SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El Juez de Ejecución de la Pena de San Cristóbal dispuso este viernes la prisión domicilia del banquero Leonel Almonte, quien cumplía 15 años de prisión en la cárcel de Najayo, por robar dinero de los ahorrantes que confiaron en su banco, el Universal.
El magistrado José Medrano Kelys acogió la solicitud que hicieron los abogados del banquero, Marino Féliz, Manuel de Aza e Ingrid Hidalgo.
Durante el conocimiento de la audiencia los abogados solicitaron la medida de cumplimiento domiciliario en base a que Almonte pasa de 70 años de edad, un garante, un domicilio fijo y el buen comportamiento que la defensa alega había tenido en la cárcel.
Leonel Almonte tenía en Najayo 3 años y diez meses, luego que la Tercera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación lo condenara a 15 años de prisión tras ser hallado culpable de estafaf a tres ahorrantes del desaparecido Banco Universal.
La sentencia fue emitida el 7 de noviembre del 2009, donde el tribunal también ordenó restituir los valores a los querellantes Cristian Caraballo, Rosa Caraballo y Rainilda Rodríguez con el pago de más de 75 millones de pesos.
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Ese día Ramón Antonio Paredes Olivo fue muerto a tiros por un raso del Ejército Nacional en la fortaleza La Concepción, de La Vega.
Ramón era un joven de 28 años que padecía de esquizofrenia paranoide, y debía de llevar un tratamiento permanente, como certificó su psiquiatra.
Estaba en prisión cumpliendo una condena de 5 años por una riña que sostuvo con un ciudadano, al que su familia señala como acosador sexual.
Fue acusado de agresión y, sin tomar en consideración su enfermedad, en 2006 fue condenado en San Francisco de Macorís y posteriormente trasladado a La Vega, en cuya cárcel sufrió una crisis que le hizo correr de un lado a otro por el patio de la prisión. Y aún cuando los reclusos gritaban que se trataba de “un loco” inofensivo, fue acribillado sin piedad.
Su familia ha enfrentado duros obstáculos en su reclamo de justicia, pues el poder quiere imponer la impunidad.
Curiosamente, 18 días después de la muerte de Ramón, el presidente Leonel Fernández indultó, por “problemas de salud” a Vivian Lubrano, la del fraude del Baninter (que ni siquiera llegó a pisar la cárcel después de recibir la condena), y a Pedro Franco, Antonio Marte, Milcíades Amaro y Gervasio de la Rosa, del caso Renove.
En contraste, ninguna autoridad consideró que Ramón era un enfermo mental, que no debía estar preso. Este sistema podrido mató a Ramón, un hombre común, sin riquezas ni influencias para merecer un indulto.