiga, siempre te tendré presente en mi vida, fuiste y será por siempre mi mejor amiga (…), te extrañaré toda la vida.
Con Carmen Suarez laboramos juntos en El Siglo desde el 1997 hasta que fue conquistada por el periódico El Caribe, donde no reencontramos en el 2000 y estuvimos juntos hasta el 2005.
Después volvimos a compartir espacio de trabajo en el semanario Clave, desde 2005 hasta el 2008 y nuestro último reencuentro laboral fue en el periódico digital Acento.com.do desde 2012 hasta el 2015.
En todo este tiempo siempre nuestra amistad se fortaleció. Y si por un momento se sentía que flaqueaba, la humildad se hizo presente y con ella el pedido de perdón.
Como fotógrafa, Carmen Suárez fue extraordinaria, excelente para cualquier medio. Poseedora de olfato gráfico que permitía a cualquier lector admirar una fotografía cargada de mensajes gráficos definidos.
Carmen fotografió grandes acontecimientos de nuestra historia reciente. Recuerdo su trabajo sobre la riada de Tamayo en el 1998, cuyas imágenes publicadas a grandes espacios en El Siglo lograron arrancar fuertes emociones de los lectores.
Y así fue durante toda su existencia de reportera, siempre con paso adelantado, ojo crítico, certeza y de gran sensibilidad gráfica.
En fin, la prensa nacional acaba de perder a una de sus mejores reporteras gráficas y a una gran madre, esposa y amiga, cuyo recuerdo estará por siempre en nuestros corazones.