SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El empresario Ángel Rondón, antiguo representante de Odebrecht en República Dominicana, negó hoy haber recibido dinero de la constructora para repartir sobornos, en su alegato final en el juicio.
Rondón, primero de los imputados en presentar sus alegatos finales, afirmó confiar en la justicia y dijo sentirse "entristecido" porque el juicio fue "político", "se convirtió en un circo" y "se buscó todo menos la verdad".
"Me queda la tranquilidad y la paz, como siempre he dicho, que no soy la persona que Odebrecht utilizó para dar sobornos en el país", dijo Rondón en las palabras finales de su alegato, en el que se demoró cerca de una hora.
Este lunes está previsto que los seis imputados en el caso presenten sus alegatos finales en el juicio, que se desarrolla desde el 5 de noviembre de 2020 en el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional.
El Ministerio Público ha solicitado condenas de entre cinco y diez años de prisión para los seis imputados, que son acusados de repartirse los 92 millones de dólares que la constructora brasileña admitió haber pagado en sobornos.
La petición de penas más altas, de diez años, recae en Rondón y en el exministro de Obras Públicas Víctor Díaz Rúa.
Para el abogado Conrado Pittaluga el Ministerio Público solicitó siete años de prisión, y cinco años para los exsenadores Andrés Bautista, Tommy Galán y Juan Roberto Rodríguez.EFE
A continuación, las palabras de Ángel Rondón
Después de haber vivido casi cinco años una experiencia que no deseo a nadie, en la que he estado privado de libertad, afectado en muchos sentidos, en la que he visto a mi familia y a mis amigos sufrir y desgastarse, en la he tenido que incurrir en gastos significativos en pagos de abogados, mis negocios y proyectos se estancaron y en la que perdí un hijo que se fue a la tumba atormentado por mi situación, solo debo decir que tengo fe en Dios y en su justicia, que creo en la justicia dominicana, en su independencia y en las juezas que en nombre del Poder Judicial han conocido este caso.
Debo decir también, tanto a las juezas que hoy me escuchan por última vez, al Ministerio Público, de quien apelo sensatez y honestidad, como a la población dominicana, que me queda la tranquilidad y la paz que, como siempre he dicho, no soy la persona que Odebrecht utilizo pata dar sobornos a funcionarios para beneficiar a mi representada.
Quedó demostrado que Odebrecht utilizó a un funcionario de su empresa, Héitor De Abréu Azevedo, para ofertarle a un ejecutivo de EGEHID US$ 80,000 para el proyecto Pinalito. El Ministerio Público miro para otro lado y no lo interrogó.
Magistradas, ha quedado demostrado que el Ministerio Público no ha podido demostrar las pruebas, aun con sus propios testigos a cargo que parecían mas a descargo. Ninguno pudo corroborar eficazmente que existieran sobornos para beneficiar a la empresa Odebrecht.
Magistradas, siempre he sido un empresario próspero y de éxitos desde los años 1980, he representado otras empresas extranjeras como ocurrió con Odebrecht. Odebrecht no fijó los ojos en mí como dice la Magistrada Mirna Ortiz, ni yo los fijé en Odebrecht. Llego a Odebrecht y Odebrecht llego a mí a través del embajador de su país en República Dominicana. Llegué de forma legítima y legal, no tras bastidores o de forma oculta.
Me entristece ver cómo un caso que fue político y que buscaba dañar políticos contrarios, se convirtió en un circo en el que se buscó todo, TODO menos la verdad, sin importar que en el proceso se afectaran vidas y se hicieran gastar cuantiosos recursos, al Estado y dedicar tantas jornadas de trabajo en detrimento de la verdadera persecución.
Magistradas, me entristece ver unos representantes del Ministerio Público como menosprecian a sus acusados, como lo subestiman acusándolos de que vienen del subsuelo y de extractos sociales humilde. Sí, es verdad que vengo del subsuelo y de extracto social humille, y no lo niego y lo llevo con orgullo, nunca lo he negado. No he hecho maestrías en Universidades nacionales ni internacionales. Sí, me gradué de trabajo en la Universidad de la vida, durante 63 años de largo trabajo.
¿No tenía yo las mismas oportunidades de los que como yo se han quemado las pestanas trabajando día y noche? ¿No saben ellos, el Ministerio Público, que tengo décadas trabajando incansable y públicamente en negocios de lícitos comercios?
Magistradas, el Ministerio Público ha querido delegar su responsabilidad de buscar la prueba y que debían de estar conectadas a ellas y no argumentos de manipulación tendentes a cargar a ustedes, las magistradas una responsabilidad que no les corresponde.
Magistradas, lo que menos comprendo es que, insistieran, obstinadamente, en mantener viva una acusación que la propia cabeza actual del ministerio público advirtiera como insostenible, cuando en su voto disidente en su condición de juez expusiera responsablemente que: “En el estado actual de este proceso y con lo aportado para la medida de coerción, se aprecia una dificultad probatoria, que de no ser subsanada por el Ministerio Público en el curso de la investigación no augura un futuro esperanzador por el momento, por lo menos del juicio al fondo, donde la prueba debe ser hecha para que no deje lugar a una duda razonable”. Sin que, honorables magistradas, la actividad probatoria ejercida haya modificado la suerte o haya subsanado la mencionada precariedad probatoria, por el contrario, se alejó mucho más de la requerida certeza para el más allá de toda duda razonable el mismo día en que, de forma valiente y responsable ustedes, aplicando la norma, excluyeran las famosas delaciones.
Magistradas, el Ministerio Público en sus conclusiones decía la Fiscal Mirna Ortiz en su página 10 de 66, cito: “Este esquema de corrupción en Rep. Dom. tenía como objetivo principal, conseguir la adjudicación de obras, conseguir grandes beneficios que irían a sus bolsillos (El de Odebrecht y el de sus consorciados y asociados.) Magistradas pero el Ministerio Público no tuvo la valentía ni el interés de interrogar a ninguno de los consorciados, los mismo que ellos dicen que obtenían grandes beneficios por sobre evaluación de obras, y que a través de eso era que se sacaban los sobornos. ¿Por qué no los interrogaron? Por que como digo yo, ellos por andar detrás del toro que no es dejaron escapar el toro que es.
Quiero dejar en el ánimo de todos los que hoy me escuchan, una reflexión que en ese sentido me he hecho, y es el hecho conocido por todo el país y por ustedes, honorables juezas, de que el procurador general de la República que llevó esta investigación, que la presentó al país como su obra estrella y que dijo públicamente que este era su mayor caso, es el mismo que hoy el Ministerio Público que postula ante este tribunal llevó a la cárcel acusándolo de corrupción y de un uso indebido de la función, lo que ante cualquier observador razonable desacredita en todo su esplendor ésta vacía y populista acusación.
Y solo eso magistradas, tan solo eso, no queda duda que todo esto les impedirá a ustedes dictar condena porque en esas condiciones ningún tribunal de la nación podría hacerlo.
Magistradas finalmente les reitero a ustedes mi inocencia, no soy la persona que distribuyo los sobornos de Odebrecht en República Dominicana, y así ha quedado demostrado durante en estos 10 meses.
Magistradas, soy un empresario de más de 63 años como dije anteriormente, siempre he sido un empresario del sector privado. Nunca he sido un funcionario del Estado Dominicano, nunca he manejado fondos públicos, que toda mi vida he trabajado forma de prospera y publica, que he compartido con todos los políticos de la Nación o casi todos, pero sin hacer vida política con ningunos.
Que represente legal y orgullosamente a esta empresa si, como lo he hecho en el pasado con otras empresas.
Magistradas, soy padre, hijo, abuelo, y esposo y cuando ustedes dicten magistradas, una sentencia de absolución que en nombre de la Republica ustedes dictaran sin más miedo que el de su propia consciencia, iré al Cementerio Puerta del Cielo a hacer entrega en la tumba de mi hijo de dicha sentencia.