RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Un narcotraficante brasileño, condenado a 73 años y diez meses de prisión por diversos crímenes, fue aislado este lunes del resto de reclusos luego de que intentó fugarse el pasado sábado usando una máscara de silicona, peluca, anteojos y ropas de mujer durante el día de la visita femenina.
De acuerdo con la Secretaría de Administración Penitenciaria (Seap) del estado de Río de Janeiro, Clauvino da Silva, conocido como 'Baixinho' (bajito) fue puesto este lunes en una celda solitaria de máxima seguridad del complejo penitenciario Bangú 1 en la que permanecerá, inicialmente, durante diez días.
Da Silva, que estaba recluido en Bangú 3, otra de las cárceles del mayor complejo penitenciario de Río de Janeiro, se valió de la visita de su hija de 19 años y de la complicidad, al parecer, de una mujer embarazada que por estar exenta de pasar por los rayos X entró el disfraz con el que intentó fugarse.
Los agentes penitenciarios se percataron del intento de fuga y abordaron al preso cuando se disponía a reclamar el documento de identificación dejado por su hija, quien permanecía dentro de la cárcel y después pretendía alegar que la cédula fue extraviada o entregada a otra persona por parte de los responsables del control.
La joven, identificada como Ana Gabriele Leandro da Silva, fue detenida y deberá responder ante las autoridades por el delito de facilitación de fuga, que prevé una pena de reclusión entre seis meses y dos años.
El intento de fuga fue registrado por los agentes penitenciarios en un vídeo que fue divulgado por la Seap y comenzó a circular rápidamente a través de las redes sociales con las imágenes de la sorprendente transformación del hombre.
La Seap investiga si otras visitantes o algún funcionario de la penitenciaria ayudaron en el frustrado intento de fuga.
En 2013, Da Silva y otros treinta presos huyeron de una de las cárceles del mismo complejo por el sistema de alcantarillado, pero un mes después volvió a ser detenido cuando la Policía intervino en una disputa territorial por el tráfico de drogas en la ciudad de Angra dos Reis, también en el estado de Río de Janeiro. EFE