SANTO DOMINGO, República Dominicana. –El Ministro de Defensa, teniente general Luciano Días Morfa, y los comandantes generales de los diversos cuerpos de las Fuerzas Armadas, tienen el desafío de conseguir recursos para ejecutar doce proyectos de modernización, equipamiento y renovación del inventario bélico de las instituciones militares, pendiente de asignación de fondos desde 2012.

Los proyectos fueron aprobados por cada una de las instituciones militares, y remitidos al Poder Ejecutivo para que sean incluidos en la Ley General de Presupuesto de la Nación, pero hasta el momento no ha sido posible.

Las propuestas, según las FF.AA., están orientadas garantizar y proteger el espacio terrestre, marítimo y aéreo nacional, con nuevas tecnologías y equipos, ante las amenazas externas del crimen organizado, tales como terrorismo, narcotráfico, tratas de personas, armas, ciberdelito y otros.

Le toca ahora al teniente general Díaz Morfa gestionar con el presidente Luis Abinader, los recursos que permitan llevar a cabo estos proyectos, algunos declarados Necesidad Nacional, para instalar y optimizar los insumos militares de los cuerpos castrenses.

Los aparatos de uso exclusivo militar con que cuentan la Armada, Ejército y la Fuerza Aérea de la República Dominicana, fueron adquiridos en las décadas de los 80 y 90, solo unos pocos en los gobiernos de Hipólito Mejía y Leonel Fernández

Los proyectos ya fueron aprobados por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) y cuentan con el código SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública). Solo faltan las asignaciones presupuestarias.

Durante los gobiernos de Dania Medina (2012-20020) las Fuerzas Armadas no recibieron fondos adicionales para suplir la falta de equipamiento de las instituciones militares. El último desembolsos en ese sentido fue en julio de 2010, en la gestión de Leonel Fernández; cuando el gobierno desembolsó US $26 millones para la compra de dos radares militares.

Las obras que se construyeron en las distintas instituciones castrenses en el pasado gobierno, se hicieron de los fondos asignados del presupuesto anual de las Fuerzas Armadas.

Al menos 7 de los 12 proyectos militares en carpeta están dirigidos a la compra de tecnología, vehículos blindados y de asalto, lanchas, buques, plataforma de comunicación e instalación de radares militares, todos para las operaciones de defensa nacional y la seguridad interna del país.

Para las Fuerzas Armadas es prioridad adquirir equipos blindados de transporte militar, renovar la flota naval, concluir la instalación de dos radares militares, terminar el Centro de Control y Comunicaciones de Aeronavegación, en la Base Aérea de San Isidro, entre otros.

Los aparatos de uso exclusivo militar con que cuentan la Armada, Ejército y la Fuerza Aérea de la República Dominicana, fueron adquiridos en las décadas de los 80 y 90, solo unos pocos en los gobiernos de Hipólito Mejía y Leonel Fernández.

Las Fuerzas Armadas han dependido, en los últimos 8 años, de las ayudas militares que les hacen naciones como Estados Unidos y Taiwán (esta última antes de romper sus relaciones), las cuales han donado helicópteros, armas y vehículos, para la operatividad de los cuerpos armados.

El Ejército de la RD viene solicitando fondos adicionales en presupuesto desde 2012, para renovar la flotilla de vehículos militares y las unidades de apoyo a la seguridad interna, ciudadana y de Gestión y Mitigación de Crisis y Emergencia, pero les fueron negados.

Conforme a la propuesta de las autoridades, el ERD carece de unidades blindadas para el transporte de tropas, equipadas con tecnología de vehículo de asalto ligero, para llevar a cabo operaciones de Defensa y seguridad interna.

Mientras que la Armada de la República Dominicana sometió también un proyecto para repotenciar sus buques de guerra y guardacostas, equipados con tecnología de punta orientada a combatir el narcotráfico, los viales ilegales y otros delitos en rutas marítimas.

Asimismo, la FARD gestiona recursos adicionales, a través del Ministerio de Defensa, para optimizar el sistema eléctrico de la Base Aérea de San Isidro, a fin de lograr un suministro de energía continua para el soporte de la aeronavegabilidad militar.

Incluye, además, la instalación de la plataforma de dos radares militares C -3, los cuales llevan ocho años paralizados por falta de recursos.

Las autoridades militares no han revelado los montos que implican estos proyectos, considerados, por el alto mando, de suma importancia para la operatividad de las instituciones castrenses.