Río de Janeiro, 27 jun (EFE).- La denuncia por corrupción contra el presidente de Brasil, Michel Temer, presentada por la Fiscalía, recorrerá un tortuoso camino en el Supremo y la Cámara baja hasta la aceptación o rechazo que sellarán la suerte del mandatario.
La denuncia fue presentada este lunes y ahora el magistrado Edson Fachín, instructor del caso en la Corte Suprema, deberá hacer un primer análisis de las acusaciones para luego remitir el asunto a la Cámara de Diputados, por imperativos constitucionales.
En ese caso, Temer será notificado oficialmente del inicio del proceso que puede llevarlo a juicio y la Comisión de Constitución y Justicia de los diputados debatirá el caso durante un plazo máximo de diez sesiones, en el que el presidente tendrá la oportunidad de presentar su defensa.
Conocidas las alegaciones de Temer, la comisión tendrá otro plazo de hasta cinco sesiones para manifestarse sobre la denuncia, según un informe que será elaborado por el diputado que sea designado como instructor del proceso, que será votado por los 66 miembros de ese comité, en el que la base oficialista tiene clara mayoría.
Si el 'sí' logra 342 votos, que equivalen a dos tercios del total de diputados, se autorizará la instauración del proceso penal en la Corte Suprema.
Al margen de que la denuncia sea aceptada o rechazada por esa comisión, el informe del instructor será remitido al pleno de la Cámara baja, en el que será leído, debatido y votado por los 513 diputados.
La votación seguirá los moldes del proceso usado para separar de la Presidencia el año pasado a Dilma Rousseff, y cada uno de los diputados será llamado a la tribuna para manifestar si acoge o no la denuncia.
Si el 'sí' logra 342 votos, que equivalen a dos tercios del total de diputados, se autorizará la instauración del proceso penal en la Corte Suprema.
En este caso, los once miembros del tribunal decidirán mediante una votación que se resolverá con mayoría simple si Temer finalmente será enjuiciado, lo cual lo suspendería de sus funciones durante los 180 días que la corte tendrá para concluir el proceso.
Su lugar sería ocupado en forma interina por el presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia, quien en caso de que Temer sea condenado al fin del proceso debería convocar a las dos cámaras legislativas a una elección indirecta, para escoger a quien completará el período presidencial que concluye el 1 de enero de 2019.
Sin embargo, si la denuncia es rechazada por el pleno de los diputados, o incluso por el Supremo en la votación final, el caso sería archivado y Temer recuperaría el poder.
La situación es inédita, pues nunca hasta ahora un presidente en pleno ejercicio del poder había sido acusado por delitos de carácter penal supuestamente cometidos en pleno ejercicio de su mandato, lo cual ocurre en momentos en que Brasil enfrenta una delicada crisis económica, que se agrava con las serias turbulencias políticas. EFE