SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El aumento de muertes de personas vacunadas con las dos dosis contra la COVID-19 ha llevado a conclusiones erróneas o malintencionadas, algunas expresadas en titulares engañosos del tipo “Quienes se vacunan tienen seis veces más probabilidades de morir a causa de las mutaciones del coronavirus”.

La interpretación equivocada de las estadísticas de una misma investigación, los análisis parciales o sesgados de los estudios científicos, tienen un último ejemplo en el trabajo científico inglés publicado el 9 julio de 2021 SARS-CoV-2 variants of concern and variants under investigation in England del Public Health England (Variantes preocupantes del SARS-CoV-2 y variantes en investigación en Inglaterra del Public Health England, PHE ).

El estudio inglés sobre casos con la variante delta habla de fallecimientos de vacunados con dos dosis y que estos habían subido de 118 a 257, lo que dio pie a que se afirmara en las días subsiguientes que las vacunas sencillamente no estaban funcionando.

Calculando los porcentajes de fallecidos entre los contagiados vacunados y no vacunados se obtiene que un 0,13% de los no vacunados falleció, frente al 1,09% de los vacunados contagiados que sí falleció.

Bastó esto para que se multiplicaran versiones alarmistas aplaudidas  especialmente por los antivacunas que concluyeron: “los vacunados tienen seis veces más probabilidades de morir”. Esta interpretación no tomó en cuenta que la vacuna es más efectiva evitando contagios, evitando hospitalizaciones, evitando muertes.

Un análisis correcto de los datos lleva a que se verifique que el argumento de los alarmistas es falso y que, además, no tiene en cuenta la variable de la edad de las víctimas a la hora de determinar la relación causal.

Sobre esto último, si se divide a los menores y mayores de 50 años considerados en el estudio inglés, los porcentajes de fallecidos entre los vacunados llega a 0.036% en el primer grupo y a 2.2% en el segundo, mientras que en los no vacunados asciende a 3% y 5.6%, respectivamente. Por tanto, los fallecimientos son menores entre las personas vacunadas en ambos grupos.

El diario El País de España publicó al respecto un texto que pasó por el ojo estadístico de la editora Ágata A. Timón G Longoria, del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) y apuntó: “La conclusión del estudio sería la contraria a la obtenida sin hacer la división por edad. Este resultado, aparentemente contraintuitivo, es un ejemplo de los que se conoce como la Paradoja de Simpson o efecto de Simpson-Yule, que se da cuando la asociación entre dos variables (las tasas de mortalidad y de vacunación) cambia completamente cuando se tiene en cuenta –se controla– el efecto de una tercera variable (la edad).

La explicación de este fenómeno radica en las diferencias de incidencia de la enfermedad entre los grupos. Sabemos que sus efectos son más graves en las personas de más edad y, precisamente por ello, su tasa de vacunación es mayor –superior al 80%, en Reino Unido–. Sin embargo, aunque la vacuna aumenta las posibilidades de supervivencia en este grupo, esta sigue siendo menor que en otros grupos de menor edad.

Como la proporción de personas de edad avanzada es mucho mayor en el grupo de contagiados vacunados (48.3%) que en el de no vacunados (1.76%), se observa la diferencia global antes indicada, pero esto no implica –en modo alguno– un aumento de la mortalidad con la vacunación.

Paradojas como la de Simpson aparecen con cierta frecuencia en problemas reales y ponen de manifiesto los peligros de trabajar con proporciones, en particular, de grupos de muy distinto tamaño, o con subgrupos que tengan distintas propiedades, alerta el diario español.

Es un ejemplo claro de la importancia de no extraer conclusiones de los estudios estadísticos cuando no se dispone de todos los datos. Así, pese a lo que afirmen voces alarmistas y desinformadas, sin ninguna duda, tal y como señalan el informe del PHE y tantos otros, para minimizar las consecuencias de un posible contagio con la variante delta conviene vacunarse, concluye el trabajo publicado en El País.

El Financial Times, bajo el título "¿Por qué las personas completamente vacunadas dan positivo por COVID?", también apeló al ejemplo del cinturón de seguridad.

Si todos las víctimas fatales de los accidentes de tránsito llevaban puesto el cinturón de seguridad y pese a ello murieron no puede concluirse que estos no sirven para nada.

El trabajo de Financial Times comienza por destacar que "la estrella del baloncesto de los Phoenix Suns, Chris Paul, el secretario de salud del Reino Unido, Sajid Javid, y la gimnasta olímpica estadounidense Kara Eaker tienen algo en común: todos dieron positivo por coronavirus a pesar de estar completamente vacunados".

A renglón seguido, apunta a que ninguna vacuna es 100%efectiva, por lo que siempre se esperaba lo que los científicos llaman “infecciones de avance”.

En la mayoría de los casos, los síntomas son leves. Sin embargo, como un nuevo aumento en los casos de COVID-19 ha chocado con una campaña de vacunación global que administra más de 200 millones de inyecciones a la semana, más personas se preguntan: "¿Qué tan protegido estoy?" ¿Cuántas personas completamente vacunadas dan positivo en las pruebas?

Si bien los relatos anecdóticos de infecciones importantes pueden hacer que estos casos se sientan generalizados, las cifras reales se han mantenido pequeñas y, en general, estuvieron en línea con las expectativas, dijeron los expertos.

También el New York Times saltó al ruedo en las últimas horas sobre el mismo asunto y escribió en "Vacunados y contagiados":

También optó por alertar sobre otros motivos que explican el repunte de los brotes incluso en comunidades donde la vacunación ya ha avanzado: la relajación en las normas de distanciamiento social y uso de cubrebocas.

Y remata: "Quizás nos queden algunos buenos hábitos que deberíamos conservar de estos tiempos raros, como estornudar en el ángulo interno del brazo o lavarse las manos con frecuencia. Considera que incluso los países que fueron más estrictos y se propusieron lograr ‘cero contagio COVID’ han empezado a admitir que esto es imposible y más bien hay que enfocarse en evitar las hospitalizaciones y los fallecimientos".