SANTO DOMINGO-. El acuerdo que cerró el Gobierno dominicano con Apache Corporation para la exploración de hidrocarburos en la cuenca marítima de San Pedro de Macorís fue el final de un extendido proceso que se remonta al 2013, con la creación del Ministerio de Energía y Minas, y que en sí mismo ejemplifica las bondades en el desarrollo nacional que dejan las decisiones políticas basadas en el principio de la continuidad del Estado.

“La licitación de este contrato fue hecha en el gobierno pasado y nosotros lo que hemos hecho es darle seguimiento y acelerarlo para poder firmarlo ahora”, dijo el presidente Luis Abinader.

Detrás de la sola firma hay siete años de trabajo que pasaron de mano en mano, de funcionario a funcionario, hasta llegar a este Gobierno que ha exaltado el acuerdo, licitado en la gestión pasada, como un “hito para la historia”, la puerta que abre las inversiones para la exploración y posible producción petrolera en República Dominicana.

Para que se tenga una idea del potencial del que se habla, la firma con Apache es para la exploración de un solo bloque, el SP2 que corresponde a 2,535 kilómetros cuadrados de la cuenca de San Pedro de Macorís. Y República Dominicana tiene más de 21,000 kilómetros de línea sísmica, donde solamente cuatro cuencas, agrupan 14 bloques para exploración de hidrocarburos.

Apache Corporation ganó la licitación (la única en participar y concluida en noviembre 2019) de la primera subasta de bloques de hidrocarburos de la República Dominicana. “Los estudios dicen que hay petróleo y gas ¿Son explotables económicamente? Eso es lo que tienen que hacer las empresas que ganen la licitación. Esta es la primera, espero que este Gobierno siga licitando los bloques que quedan”, apuesta el exministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde.

La cuenca del Cibao tiene seis bloques y 6,946 kilómetros cuadrados, la cuenca de Enriquillo, con tres bloques y 3,100 kilómetros cuadrados, la cuenca de Azua tiene un bloque con 795 kilómetros cuadrados y la cuenca de San Pedro de Macorís, tiene cuatro bloques, que agrupan 10,339 kilómetros cuadrados.

Pero todos estos kilómetros de exploración que hoy se cuentan tan fácilmente, iniciaron con Pelegrín Castillo a la cabeza del Ministerio de Energía y Minas, en 2013. En el corto tiempo al frente de la cartera ejecutó el primer paso: la licitación para viabilizar una Base Nacional de Datos de Hidrocarburos (BNDH), que fue ganada por Schlumberger, empresa líder mundial en asistencia técnica para la industria petrolera y de gas.

El objetivo de esta base de datos era, precisamente, disponer del ordenamiento, digitalización y rastreo de toda información referente al potencial de explotación de hidrocarburos en suelo dominicano, desde el 1904, para agruparla en una plataforma digital y en línea que pudiera ser mostrable, vendible. Pelegrín Castillo, terminó renunciando del cargo de ministro en 2015, por desacuerdos políticos con el Gobierno de Danilo Medina, y le sustituyó Antonio Isa Conde (2015-2020).

Bajo mando de Isa, el Ministerio de Energía y Minas lideró la recopilación de todo lo que en materia de hidrocarburos estaba disperso. “No había ninguna información técnica que no fueran estudios viejos, pero no estaban recogidos en ningún sitio. Comenzamos a recorrer las informaciones…”, explica Isa Conde, que se encontraban esparcidas entre empresas y academias  extranjeras que habían estudiado o explorado suelo dominicano.

Así fue como en un proceso de tres años, y con una inversión de unos 27 millones de pesos, se recuperó más de 21,000 kilómetros de líneas sísmicas. “Hacer eso (desde cero) nos hubiera costado 150 millones de dólares”, agrega Isa Conde. La documentación fue interpretada por la compañía Schlumberger para la creación de la Base de Datos de Hidrocarburos.

Entonces vino después el proceso de reglamentos de la Ley 45-32 de Exploración y Producción de Hidrocarburo, que aun con 60 años de vigencia, no tenía un reglamento de ejecución.

“Ya con el modelo económico, con la base legal y sobre todo con los fundamentos técnicos, comenzamos a elaborar los modelos de contratos…”, y entonces dice Isa Conde fue cuando finalmente se llegó a un modelo de contrato que, además de beneficioso para las compañías inversionistas, fuera “extremadamente beneficioso para el país”. “Fíjate que el contrato garantiza para el país por lo menos un 40% de beneficios en el peor de los casos, pero podrían llegar hasta el 70% en función de los precios”, explica el exministro.

En es proceso hubo una segunda licitación que ganó la firma global Wood Mackenzie, para diseñar una ronda petrolera para la promoción del potencial de hidrocarburos, previo a la subasta de los bloques para ceder derechos de exploración y explotación. La consultoría a Wood Mackenzie fue por un monto de US$1,077,000, en mayo del 2018.

Isa Conde apuesta porque Apache garantice la explotación de la cuenca de San Pedro para el gas, que es una energía más limpia que el petróleo y con más valor en futuro. “Eso sería una bendición para el país, que pudiera explotarse, sobre todo en las condiciones que el contrato dice que debe explotarse”.