Toronto (Canadá), 22 nov (EFE/Julio César Rivas).- El Gobierno del nuevo primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunciará este martes los detalles de un plan para acoger a 25.000 refugiados sirios en las próximas semanas, a pesar del rechazo en algunos sectores del país tras los ataques terroristas en París.
El lunes está programado que Trudeau se reúna con los primeros ministros provinciales con los que tratará, entre otros temas, el número de refugiados que recibirá cada una de las provincias y territorios en que está dividido el país.
El mismo día, el ministro de Inmigración, John McCallum, mantendrá una conferencia telefónica con los alcaldes de las principales ciudades canadienses para tratar el tema.
El pasado viernes, McCallum se reunió con el Gobierno de la provincia de Quebec para discutir el envío al territorio francófono canadiense de miles de refugiados sirios que huyen de la guerra en su país.
Tras la reunión, el ministro reiteró su "compromiso para responder a la crisis rápidamente y también asegurar que la salud y seguridad de los refugiados que llegan, y la de todos los canadienses, sigue siendo primordial y no es puesta en peligro de ninguna forma".
Desde que Trudeau y los liberales ganaron las elecciones generales del 19 de octubre, McCallum ha estado concentrado en desarrollar un plan para cumplir la promesa electoral de aceptar 25.000 refugiados sirios antes de finales de año, a pesar de los problemas logísticos que supone.
Detalles filtrados en las últimas horas señalan que el Gobierno canadiense está planeando crear a partir del 1 de diciembre un puente aéreo para permitir la llegada de unas 900 personas al día, procedentes de campos de refugiados sirios de la región.
Los refugiados, que llegarán en el inicio del duro invierno canadiense, serían inicialmente hospedados en bases militares canadienses de todo el país para posteriormente ser distribuidos por las provincias y territorios.
El plan de reasentamiento de los 25.000 refugiados costaría unos 1.200 millones de dólares canadienses (900 millones de dólares estadounidenses) durante los próximos años.
Los preparativos se han visto dificultados por la corriente de opinión negativa en los sectores más conservadores del país tras los ataques terroristas en París en los que miembros del Estado Islámico (EI), que usaron un pasaporte sirio cuya autenticidad no ha sido verificada, mataron a más de un centenar de personas.
Siguiendo el ejemplo de numerosos gobernadores republicanos en Estados Unidos, que se han negado a aceptar en sus estados a refugiados sirios, el primer ministro de la provincia de Saskatchewan, el conservador Brad Wall, solicitó la semana pasada a Trudeau que suspendiera la acogida de refugiados sirios a Canadá.
Wall justificó la decisión por los ataques en París y la necesidad de redoblar el escrutinio de los refugiados.
"Si incluso un pequeño número de individuos que desea dañar nuestro país fuera capaz de entrar a Canadá como resultado de un proceso acelerado de reasentamiento de refugiados, los resultados podrían ser devastadores", dijo Wall en una carta enviada a Trudeau.
"Los recientes ataques de París son un macabro recuerdo de la muerte y destrucción que incluso un pequeño número de malvados individuos pueden infligir a un país pacífico y sus ciudadanos", añadió Wall.
Pero a diferencia de lo que está ocurriendo en Estados Unidos, el rechazo de Wall es la excepción en Canadá y la mayoría de los primeros ministros provinciales, así como los alcaldes de las mayores ciudades del país, han expresado su apoyo a la llegada de refugiados sirios.
Kathleen Wynne, la primera ministra de Ontario, la mayor provincia de Canadá, señaló el viernes que aunque es apropiado asegurar las medidas adecuadas en el proceso de verificación de seguridad de los refugiados, lo que es inadmisible es "permitir que la seguridad enmascare el racismo".
Y la provincia de Quebec, la segunda mayor del país y que inicialmente tenía previsto recibir unos 5.700 refugiados sirios, ha señalado su disposición a aumentar esa cifra hasta los 16.000.
El primer ministro quebequés, Philippe Couillard, justificó su posición en favor de la llegada de los refugiados porque se comprobará su seguridad "de una forma muy profesional".
"Y estamos hablando de familias, niños que vieron a sus madres, padres, primos morir frente a sus ojos, cuyos pueblos fueron destruidos. Siempre hemos ayudado al mundo y lo haremos otra vez", afirmó. EFE