SANTO DOMINGO-. El Banco Central defendió este lunes la metodología que utiliza para medir, a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la inflación nacional que este 2020 alcanza un 3.7%.

"El índice de precios al consumidor elaborado por esta institución está recogiendo las variaciones en los precios de los principales productos de la canasta básica de forma consistente con la realidad actual, por lo que la población puede tener total confianza y seguridad de continuar utilizando el IPC para dar seguimiento a la evolución del costo de la vida", expresó la institución financiera, como respuesta a un artículo publicado por este medio titulado "La gente pega el grito por los precios de la comida, no se parecen a los del Banco Central", que explica las razones de la lejanía entre lo que siente el bolsillo de la gente y las estadísticas del Banco Central.

En su misiva dirigida al director, Fausto Rosario, el Banco Central explica que la percepción sobre la variación de precios de una persona "está estrechamente asociada a sus preferencias y patrones de consumo, así como a su poder adquisitivo; y esa percepción no necesariamente tiene que estar alineada vis-à-vis con la evolución de la canasta nacional promedio del IPC".

A continuación, presentamos la carta integra enviada a este medio:

Distinguido señor director:

Luego de extenderle un cordial saludo, le escribo después de haber leído con detenimiento el artículo titulado “La gente pega el grito por los precios de la comida, no se parecen a los del Banco Central”, de la autoría de la periodista Natali Faxas, publicado el pasado 21 de octubre en el prestigioso medio digital que usted tiene a bien dirigir; para compartir con sus lectores algunas puntualizaciones aclaratorias que he considerado necesarias y pertinentes respecto al índice de precios al consumidor (IPC) que publica el Banco Central de la República Dominicana.

En el referido artículo se afirma que el “sentir de la gente no se corresponde con las estadísticas oficiales de inflación” y que “los precios que usa el Banco Central para medir el IPC son bastante económicos, si se comparan con los precios del Distrito Nacional, que es donde se concentra una parte importante de la población. Por este fenómeno es que surge la sensación de que lo que dicen las estadísticas en términos globales no aplican a la realidad del bolsillo.”

Lo primero que se amerita explicar es que el IPC es un índice que refleja el promedio ponderado de los artículos más representativos de la canasta básica de consumo de los hogares dominicanos reportado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). Actualmente la referida canasta consta de 305 artículos con sus debidas ponderaciones que muestran el costo relativo de cada uno con respecto al total de gasto promedio de las familias. La utilidad práctica del IPC es estimar la evolución del costo de la vida promedio y su variación en un período de referencia determinado es lo que conocemos como inflación.

Resulta importante señalar, como no escapa a su conocimiento, que la percepción sobre la variación de precios de una persona está estrechamente asociada a sus preferencias y patrones de consumo, así como a su poder adquisitivo; y esa percepción no necesariamente tiene que estar alineada vis-à-vis con la evolución de la canasta nacional promedio del IPC. De hecho, si se considera solo una muestra reducida de artículos de manera puntual y no la totalidad de los mismos, esa muestra particular podría presentar una variación de precios distinta, mayor o menor, a la del promedio ponderado del IPC general. Esto de ninguna manera significa que las estadísticas oficiales sean “incongruentes” como se sugiere en el artículo publicado por la periodista Faxas.

Tal y como manifestó el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, en su discurso del pasado viernes 23 de octubre en ocasión del septuagésimo tercer aniversario del Banco Central, “el alza en los precios de algunos productos alimenticios de la canasta básica que se ha observado recientemente se trata de presiones transitorias relacionadas con el impacto rezagado de factores medioambientales como la sequía y el paso de las tormentas tropicales Isaías y Laura, que afectaron la productividad y la oferta en el mercado de varios rubros”. En efecto, la inflación acumulada durante los primeros nueve meses del año fue 3.74 %, mientras la inflación anualizada a septiembre se situó en torno al límite superior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % y se espera que se mantenga en promedio dentro de dicho rango en el horizonte de política monetaria.

Un segundo aspecto a ser aclarado, señor director, es el relativo a la cobertura geográfica del IPC. En la nota periodística que nos ocupa se señala que “Si en las regiones metropolitanas todo cuesta más, deberían ser los precios de Santo Domingo y el Distrito Nacional, los que marquen el promedio”.  Esta afirmación o resulta un tanto extraña o bien denota que Faxas no se documentó lo suficiente para elaborar la nota, pudiendo confundir a la ciudadanía dando la impresión de que el proceso de recolección de precios del Banco Central no toma en consideración en su justa dimensión los mayores precios relativos de algunos productos en el Distrito Nacional y zonas aledañas, respecto a otras áreas geográficas.

Sobre este particular, debo precisar que la cobertura geográfica del IPC corresponde a los municipios o ciudades de mayor población en todo el territorio nacional y los precios se recolectan mensualmente en un total de 7,963 establecimientos esparcidos en las cuatro grandes regiones del país: Región Ozama o Metropolitana, Región Norte o Cibao, Región Este y Región Sur.

El Banco Central publica índices de precios para cada una de las referidas regiones, siendo el IPC general un promedio ponderado de las variaciones de precios en cada una de ellas. La importancia relativa de cada región está vinculada a la concentración de habitantes y al gasto promedio por zona geográfica. En ese sentido, la región Ozama que comprende el Distrito Nacional y la Provincia Santo Domingo es la que tiene la ponderación más alta dentro del índice general como se muestra en la tabla adjunta.

Asimismo, es pertinente recordar y especialmente en el caso de los rubros agrícolas, que en el área metropolitana los precios tienden a ser mayores debido al impacto los márgenes de transporte y comercialización. Por ejemplo, en el caso del plátano verde, siempre serán menores los precios en el Cibao o en Barahona, cerca de las plantaciones donde se producen, que en los supermercados y puestos de expendio del Distrito Nacional. Todo esto lo toma en consideración el IPC publicado por el Banco Central.

Un tercer punto a comentar es el relativo al argumento planteado en el artículo de que “El Banco Central recoge precios a nivel nacional en miles de establecimientos, pero solo publica los índices de precios de cada producto. Eso solo permite saber entre dos fechas si suben o bajan, pero no hay precios promedios máximos o mínimos”.

Sobre esta afirmación, cabe destacar que el IPC se compila en forma de índices para cada artículo de la canasta pues esta constituye la práctica estándar recomendada internacionalmente para tales fines, como es el caso del Manual del Índice de Precios al Consumidor: Teoría y Práctica” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y del Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese sentido, los índices constituyen la herramienta por excelencia para la agregación de elementos de diferentes características y no es habitual que los países publiquen niveles de precios específicos, ni máximos, ni mínimos de las distintas variedades de los artículos incluidos en el IPC.

Aclarado este último aspecto, es oportuno señalar que en el caso dominicano se compilan alrededor de 90,000 precios mensuales para elaborar el IPC correspondiente a cada mes. Dentro de cada período, la base de datos recopilada por el Banco Central incluye numerosas observaciones para todos los artículos contenidos en el índice, es decir se dispone de toda una distribución de precios levantados en los diferentes tipos de establecimientos en las cuatro grandes regiones del país.

A fines de ilustración se presenta la siguiente tabla con algunos alimentos que sirvieron de ejemplo en una reciente reunión de la Confederación del Comercio de Provisiones y Pymes (Confecomercio), evento en el cual se externó la preocupación por el aumento experimentado en los precios de algunos productos básicos en los últimos meses, tal y como reseñara Faxas en su nota.

Como se puede observar, el rango de precios de cada artículo es bastante amplio. Por ejemplo, en el mes de septiembre y la primera quincena de octubre se captaron precios del plátano verde desde un mínimo de RD$ 7.00 hasta un máximo de RD$ 40.00 por unidad, siendo el promedio de RD$21.29, para una variación de 48.7% con respecto al precio promedio de RD$ 14.32 evidenciado en junio.

Este aumento relativo en el precio del plátano resulta ser coherente con el comportamiento del mercado, ya que la mayoría de las personas está comprando a un precio en torno a la media y la moda de la distribución de la muestra de precios recolectada por el Banco Central, que se ubican entre RD$ 19 y RD$ 25 pesos en los últimos 45 días y no al precio de RD$35.00 reportado en el análisis de Confecomercio, que alertó sobre un aumento de 130% en el precio del plátano verde en el mismo período. El histograma con la distribución de los precios de este rubro se muestra a continuación:

Lo expuesto anteriormente evidencia que el índice de precios al consumidor elaborado por esta institución está recogiendo las variaciones en los precios de los principales productos de la canasta básica de forma consistente con la realidad actual, por lo que la población puede tener total confianza y seguridad de continuar utilizando el IPC para dar seguimiento a la evolución del costo de la vida.

Finalmente, como Subgerente de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas del Banco Central de la República Dominicana, quisiera enfatizar que esta institución se encuentra en constante actualización y mejoría continua de los productos estadísticos cuya publicación tiene bajo su responsabilidad, siguiendo siempre las mejores prácticas y manteniéndose a la vanguardia de los lineamientos internacionales. Lo presentado en esta breve misiva procura ofrecer claridad y entendimiento a los lectores de su importante medio digital y al público en general sobre uno de los indicadores económicos más relevantes para la toma de decisiones de política como lo es el índice de precios al consumidor.

Esperando que esta comunicación encuentre un espacio en el portal acento.com.do, a los fines de servir como nota aclaratoria, se despide con sentimientos de consideración y estima.

Atentamente,

Ramón González Hernández, Ph.D.

Subgerente de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas