SANTIAGO, República Dominicana.-Falleció este miércoles el empresario Adriano Román, quien cumplía condena de 20 años por el intento de asesinato contra el abogado Jordi Veras.

Román murió al momento de ser trasladado desde la Cárcel Rafey Hombres al Hospital Regional Doctor José María Cabral y Báez.

Román tenía un largo historial de denuncias y acusaciones judiciales en su contra por varios casos de asesinatos, violaciones sexuales y violencia de género.

El primer caso registrado formalmente en contra de Adriano Román data de 1975, cuando fue acusado de la violación de una niña de 11 años y la violación fue confirmada por el médico que examinó a la víctima. Pero la madre de la niña violada retiró la querella, a instancias del padre de la menor, que al parecer, había llegado a acuerdos no especificados con Adriano.

En 1978, Adriano Román estaba otra vez acusado de violación a otra menor de 12 años de edad y el caso también se diluyó.

En una entrevista que Ramón de Luna le hizo a  Román el 13 de enero de 1978, le preguntó directamente por esos casos y por lo que había tenido que pagar a los padres de las niñas para llegar a acuerdos extrajudiciales.

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El señor Adriano negó haber pagado, pero la tarifa era vox populi: entre 2 mil y 3 mil pesos por himen infantil y los casos mencionados en los corrillos de Santiago, multiplicaban por mucho los únicos dos que habían conseguido llegar hasta los tribunales, aunque se evaporaran allí.

Entre el 1975 y el 1978, el señor Román había protagonizado, además, uno de los episodios más horripilantes ocurridos en Santiago y que conmocionó a todo el país.

El 20 de diciembre de 1977 llevó a su ex esposa, doña Miguelina Llaverías, a una de sus fincas en Villa González, presuntamente para discutir asuntos familiares.

Ya en la finca, Adriano encañonó a doña Miguelina con un arma, la ató y la sometió a golpes y torturas que la justicia y la sociedad conocen parcialmente: armado de un alicate golpeó, hirió, retorció y lastimó los senos y otras partes del cuerpo de la madre de sus cuatro hijos.

Le ordenó a un tipo que estaba en la finca, que la violara y luego la arrastró hasta la calle, herida, torturada y desnuda. Las lesiones fueron de tal naturaleza, que se habló de la posibilidad de extirparle un seno.

De esos hechos, confirmados y confesados por el violador contratado por Román y por el vigilante de la finca, que fue testigo, Adriano salió completamente impune, por los buenos oficios que a su favor interpuso Vincho Castillo (Marino Vinicio), que entonces era su abogado.

Vincho consiguió que el caso fuera trasladado a la capital y allí encasillado con un No Ha Lugar. Hasta el día de hoy se desconoce qué le costó a Román la amable condescendencia de los jueces. Entre los abogados de doña Miguelina se encontraba el doctor Ramón Antonio Veras, quien es el padre de la víctima conocida más reciente de Adriano, el abogado Jordi Veras.

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