Londres, 24 jun (EFE/Viviana García).- El triunfo del "brexit" en el referéndum del jueves en el Reino Unido ha forzado la dimisión este octubre del primer ministro, David Cameron, cuyo aviso sobre las consecuencias de la salida no fueron suficientes para convencer al electorado.
Como un auténtico terremoto político, con repercusiones nacionales e internacionales, Cameron anunció visiblemente emocionado ante su residencia de Downing Street que había informado a la reina Isabel II su intención de renunciar después de que la población apoyase la salida de la UE con el 51,9% de los votos.
El resultado del plebiscito, sobre el que los analistas habían anticipado que podía ser ajustado, causó una gran conmoción porque los políticos y la prensa consideraron que el desenlace final se decantaría, no obstante, a favor de la permanencia.
Una hora después de conocerse el resultado oficial en Manchester, en el norte de Inglaterra, Cameron salió a la puerta del 10 de Downing Street junto a su esposa, Samantha, para comunicar su dimisión y subrayar que la voluntad del pueblo debía ser respetada.
Con la voz por momentos entrecortada, el "premier" dijo que se sentía honrado por haber servido al país desde 2010 y prometió hacer todo lo posible por ayudarlo a prosperar en el futuro.
Su intensa y apasionada campaña en favor de la permanencia, que contó con el respaldo de instituciones internacionales y del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no fue suficiente para convencer a una población inquieta por el aumento de la inmigración.
El profesor de estudios británicos Andrew Mycock, de la Universidad inglesa de Huddersfield, dijo hoy a Efe que muchos euroescépticos no aceptaban que Europa pudiera acabar como un Estado federal y sentían que la UE perjudicaba la identidad británica.
"Más recientemente, asuntos como la inmigración han pasado a primer plano, pues algunos conservadores argumentaban que el principio de libre movimiento de ciudadanos comunitarios tenía un detrimento en la cultura británica, en los servicios públicos y la cohesión social", subrayó el catedrático.
Ante la inquietud que la decisión electoral pueda tener entre los comunitarios residentes en el Reino Unido, Cameron dejó claro que no habrá "cambios inmediatos" en sus circunstancias ni tampoco de los británicos que estén residiendo en otros países del bloque europeo.
También puntualizó que no habrá cambios iniciales en el libre movimiento de ciudadanos, mercancías y servicios.
Sin embargo, ha dejado en manos del futuro líder del Partido Conservador y, en consecuencia, próximo primer ministro, la decisión final sobre cómo negociará el Reino Unido el proceso de ruptura con Bruselas, para lo que puede solicitar activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que especifica ese mecanismo de salida.
Esa decisión quedará para octubre, cuando el partido elegirá al sucesor de Cameron con motivo de la celebración del congreso anual de la formación, prevista entre el 2 y el 5 de octubre en Birmingham, en el centro de Inglaterra.
"El Reino Unido es un país especial, tenemos tan grandes ventajas, una democracia parlamentaria en la que resolvemos los grandes problemas sobre nuestro futuro a través de un debate pacífico, una gran nación comercial con nuestra ciencia y las artes", recalcó Cameron en un discurso a la nación.
"Si bien salir de Europa -dijo- no era el camino que yo había recomendado, soy el primero en elogiar nuestra increíble fortaleza".
"Ahora que la decisión ha sido tomada de salir, necesitamos encontrar la mejor manera (de hacerlo)", agregó el "premier", y comunicó que el Gobierno se reunirá este mismo lunes.
Cameron había convocado este plebiscito el pasado febrero después de haber negociado con sus socios comunitarios una serie de reformas, entre ellas las relativas al limitado acceso a las ayudas sociales que tendrían los comunitarios recién llegados.
Sin embargo, esa negociación fue considerada insuficiente por el campo del "brexit", partidario de tener todo el control de las fronteras, acabar con la burocracia de Bruselas, pero sobre todo de recuperar la primacía del Parlamento de Westminster.
En un discurso, el exalcalde de Londres Boris Johnson defendió el resultado electoral y dijo que el pueblo británico "ha hablado en favor de la democracia en el Reino Unido y en Europa". "Creo que podemos sentirnos muy orgullosos del resultado", matizó.
Según los analistas, Cameron convocó la consulta para poner punto y final a las históricas reclamaciones del ala euroescéptica del Partido Conservador, que solicitaba la convocatoria de un referéndum sobre el futuro del país en el bloque europeo.
Ben Wellings, profesor de estudios europeos de la Universidad Monash de Australia, dijo hoy a Efe que "la votación ha dividido al pueblo británico y bien podría llevar a la fractura del Reino Unido", y no descartó la división del Partido Conservador. EFE
Los británicos deciden romper con Bruselas en el histórico referendo
Londres, 24 jun (EFE/Patricia Rodríguez).- Los británicos han decidido romper relaciones con la Unión Europea (UE), a la que llevan 43 años vinculados, tras un histórico referéndum en el que el Reino Unido ha dado su apoyo al "brexit" con un 52 % del respaldo frente al 48 %.
El esperado plebiscito, en el que han votado más de 30 millones de ciudadanos de los 46 millones censados, ha contado con la mayor participación desde 1992 -un 72,1 %- pese a que las lluvias torrenciales que azotaron ayer al país, sobre todo en Londres y el sur de Inglaterra, dificultaron el acceso a las urnas.
Los primeros resultados que se conocieron de madrugada fueron los del Peñón de Gibraltar, que votó por la continuidad con abrumadora mayoría -del 96 %- cuando todavía las encuestas daban la victoria a la permanencia.
El voto rural pesó finalmente en Inglaterra, que se inclinó por el "brexit", con un 53 % del respaldo ciudadano frente al 46,6 % favorable a la Unión, a pesar de que su capital, Londres, una ciudad de 8,6 millones de habitantes, se inclinó, como era previsible, por la continuidad, con un 60 % a favor de la Unión, frente al 40 %.
También Gales votó por abandonar el bloque común con el 52,5 % del respaldo frente al 47,5 % de los votos.
Como se preveía, Irlanda del Norte apostó por la Unión -con un 55,8 % frente al 44,2 %-, al igual que Escocia, que escogió seguir formando parte del proyecto europeo -62 % frente al 38 %- y cuyo Gobierno se plantea ahora convocar un segundo referendo sobre la independencia escocesa del Reino Unido.
Al poco de conocerse los resultados, que anunció la Comisión Electoral en el ayuntamiento de Manchester (norte del país), Cameron compareció a las puertas de su despacho en Downing Street para anunciar que entregará el liderazgo del Partido Conservador en octubre, cuando la formación celebre su reunión anual en Birmingham.
El "premier" considera que debe respetarse la voluntad de los ciudadanos y que las negociaciones con Bruselas sobre la salida británica del bloque común deberán hacerse con otro líder.
También aseguró que no habrá modificaciones iniciales en el libre movimiento de ciudadanos, mercancías y servicios y adujo que el próximo jefe del Ejecutivo deberá decidir si pide activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el proceso sobre la retirada de un Estado miembro de la UE.
Fue el propio Cameron quien convocó el referendo en febrero tras negociar con sus socios comunitarios un nuevo encaje británico en la UE con una serie de reformas, entre ellas un límite al acceso a las ayudas sociales que tendrían los comunitarios recién llegados.
Los abanderados del "brexit" -centrados en recuperar el control de las fronteras, el poder del Parlamento y terminar con la burocracia de Bruselas, consideraron el nuevo engranaje insuficiente.
Tras conocerse el resultado del referendo, la ministra principal escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, dejó hoy abiertas las puertas a la convocatoria de un segundo referendo sobre la independencia de esa región del Reino Unido.
Los escoceses ya celebraron un plebiscito de ese tipo en septiembre de 2014, que se saldó con un 55 % de votos en pro de la unidad.
La noticia también ha tenido un impacto inmediato en la economía nacional, con el desplome de la Bolsa de Valores de Londres, el hundimiento de la libra esterlina -que llegó a caer en las últimas horas más de un 10 % respecto al dólar, hasta los 1,33 dólares, su nivel más bajo desde 1985, y la intervención del Banco de Inglaterra.
Esa entidad bancaria aseguró hoy que dará "todos los pasos necesarios" para garantizar la estabilidad monetaria y financiera en el Reino Unido y dijo que tiene preparados 250.000 millones de libras (310.000 millones de euros, al cambio de hoy) adicionales para sustentar al sistema financiero nacional ante la prevista volatilidad del "brexit".
Los defensores de esta postura han celebrado la noticia, calificada como "oportunidad gloriosa" para este país de recuperar su "voz en el mundo" y retomar el control de Bruselas, en palabras del exalcalde de Londres, Boris Johnson, mientras que del bando de la continuidad algunos, como el exprimer ministro laborista Tony Blair han expresado su "tristeza". EFE