BAITOA, Santiago.- Un cadáver profanado una tumba en el cementerio del distrito municipal de Baitoa, el cual conserva algunos rasgos casi igual a los que tenía al momento de ser enterrado hace más de 15 años, ha desatado un gran revuelo entre las autoridades y los deudos.
Miembros de la familia Valerio, en Baitoa, han confirmado que se trata del cadáver de María Catalina, una anciana, fallecida a mediados de la década de los años 90, tras sufrir un infarto.
Pese al tiempo el cadáver no se ha desintegrado y conserva casi intacto varios de los accesorios con los cuales fue enterrado, como el vestido, un rosario y otros detalles, mientras que su piel luce como hubiese pasado por un proceso de disecado.
María Guadalupe Valerio, entrevistada por la periodista Yomaira Del Rosario de “Informativo Teleantillas”, se identificó como hija de la anciana María Catalina, afirmó que el cadáver tiene la misma posición que había adoptado el cuerpo de la anciana en vida, por su enfermedad, la cual la obligó a estar recostada en una cama varios años, ya que previo al infarto que le habría provocado la muerte, habría sufrido una parálisis parcial.
Testimonios recogidos en torno al hecho, entre los lugareños de Baitoa, dan cuenta de que el cadáver pudo haber sido sacado por la falta de especio en el cementerio de la comunidad de Baitoa, donde desde hace varios meses llevan a cabo distintas manifestaciones en reclamo de que se construya un sacramental nuevo.
La colocación del cadáver a la intemperie, en el cementerio de Baitoa, no solo ha desatado un gran revuelo por los aspectos que tiene, pese al tiempo, sino que también ha abierto las puertas a versiones de distintas sobre el hecho.
Sobre la situación del cadáver algunos han especulado que puede tratarse del efecto causado por los productos químicos inyectados al cuerpo, el cual hubo que dejar tras días sin enterrar por asuntos familiares.
Los más devotos creen que se trata de un milagro, una señal divina, otros han llegado más lejos y creen que la anciana tenía poderes que la han logrado mantener sin desintegrarse, más allá de su muerte física.
Entre el revuelo y las creencias, algunos de los miembros de la familia de la señora, también han expresado sus quejas por la forma en que fue sacado el cadáver de un nicho de una bóveda , que le habían cedido hace unos siete años.
María Guadalupe manifestó que al ver como se ha tratado el caso y como han movido el cadáver de su pariente, esto la ha regresado a dolor de tres lustros atrás, cuando tuvo que acudir al cementerio de la comunidad para el entierro.
Antes la polémica y las excusas de la persona encargada de velar por la seguridad del cementerio, quien alegó no haberse dado cuenta de la situación hasta que vio el cadáver fuera del nicho, los deudos de la anciana María Catalina, lograron una autorización de la Policía, para llevarse el cuerpo a la casa, donde han habilitado un espacio, para hacer lo que sería un segundo velatorio, en espera de que se le asigne otro lugar para el descanso del cadáver.