SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los padres de adolescentes deben prestar especial atención ante eventuales señales de aislamiento, tristeza, agresividad y otros comportamientos anómalos que apuntan hacia una conducta suicida en el adolescente, según advierte la doctora Mayra Perera.
Sostuvo que en los últimos quince años la tasa de suicidios registra un incremento del 55 por ciento en la República Dominicana, siendo la segunda causa de muertes de adolescentes, sin tomar en cuenta que muchos decesos son encasillados como suicidios no determinados.
Perera disertó con el tema “Quitarse la vida, una amenaza en la adolescencia”, en el marco del programa de charlas para la orientación ciudadana que auspicia el Grupo Blandino.
Su presentación ante una nutrida concurrencia en el Salón Multiuso del Edificio de Oficinas Administrativas de la empresa, estuvo a cargo de la presidenta del Grupo Blandino, María Fernanda Arredondo.
“Cada tres segundos hay un intento de suicidio, que se cristalizará en 40 intentos y las edades más socorridas de los suicidas están entre los diez y 24 años de edad”, aseveró.
La profesional cree que el problema constituye una bomba de tiempo, por lo que se impone la prevención, mediante una atención intensa, prudente e inteligente de parte de los padres y las personas más allegadas.
La propensión suicida de los adolescentes está motivada por factores biológicos ante el tránsito de la niñez a la adolescencia, una etapa en que empiezan cambios en sus cuerpos que estos no entienden.
Otras señales depresivas son la baja autoestima y practicas autodestructivas en el muchacho que se manifiestan en el consumo de drogas y alcohol, la imprudencia y exceso de velocidad en la conducción de vehículos.
Sostuvo que la conducta suicida del adolescente también se manifiesta en actos autodestructivos, dirigidos a daños físicos, pero no a la muerte, como la autoflagelación.
Advierte que corresponde a los padres indagar sobre la situación, explicarla y plantear salidas con habilidad e inteligencia, sin dejar el problema en manos del maestro, el internet o el amigo, que más que orientación pueden ser fuente de más confusión en el muchacho.