SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Atreverse a caminar por las aceras de la esquina conocida como "La Bomba de Los Mina" equivale a desafiar el ruido excesivo, la posibilidad de ser víctima de un carterista, recibir pisotones y apretujones, además de tener que esquivar a decenas de avispados venduteros que salen al encuentro de todo comprador potencial.

Es la escena de todos los días: La señora, casi sin  poder caminar, tropieza con la mesa del vendedor de sandalias, mientras detrás alguien pregona hasta desgañitarse: “¡tengo las chinas más jugosas!”, en ruidosa competencia con el competidor situado justo al lado y que intenta vender lo mismo pero con otras palabras.

Literalmente tomada por las basuras, las aguas residuales pestilentes, los buhoneros que comercializan desde frutas, legumbres, víveres y calzados hasta cualquier bisutería, se encuentra la famosa Bomba de Los Mina ubicada en la Avenida San Vicente de Paul esquina Arzobispo Fernández de Navarrete, donde los transeúntes tienen que lanzarse a las calles para poder circular.

El espacio en donde operó durante muchos años una estación de combustible, que luego fue cerrada, es hoy un mercado improvisado y desordenado. Se espera que próximamente se reabierta la estación de venta de combustibles, que está siendo reconstruida.

“Hemos intervenido más de 8 o 10 veces con la Policía Nacional lo que son las aceras con notificaciones fiscales, donde la dirección de Espacios Públicos les dice que no pueden estar en esta zona y no pueden vender productos comestibles en el suelo”, explica Luis Alba, encargado del departamento de Transito del Ayuntamiento de Santo Domingo Este.

Alba apunta que a pesar de que algunos de los venduteros acatan las notificaciones, al poco tiempo regresan a su faena en el mismo lugar, por lo que en muchas ocasiones han tenido que ser desalojarlos y castigados con la confiscación de las mercancías, las cuales son llevadas a los hospitales cercanos para que sean consumidas por los pacientes pobres.

“Hemos hecho hasta lo imposible para que ellos dejen desocupada la zona y verdaderamente ha sido imposible, es una lucha constante”, resaltó.

La Bomba de Los Mina con más de 10 años sin funcionamiento se ha convertido en un punto de referencia de la ciudad de Santo Domingo Este. Sin embargo, desde hace unos meses se inició la reapertura de la bomba de gasolina que ahora pertenecerá a la cadena Sunix lo que trajo consigo que muchos de estos venduteros sean retirados de la orilla creando confrontaciones.

“Ahí se va a instalar de nuevo otra estación de gasolina y como pagan impuestos y es un negocio formal la zona se va a tener que desarrabalizar porque las autoridades van  a apoyar esa inversión y van a aprovechar ese negocio”, afirma Alba.

Asevera que se hará lo posible por dejar algunos de estos tarantines en un espacio determinado, los que serán responsables de evitar la arrabalización y de no permitir que otros se instalen a su lado de manera improvisada.

“Ya nos movieron porque donde está eso desbaratado, allí estaba yo, y hemos estado dando vueltas no sabemos nada”, indica Manuel Bautista señalando el lugar donde llevaba más de 10 años vendiendo carteras y correas.

Bautista tiene 9 hijos y dice no conoce otro medio de sustento. Se queja de que a pesar de que el ayuntamiento los ha retirado en varias ocasiones, cuando llegó al lugar no existía ningún tipo de inconvenientes pero ahora se verán afectados por la reapertura de la bomba.

“Somos padres de familia, tenemos hijos, deudas y no sabemos hacia dónde vamos”, reprocha disgustado Francisco Gabriel García, que vende accesorios para celulares.

Francisco está a un lado de la bomba, inmóvil junto a sus artículos; con una cachucha y bajo la sombra de un paraguas azul clama por el auxilio de las autoridades.

Pero no va a haber cama para tanta gente, según Alba. “Tu deja siete persona y a los  20 días tu tiene 40 o 50, porque vienen las navidades, los reyes y dicen ¡yo tengo 10 muchachos a los que les tengo que dar comida!, entonces eso tiene que llegar a un punto final”.

“Aquí no se vende mucho, pero molestamos menos, mientras ahí adelante se vende más y se molesta porque está la avenida; además que con la bomba no van a aceptar gente ahí”, refiere Adrian Manzueta Mieses.

Manzueta está ubicado en la acera del lado de la estación, donde se encuentran muchos más como él. Cuenta que tiene arrendado un “pedazo” del lugar a los comerciantes chinos que funcionan en el edificio levantado allí.

“El ayuntamiento lo que hace es que nos quita cuando quiere, pero los chinos no porque es una acera que hicieron y todos los que están en la acera de ahí para allá le pagan a ellos”, indica Manzueta.

Paga 140 pesos diarios, más de 4 mil mensual, por colocar un tarantín de madera donde vende frutas y verduras. Se surte cada semana en el Mercado Nuevo de lo necesario.

Su revelación impactó al encargado del Departamento de Tránsito Vial, Luís Alba, quien no conocía la situación de estos vendedores. “Las aceras no son del comercio ni de la casa que le quede en frente, son de uso público y tú no la puedes alquilar ni modificar sin hablar con las autoridades”.

“Las Américas, Villa Faro, ya nos estamos yendo” grita exasperado el control de la ruta de carros que se llena en la esquina.

Y es que la “Bomba de los Mina” no solo se caracteriza por los comerciantes informales sino también por los choferes de carros públicos de las rutas San Vicente-Las Américas, Sabana Larga, Kilometro 9 y Villa Faro, quienes obstruyen el tránsito.

“Tienen permitido 2 carros para que no se congestione mucho y que las personas que vayan a dejar pasajeros puedan orillarse bien, sin hacer mucho cúmulo de vehículos”, explica la raso de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), Rosa Peralta.

Empero, los choferes no respetan estas reglas establecidas por las autoridades de la Amet interrumpiendo el flujo vehicular de la avenida.

“La policía de tránsito dice a un dirigente sindical que en horas altas de mucho tránsito coloquen 5 vehículos aquí y deja 10 allá, y los 3 primeros días ellos cumplen pero después tu encuentras 10 donde le dijeron que pongan solo 5”, critica Luís Alba.

En tanto, Confesor Taveras, conductor, reprocha lo dicho por las autoridades y establece que ellos no obstaculizan el tránsito porque su trabajo lo hacen de manera ordenada a un lado de la calle.

Confesor es respaldado por Luís Pérez quien alude siempre existirán comentarios negativos de sectores que no quieren colaborar con estos.

La raso Peralta manifiesta que si los conductores dejan más de dos vehículos son sometidos vía contravención o trasladados a los parqueos hasta que paguen una multa.

Los conductores señalan que solo realizan un trabajo que a pesar de ser catalogados como “lo último”, les ha ayudado a sustentar a sus familias.

“No le estamos impidiendo que se ganen la vida si no que los estamos quitando del área afectada y pueden ponerse un poco más para arriba”, declara.

Los agentes de Amet permanecen en la zona todo el día, divididos en tres turnos, debido a que la zona siempre está viable.

Asimismo, Alba anunció que con la continuidad de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, que tendrá una estación en esta avenida San Vicente de Paul frente a la estación de gasolina, terminará de desarrabalizar el lugar.

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