SAO PAULO, Brasil.- El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, promovió este jueves un nuevo tratamiento sin comprobación científica contra la covid-19 a partir de tres tipos de té que consumen los indígenas de la Amazonía.

El mandatario dijo que durante un viaje oficial que realizó hoy para la inauguración de un puente en el estado de Amazonas, uno de los más castigados por la pandemia, habló con "varios" indígenas balaios y yanomami para conocer su situación frente al coronavirus.

"Les pregunté si alguno había muerto y me dijeron que no, que ninguno había muerto en la comunidad de los balaios. ¿Y no murieron por qué? ¿Tomaron algo? Vamos allá, anoten ahí, según ellos, hay video de eso, tomaron té de carapanaúba, saracura o jambu", expresó en su tradicional transmisión de los jueves por redes sociales.

"No hay comprobación científica, pero tomaron eso", añadió el jefe de Estado, un negacionista sobre la gravedad de la covid-19, para la que acostumbra a recomendar fármacos que se han mostrado ineficaces contra esa enfermedad, como la cloroquina y la ivermectina.

La carapanaúba es una especie de planta arbórea, cuya corteza es usada por los pueblos amazónicos para crear un té con supuestas propiedades antimaláricas y que también serviría para cicatrizar heridas e inflamaciones.

La saracura y el jambu son otra dos plantas medicinales. A la primera se la conoce popularmente como la viagra de la Amazonía, mientras que a la segunda se le atribuyen propiedades analgésicas.

"Puede ser coincidencia o no, puede haber algún principio activo en la raíz, no sé, pero debemos intentarlo. Hay un proverbio que dice que es peor tomar una mala decisión que una indecisión", señaló Bolsonaro.

"Puedes tomar un té de esto aquí y puedes curarte o también no curarte", agregó el líder ultraderechista, quien animó al menos a probar el té con esas plantas por si funciona.

El presidente informó además que esas conversaciones con los indígenas las grabó en video y que brevemente las divulgará con "subtítulos en inglés".

Incluso incentivó a la comisión parlamentaria que investiga estos días su gestión de la pandemia a convocar a esas comunidades indígenas para escuchar las supuestas bondades del té como tratamiento para la covid, que ya ha matado en Brasil a cerca de 457.000 personas.

Asimismo, Bolsonaro volvió a hacer campaña a favor de la cloroquina, un antipalúdico ineficaz contra la covid y que es uno de los puntos claves de la comisión en el Senado que intenta averiguar si su Gobierno fue omiso en el combate al coronavirus.

"Tuve síntomas hace un mes más o menos, ¿y qué hice? Tomé aquello (cloroquina) y punto y final. Después me hice un examen y no dio nada", apuntó.

También volvió a cargar contra las medidas sanitarias adoptadas por los gobiernos locales para contener los contagios de coronavirus, que ya superan los 16,3 millones en Brasil, según el Ministerio de Salud.

"Nadie aguanta más esos confinamientos", sentenció.

Brasil es el segundo país del mundo con más muertes por covid, después de Estados Unidos, y el tercero con más contagios, por detrás de los norteamericanos y la India.

Bolsonaro recurre de nuevo al Supremo contra las medidas sanitarias anticovid

Bolsonaro, presentó este jueves un nuevo recurso ante la Corte Suprema contra las medidas sanitarias adoptadas por algunos Gobiernos locales para contener los casos de covid-19, enfermedad que ya ha matado a casi 457.000 personas en el país.

El mandatario, a través de la Abogacía General de la Unión (AGU), que representa al Estado brasileño, solicitó al alto tribunal que sean declaradas "inconstitucionales" determinadas restricciones que considera "desproporcionadas" para combatir la pandemia.

En concreto, el recurso busca que sean tumbadas todas aquellas medidas que se asemejen al confinamiento de la población (’lockdown') y los toque de queda impuestos por algunos estados brasileños.

"El objetivo de la acción es garantizar la convivencia de los derechos y garantías fundamentales del ciudadano, como la libertad de ir y venir, los derechos al trabajo y la subsistencia, junto con los derechos a la vida y la salud", señaló la AGU en un comunicado.

En este marco, la Abogacía del Estado pidió al Supremo que considere los "devastadores" efectos que medidas "extremas y prolongadas" acarrean también para la "educación", "las relaciones familiares y sociales", así como para "la propia salud física y mental" de la población.

Esta no es la primera vez que Bolsonaro, líder de una extrema derecha que niega la gravedad de la pandemia, acude a la máxima instancia judicial del país para frenar las medidas anticovid implementadas por las Administraciones regionales y municipales.

En marzo, el mandatario recurrió una serie de decretos de los Gobiernos de Bahía, Rio Grande do Sul y del Distrito Federal de Brasilia que determinaron sendos toques de queda para intentar contener la expansión del SARS-CoV-2.

Sin embargo, su petición no prosperó y fue rechazada por el magistrado Marco Aurelio Mello.

Ahora vuelve a intentarlo de nuevo, en momentos en que el país vive un nuevo repunte de contagios de coronavirus que los especialistas epidemiológicos observan con extrema preocupación, pues el sistema público de salud aún está fuertemente presionado.

"Nadie aguanta más los confinamientos", indicó Bolsonaro este jueves en su tradicional transmisión por redes sociales.

La Abogacía del Estado recalcó que el recurso presentado ahora "no cuestiona decisiones anteriores" del Supremo que reconocieron la competencia de estados y municipios para adoptar esas medidas, pero cree que algunas de ellas no son compatibles con principios constitucionales inviolables y necesitan ser avaladas por las respectivas cámaras legislativas.

 

General que dirigió salud brasileña exime a Bolsonaro de culpas con la covid

El general Eduardo Pazuello, ministro de Salud de Brasil entre mayo de 2020 y el pasado mes de marzo, eximió este miércoles al presidente Jair Bolsonaro de toda responsabilidad en el combate a la covid-19, que ya mató a 440.000 personas en el país.

Pazuello compareció ante una comisión del Senado que investiga si el descontrol de la pandemia fue una consecuencia de la gestión del Gobierno y cayó en varias contradicciones, pero sobre todo defendió al mandatario, al punto de decir que mientras fue ministro todas las decisiones fueron exclusivamente suyas.

Sin admitir que haya habido errores u omisiones en el combate a la crisis sanitaria, Pazuello asumió toda la responsabilidad de las acciones del Ministerio de Salud y garantizó que "nunca" recibió instrucción alguna de Bolsonaro sobre ese asunto.

"Tuve un 100 por ciento de autonomía" y el presidente "nunca me dio orden alguna", afirmó Pazuello, quien dijo que algunas medidas polémicas, como demorar el ingreso de Brasil a la iniciativa Covax Facility, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para facilitar el acceso a vacunas, fue exclusivamente suya.

"No sentí que hubiera garantías de entrega", declaró Pazuello, quien también confirmó que tuvo dudas con relación a la vacuna de Pfizer, considerada la más efectiva, porque exigía unas condiciones contractuales "leoninas" finalmente aceptadas por el Gobierno, que en marzo pasado contrató 100 millones de dosis de esa farmacéutica.

También negó que Bolsonaro, en octubre de 2020, ordenara cancelar un contrato anunciado por el Ministerio de Salud para la compra de la vacuna china Coronavac, promovida en Brasil por el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, adversario político del mandatario.

"Todavía no había contrato, entonces no se podía cancelar", dijo Pazuello, quien en aquel momento, sobre esa decisión anunciada por Bolsonaro públicamente y en sus redes sociales, había declarado que "simplemente uno manda y otro obedece".

Sin embargo, ahora aseguró que, como ministro, "no seguía" lo que el presidente publicaba en sus activas redes sociales, en las que Bolsonaro, en su opinión, opera como "agente político" y no como jefe de Estado. "No seguí, no sigo ni seguiría una orden emanada por las redes sociales", enfatizó.

LA TRAGEDIA DE MANAUS Y LAS IMPRECISIONES DEL GENERAL

Pazuello fue errático ante los senadores cuando fue interrogado con relación a la grave situación que vivió la ciudad de Manaus en enero pasado, cuando la falta de oxígeno hospitalario causó cerca de 2.000 muertes por asfixia, según datos presentados por la comisión.

El general garantizó que el Ministerio de Salud restableció el suministro de oxígeno en "tres o cuatro días", cuando en realidad la situación comenzó a normalizarse unos veinte días después, gracias a una donación enviada por el Gobierno de Venezuela.

También negó que se haya enfatizado en Manaus el uso contra la covid-19 de la cloroquina, un antipalúdico de dudosa eficacia contra el virus promocionado por el propio Bolsonaro, pese que así lo hacía la propia propaganda oficial del Ministerio de Salud.

Sobre la cloroquina, insistió en que el Gobierno solo le dio a los médicos la "libertad" para recetarla en casos de covid-19, pese a que el protocolo del ministerio, alterado cuando asumió el cargo, la incluyó en una recomendación de "tratamiento precoz" contra el virus.

Pazuello también fue indagado sobre el motivo de su destitución, hasta ahora no aclarado pese a que Bolsonaro continúa defendiendo su gestión. "Misión cumplida", respondió tajantemente el exministro.

Esa respuesta provocó una durísima reacción de varios senadores, entre ellos Eduardo Braga, nacido en Manaus y del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), de centroderecha.

"Cuando asumió el ministerio el país tenía 15.563 muertos por covid. Cuando salió eran 298.843 y hoy pasan de 440.000. ¿Eso es misión cumplida?", planteó el senador con visible indignación. EFE