SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Es sábado 26 de marzo, el día número 48 de la protesta organizada por distintos grupos juveniles que se oponen a la tala de árboles en el recinto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Son casi las 10 de la mañana. Hace poco tiempo desde que se levantaron y todavía queda a la vista algún vaso plástico, cepillo de dientes u otro objeto de uso personal. Los jóvenes tienen mucho trabajo para hoy.

Se disponen a organizar las casas de campaña y todo el espacio que tienen ocupado, sobre todo porque hay que subsanar los estragos que dejó el concierto celebrado en la víspera; pero también tienen cientos de latas de aluminio y embases de plástico que deben acondicionar antes de entregar a una planta de reciclaje.

Están utilizando los recursos obtenidos en este intercambio para reparar butacas y, de paso, enviarles a las autoridades el mensaje de que es posible utilizar los desechos sólidos de forma productiva.

Viven en este lugar, literalmente, desde el día ocho de febrero, cuando fue instalado el campamento que dio inicio a una manifestación pacífica, pero firme y extendida.

El objetivo es evitar que los pulmones ecológicos de la universidad, espacios en los que además están ubicadas las distintas “embajadas” de los pueblos del interior, no sean sustituidos por parqueos u otras infraestructuras, como tienen previsto las autoridades.

Las “embajadas” son espacios de intercambio social y cultural con gran importancia para miles de estudiantes que acuden a ellas para sostener reuniones, interactuar con otros estudiantes y  estudiar. Según los jóvenes del Campamento, había en todo el recinto cerca de 150 embajadas, y 22 de éstas han sido destruidas.

Entre las exigencias de los jóvenes militantes también está que, lejos de invertir en infraestructuras que no consideran prioritarias, las autoridades universitarias se enfoquen en higienizar el comedor y los baños, acondicionar las edificaciones que están en mal estado, adecuar espacios de estudios para los discapacitados, mejorar los sistemas de inscripción y pagos, equipar los laboratorios de distintas facultades o enmendar el déficit de butacas que hay en la academia.

En efecto, si se hace un recorrido por algunas facultades de la alta casa de estudios  quedan en evidencia todas estas carencias. La presencia de basura y arrabales en diferentes puntos del recinto es constante y el estado de deterioro de algunos baños y laboratorios también deja a la vista deficiencias muy marcadas. Con frecuencia se producen olores desagradables que invaden algunos espacios de docencia y recreación.

Según expresa Gregory García, coordinador general del grupo juvenil 2J14, el movimiento cuenta con el respaldo de 35 mil estudiantes y empleados de la UASD que se sumaron a la causa y cuyas firmas serán anexadas al “manifiesto” generado por los jóvenes.

No hay solución a la vista

A pesar de que el actual rector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet, ha felicitado a los manifestantes por la forma en que están desarrollando su lucha, todavía no se vislumbra un acuerdo.

Mientras los estudiantes colocan sus afiches con suscripciones como “un árbol muere de pie” o “los estudiantes somos sujetos, no objetos”, los equipos pesados avanzan en la construcción de parqueos un poco más al sur.

Según comenta Gregory García, habían programado un encuentro para el día 31 del presente mes, pero fue pospuesto sin que se tenga una nueva fecha todavía.

Hasta el momento, la protesta es sostenida por el grupo ecologista Escape Ambiental, la Red Nacional de Jóvenes, el movimiento DJ14 y otras organizaciones estudiantiles.

A los reclamos de estos jóvenes no se han unido los partidos políticos que hacen vida en la UASD pese a que algunos de los dirigentes de esas organizaciones manifiestan su apoyo de manera particular.

Actividades

Además del reciclaje y la reparación de butacas (ya han acondicionado unas 45), los jóvenes han incorporado actividades artísticas a su programa, entre las que están las tardes literarias, que tienen lugar cada lunes, y en las comparten textos de protesta; y el “Museo de las Necesidades”, que tendrá lugar cada viernes mientras dure el campamento.