SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “En este momento no estoy interesado en Cleopatra, me interesa Nefertiti. Nunca hay que ir detrás de dos mujeres al mismo tiempo”. Hawas se ríe de su propia broma”. Así se lee en la sección Cultura de la edición de este viernes del diario español El País, que entrevistó al egiptólogo más famoso del mundo: Zahi Hawass.

El experto reveló en esta entrevista que ha dejado de apoyar la teoría de la dominicana Kathleen Martínez, quien cree que el sarcófago de Cleopatra está en el templo de Taposiris Magna.

"La tumba de Cleopatra está en la ciudad de Alejandría, bajo el agua", sostiene ahora el afamado egiptólogo.

Magna está situada a 45 kilómetros de Alejandría y es allí donde la experta dominicana Kathleen Martínez excava desde el año 2005, convencida de que aparecerá en ese lugar la tumba de Cleopatra, la última gobernante de la dinastía ptolemaica, la también diplomática, comandante naval, lingüista​ y escritora de tratados médicos del Antiguo Egipto, esposa de Marco Antonio, de Ptolomeo XII y de Ptolomeo XIV.

"Yo ya no la respaldo (a la dominicana Kathleen Martínez), he sacado mi nombre del proyecto”. Vaya, llevaba años dándole credibilidad, ¿qué ha pasado? “Había que excavar. Se ha excavado y ha quedado claro que no hay nada, Cleopatra no fue enterrada allí”. ¿Dónde pues? “En Alejandría, cerca de su palacio, en la zona que ha quedado bajo el agua” ¿Podemos encontrarla? “¿Por qué no?”. No se le ve muy apasionado. “En este momento no estoy interesado en Cleopatra, me interesa Nefertiti. Nunca hay que ir detrás de dos mujeres al mismo tiempo”. Hawas se ríe de su propia broma. “Una después de otra”, dice el texto de Jacinto Antón.

El egiptólogo más famoso del mundo fue abordado por el periódico madrileño del poderoso Grupo Prisa aprovechando que Zahi Hawass acudió a Madrid con motivo de la exposición Tutankamón: la tumba y sus tesoros. Esta está compuesta por réplicas del sepulcro del faraón que reinó Egipto de 1336  a 1327 a. C.

El periodista de El País sostiene que Zahi Hawass se ha vuelto más empático tras la Primavera árabe, la revuelta que significó su caída como Ministro de Antigüedades de Ḥusnī Mubarak, el dictador​​​​​​ que durante casi treinta años ocupó el cargo de presidente de la República Árabe de Egipto.

Hawass le reveló que volverá a analizar la momia de Tutankamón "con una máquina muy sofisticada" y sobre el polémico asunto de las cámaras secretas en la tumba del joven faraón recalcó que nunca se lo creyó.

“Pensar que ahí al fondo estaba la tumba de Nefertiti es absurdo, los antiguos egipcios nunca bloquearían una tumba con la de otra persona. En fin, los radares ya han demostrado que no hay nada de nada”, dijo y sugirió que "todo el revuelo se montó porque Nefertiti vende mucho y los responsables de antigüedades mordieron el anzuelo del autor de la teoría, Nicholas Reeves".

El texto  concluye recordando que el egiptólogo ha escrito el libreto de una ópera sobre Tutankamón:  “Sí, justo la he acabado, junto a Francesco Santocono. La idea es que se estrene en la inauguración del nuevo Gran Museo Egipcio, a finales de año. La música es del italiano Lino Zimbone, una colaboración como la de Mariette pachá, el gran egiptólogo, con Verdi en Aida en 1871. La haremos en la inauguración del museo y luego en Luxor cuando se cumpla el centenario del hallazgo de la tumba de Tutankamón, en noviembre de 2022″,reveló.

Sobre qué trata la ópera en cuestión, reveló que “el primer acto muestra el nacimiento de Tutankamón en Amarna y a Nefertiti muy afectada porque ella solo ha dado hijas a Akenatón y ahora este niño será el rey. Consulta a un sacerdote malvado y este sugiere contactar con el enemigo rey de Kush, que les envía un asesino. El niño es salvado por el comandante Horemheb. Es un drama, como tienen que ser estas historias”.

"Recuperaré el patrimonio robado de Egipto"

Dieciocho años después de la colocación de la primera piedra, el Gran Museo Egipcio (GME) ya tiene fecha de apertura: será en octubre, cuando más de 50.000 piezas arqueológicas serán expuestas al público en un inmenso recinto de 50 hectáreas a las afueras de El Cairo, cerca de las pirámides de Giza.

Desde el vestíbulo del gran museo, el Coloso de Ramsés II, de 83 toneladas, dará la bienvenida a los visitantes que quieran contemplar el vasto patrimonio arqueológico de la antigua civilización egipcia, una de las más legendarias de la historia.

Sin embargo, el público no podrá admirar algunas de las piezas más icónicas del Antiguo Egipto, como el busto de Nefertiti o la piedra de Rosetta (clave para descifrar los jeroglíficos egipcios), dos de las muchas que fueron expoliadas y que en los últimos años el Gobierno egipcio intenta recuperar.

El arqueólogo, escritor y exministro de Antigüedades de Egipto, también conocido como el "Indiana Jones" egipcio, es una de las figuras que más ha luchado por recuperar el patrimonio robado, y no dejará de hacerlo: "Vamos a recuperar todas las piezas. Recuperaré todo el patrimonio expoliado. Soy un gran luchador, y siempre gano", advierte en una entrevista con Efe.

"Hay que concienciar a los Gobiernos responsables. Macron -presidente francés- ya ha reconocido que el imperialismo sustrajo muchos artículos de África que tendría que devolver. Y el Museo de Amsterdam ya ha empezado a hacerlo y nos está devolviendo piezas", apostilla.

"Es el momento de que el imperialismo devuelva a Egipto lo que le ha robado y que nuestro país recupere piezas que con el tiempo han acabado en subastas para ricos y príncipes que las guardan en habitaciones privadas donde nadie más puede verlas", lamenta Hawass.

El egiptólogo se encuentra en Madrid para impartir una conferencia dentro de la muestra "Tutankhamón: La Tumba y sus Tesoros", que estará abierta hasta el 19 de abril.

Tutankamón, el más famoso aunque murió a los 18 años, no viajará nunca más

Este será, de hecho, el último viaje del ajuar del "niño de oro", porque "cuando el GME esté listo, en octubre de este año, el tesoro de Tutankamón no viajará nunca más. Se quedará en El Cairo toda su vida", avanza el famoso y polémico experto egipcio.

La exposición es una oportunidad única para adentrarse en el mundo de la arqueología del Antiguo Egipto, un fantástico viaje en el tiempo que incluye las cámaras funerarias y los tesoros del faraón tal y como fueron descubiertos en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter.

Esta tumba y los más de 5.000 objetos que la componen son, de hecho, el motivo de que Tutankamón sea uno de los faraones más famosos de la historia, pese a haber tenido un reinado muy corto (del 1332 al 1323 a.C.) y morir con solo 18 años.

"Su tumba es única porque cuando se encontró estaba completamente intacta pero, además, su descubrimiento se vio acompañado de un halo de misterio, con la muerte -cinco meses después del hallazgo- de Lord Carnarvon, quien había financiado la búsqueda de este tesoro indescriptible. Ahí nació la leyenda de la maldición de Tutankamón y tantas otras historias que gustan al público", explica.

Hawass cuenta que los saqueadores de tumbas intentaron entrar en un par de ocasiones pero las dos veces la policía del cementerio del Valle de los Reyes logró espantarles y sellar la entrada. Tiempo después, la construcción de la tumba de Ramsés VI bloqueó la entrada y evitó que cayera en manos de los ladrones.

Cuando Carter la descubrió, encontró una tumba intacta, con 5.398 objetos. "De todos ellos, me quedo con la daga que tenía la momia. La talla del artista es simplemente impresionante. Además, era la daga del faraón, la que utilizó para luchar contra las criaturas salvajes en su corta vida", subraya Hawass.

Y, cómo no, la famosa máscara dorada. Once kilos de oro puro policromado, una obra de arte que "si la miras atentamente cautivará tu corazón", asegura conmovido el egiptólogo.

Y aunque el misterio siga rodeando gran parte de la historia del Antiguo Egipto, poco a poco, las nuevas tecnologías desvelan muchos de los secretos de la arqueología. En 2010, el propio Hawass realizó análisis genéticos y escaneó la momia de Tutankamón, lo que ayudó a determinar que el niño dorado era hijo de dos hermanos: Akenatón y Kiya, consanguineidad que le originó numerosos problemas de salud y una enfermedad ósea.

"La tomografía computerizada reveló que Tutankamón tenía una fractura en la pierna izquierda, causada probablemente por un accidente sufrido dos días antes de su muerte. Pero además, tenía pie cavo, problemas de circulación y malaria", detalla.

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Hallar a Nefertiti sería "un sueño"

Hawass reconoce que es difícil que el mundo vuelva a encontrar un regalo similar al de la tumba de Tutankamón pero no pierde la esperanza: "Es lo que deseo cada día de mi vida. Todos los días cuando me levanto espero ver en mi móvil un mensaje de mi asistente que me diga que hemos encontrado una tumba".

Para Hawass, dar con la momia de Nefertiti sería "un sueño". "Es lo que más me gustaría encontrar". Por ahora, él y su equipo siguen buscando cerca de la tumba de Akenatón III, donde el arqueólogo cree que está enterrada.

Pero el trabajo de Hawass no se queda ahí. También busca en el valle de Dahlman, donde piensa que están enterradas las reinas de la Dinastía XVIII, y la semana que viene comienza una nueva búsqueda al sur de El Cairo, en Saqqara, donde cree que puede estar enterrado Imhotep, el científico erudito primer arquitecto de la pirámide escalonada de Saqqara. Es solo cuestión de tiempo y paciencia, y Hawass tiene las dos cosas. EFE, Elena Camacho