SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Varios sacerdotes amigos del cura polaco Wojciech o Padre Alberto Gil, a quien familias de Juncalito, Santiago, acusan de violar sexualmente a decenas de niños, defienden al sacerdote y culpan a una supuesta “mafia dominicana” de difamarlo porque alegadamente el religioso “limpió de drogas” la parroquia que tenía a su cargo.

El texto fue escrito por Marcin Wójcik, quien conversó con los sacerdotes para el periódico Gazeta Wyborcza.

El trabajo fue seleccionado y traducido para Acento.com.do por nuestra articulista Karolina Sima, de nacionalidad polaca, que vivió hasta hace poco en República Dominicana, y está casada con un dominicano.

A continuación el texto, que recoge las opiniones de compatriotas del sacerdote Wojciech, que lo defienden ante las acusaciones de abuso de sexual que tiene pendientes en República Dominicana:

Nuestro Wojciech

Los residentes del pueblo de Wojciech Gil dicen sobre él:

“Él no se está escondiendo, está esperando hasta que baje la intensidad de los injustos ataques contra él”.

“Esas cosas tan feas que dicen sobre él, yo no puedo decir nada malo”.

“¿Acusado de pedofilia? ¡¿Y de qué disparates usted está hablando?!”.

“¡Déjenlo en paz por fin!” “No te voy a dejar entrar, ¿que pensaría Wojciech?

"Aquí el padre Wojciech usaba la patineta con los negritos. – Y su madre cocinaba comida para ellos. No querían chuletas, sino arroz.

"Y pensar que nuestro Wojciech quiso que estas pobres criaturas tuvieran oportunidad de volar en un avión! Un sacerdote tan amable, una vez tantas cosas buenas escribían de él. Y ahora estos negritos le causan tanto daño.

"Afortunadamente lo visitan muchos sacerdotes para consolar a Wojciech.”

“¿Si vive aquí? ¿Y dónde iba a vivir? Aquí, pasea en su jardin, corta el césped, viaja a Cracovia. Su madre no habla con los periodistas, una vez lo hizo y la citaron como la madre del pedófilo.”

El párroco del pueblo, Jan Adamus

“Él trabajó tan bien en La República Dominicana. Me dijo cómo limpió la parroquia de cada gramo de droga, como se oponía  al hecho de que los niños vendieran drogas en la calle.

"A la mafia no le gusto eso y tuvieron que restablecer el orden. Le plantaron la pistola, las drogas, los discos duros con la pornografía. No podía defenderse porque había "evidencia".

Tuvo que huir de la mafia, si lo hubiesen puesto en la cárcel, probablemente lo habrían matado. Cada vez que nos encontramos con un amplio grupo de sacerdotes, oramos por Wojtek (Wojciech).

– Pero los Micaelitas le dijeron que volviera a la República Dominicana y aclarara las cosas  (Comentario del periodista Marcin Wójcik)

– ¿Qué más iban a decir. Mis amigos me dijeron que en la República Dominicana pasa lo siguiente: vas a la playa solo, quince personas te rodean y dicen: "O me das mil dólares, o te acuso de acoso sexual.

“El trabajó tan bien en La República Dominicana. Me dijo cómo limpió la parroquia de cada gramo de droga, como se oponía  al hecho de que los niños vendieran drogas en la calle”

"Los sacerdotes no deben ir allá en tiempo de vacaciones, la República Dominicana utiliza el modelo americano – destruye la Iglesia acusándola de pedofilia."

"A Wojciech le golpearon primero, y luego a Wesołowski, porque sabían que los polacos se mantenían unidos. Y los sacerdotes polacos son conocidos en el mundo, tienen una buena opinión, así que tienen que golpear fuerte para destruir la autoridad y dañar su respetabilidad. Ni a Wojciech ni a Wesołowski les probaron nada en su contra.”

– ¿Y el video? (Pregunta del periodista Marcin Wójcik)

“¿Y qué se puede ver en el video? Que el arzobispo esta paseando en el malecón y mas nada. Seguro no sabía que este lugar era famoso por la prostitución de menores.”

– Pero de la culpa del cura Wojciech hablan los testigos – sus víctimas.

“Las víctimas se puede comprar. Ellos matan por 10 dólares. ¿Y qué?, ¿No van a dar testimonios falsos por 100?”

El párroco de la parroquia del pueblo vecino Stanisław Kozieł:

“Él me llamó un par de veces, quería dar misas aquí, pero le dije no porque la gente no es rica aquí. Una vez dije si. Llego a finales de mayo, estaba entonces de vacaciones. Llegó con tres chicos de la República Dominicana. – Uno de 10, uno de 17, y uno de 21 años.

“Padre Wojciech daba misa, y los chicos vendían los rosarios frente a la iglesia. Eran niños bonitos, impresionaron mucho la gente local. ¿Quién no tiene dinero?, y luego corría rápido a casa y regresaba con un puñado lleno de dinero para ellos.

“Ahora lamento tanto que a este sacerdote le dimos tanto dinero y él se lo llevó (a República Dominicana). Bueno, más que nada, me rompe el corazón cuando pienso en esos pobres muchachos. Me pregunto qué estaban sintiendo mientras estaban de pie en nuestra iglesia”.