Tomado de Le Monde/Por Jean-Michel Caroit (en Santo Domingo), Soren Seelow y Elise Vincent/Traducción Iván Pérez Carrión
Un helicóptero había sido reservado paralelamente en la República Dominicana en nombre del eurodiputado miembro del Frente Nacional Aymeric Chauprade, muy involucrado en el apoyo a los pilotos desde el principio y presente en estos días en la isla. Pero esta reservación no habría servido más que como una distracción: los dos franceses nunca lo abordaron.
¿Estaban los servicios franceses conscientes de este plan de escape? ¿Francia los dejó actuar? Este es el punto que plantea más interrogantes. Según una fuente cercana al caso contactada por Le Monde, “dominicanos y agentes del Estado francés”, comandos de marines y agentes de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE)” (francesa), participaron en esta “fuga asistida” sin haber recibido la aprobación oficial de sus Estados respectivos”. Una participación desmentida por los abogados de los pilotos: “No vale la pena fantasear. No se trata de un equipo secreto pagado por el Estado francés. Se trata de iniciativas personales”, indicó el Sr. Eric Dupond-Moretti.
En un comunicado difundido el martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores se disoció oficialmente de los dos pilotos. “Reconocemos el regreso a Francia de nuestros dos compatriotas. Su decisión es un acto individual en el que no ha intervenido el Estado”, dijo el portavoz del Quai d’Orsay. Una línea seguida por el Ministerio de Defensa, que ante una solicitud de Le Monde, desmiente toda implicación de los agentes de la DGSE.
En el Elíseo, una persona muy cercana a Hollande asegura que el Presidente, al igual que su equipo diplomático, conoció del caso por la prensa. Desde entonces, el Elíseo se encargó de dejar el Quai d’Orsay en la primera línea: “No estamos involucrados. Este es un caso judicial, por lo que está bajo el registro de la extradición que debe abordarse, y no de otra manera”, explicó la comitiva del jefe del Estado. “El Estado francés no tiene nada que ver, ni de cerca ni de lejos con esta fuga. Y las autoridades dominicanas lo han entendido bien”, explicó un diplomático.
Veintiséis maletas llenas de cocaína
En la República Dominicana, la fuga de los señores Fauret y Odos ha metido a las autoridades dominicanas en un dilema. El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, de inmediato anunció que su país había emitido una orden de arresto internacional contra los dos pilotos. “Su fuga es una prueba más de su culpa, porque nadie que se sabe inocente trata de escapar de la justicia”, dijo el magistrado.
Domínguez Brito recordó en particular que la fiscalía se había opuesto a la liberación de los dos pilotos, debido al riesgo de fuga. Pero el tribunal de Santo Domingo lo hizo quedar mal, cuando en junio de 2014, se limitó a prohibir que abandonaran el territorio dominicano. Los pilotos habían purgado hasta entonces quince meses de prisión preventiva en condiciones muy duras.
La Alianza Dominicana contra la Corrupción ordenó al ministro de Defensa que explique cómo “un comando militar armado había podido entrar en territorio dominicano y violar la soberanía dominicana” para sacar de contrabando a los dos pilotos franceses. Son hechos que la organización describe como “vergüenza para la República Dominicana, donde hay muchas agencias de seguridad”.
Con la fuga de los señores Fauret y Odos, la preocupación hoy es el destino de otros dos franceses condenados en el caso, bajo control judicial en República Dominicana. El primero, Nicolás Pisapia, era el pasajero de la aeronave conducida por los pilotos. El segundo, Alain Castany, intermediario de negocios. Todos fueron detenidos en marzo de 2013 después de la intercepción de la policía dominicana, en la pista del aeropuerto de Punta Cana, de un Falcon 50 con 26 maletas abordo que contenían 680 kilos de cocaína. Todos proclaman su inocencia, argumentando que no tenían conocimiento de que la droga estaba a bordo del avión, y denuncian como una parodia de la justicia su primer juicio.
"Nuestros servicios consulares en el país continúan ayudándolos en espera de juicio en apelación”, respondió el Ministerio de Asuntos Exteriores el martes 27 de octubre. “La salida de Bruno Odos y Pascal Fauret no hace más que contaminar todo el enfoque de las autoridades dominicanas”, se dijo molesto el martes en Europa 1 el abogado del Sr. Castany, Karim Beylouni, quien reclama la repatriación por problemas de salud de su cliente después de un reciente accidente de motocicleta. “No quiero regresar a la cárcel, no he hecho nada para volver”, dijo por su parte el Sr. Pisapia.
En Francia, los dos pilotos se han reunido con sus familias. En la conferencia de prensa celebrada el martes en la oficina de uno de sus abogados, Fauret dijo que él quiso “volver a su país” para “hablar en ante la justicia”, porque él cree que fue condenado en Santo Domingo “por la única razón” que es francés. “Nos quedamos para tener una justicia que no hemos tenido, un reconocimiento por parte del tribunal de nuestra inocencia, que no hemos tenido”, dijo por su parte Bruno Odos a Francia 2, para justificar su fuga.
“Me alegra su puesta en libertad, yo habría hecho lo mismo que ellos, y saludar la valentía del equipo que los ayudaron a salir. Yo conocía una serie de detalles de la operación, pero no quiero hablar por no involucrar a nadie”, comentó por su parte Aymeric Chauprade. El 21 de octubre, el eurodiputado había publicado de manera destacada en Twitter una foto de él con los señores Fauret y Odos, tomada en realidad unos días más tarde para hacer creer que estaban en la isla.
Cercano a Marine Le Pen de la Acción Francesa, Chauprade dió clases en la Escuela de Guerra durante diez años y es un oficial de la Reserva de la Marina francesa. Su peculiaridad: disponer a la vez una red en los círculos de defensa y haber sido uno de los asesores del expresidente Leonel Fernández. Los dos pilotos franceses también son exmilitares. Fauret, exteniente, dejó las filas del ejército en 1997; Odos, excomandante de la Armada, en 1990.
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