El decreto con el Reglamento General de Aplicación de la Ley Orgánica de la Policía Nacional 590-16, sería promulgado el próximo lunes, adelantó este jueves Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus).
El coordinador del grupo de trabajo por la transformación y profesionalización de la Policía Nacional indicó que ya se ha definido un cronograma para que el Consejo Superior Policial comience a ponderar y aprobar los restantes reglamentos policiales, los cuales fueron revisados en su mayoría por el grupo y entregados a la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo.
“A partir de ahora, todas las actividades y actos policiales tendrán que apegarse al mandato de su Ley Orgánica y sus reglamentos, lo que lamentablemente no estaba ocurriendo”, sostuvo Castaños Guzmán durante un encuentro con organizaciones sociales de la región este, en La Romana.
El vicepresidente de Finjus destacó que los reglamentos que ordena la Ley Orgánica de la Policía Nacional tenían 5 años sin ser aprobados.
Asimismo, manifestó que la reforma, transformación o modernización de la Policía debe contar con la participación de la ciudadanía.
Palabras de Servio Tulio Castaños Guzmán, coordinador del grupo de trabajo por la transformación y profesionalización de la Policía Nacional en el encuentro con organizaciones sociales de la región este:
La Romana, 21 de octubre, 2021
Señoras y Señores:
Cuando en abril pasado el Presidente de la República reaccionó, como toda la sociedad dominicana, ante la horrenda muerte de los dos esposos pastores evangélicos en Villa Altagracia, y decidió constituir el Grupo de Trabajo para la transformación y profesionalización de la Policía Nacional, no teníamos una idea clara del curso de los acontecimientos que se sucederían desde entonces.
Como deben suponer, los miembros del Grupo teníamos muchos temores al momento de ser juramentados en esa nueva iniciativa. No fueron pocos quienes nos advirtieron que en este país ese tipo de comisiones se crea cuando no existe voluntad de cambiar algo y que existían muchos precedentes en ese sentido.
Nos dijeron que, por ejemplo, solo en los últimos 20 años la Ley de Policía había sufrido modificaciones en 2003 y 2016, pero que todo el mundo sabe que la organización, estructura, políticas, directrices y la cultura policial no habían cambiado en lo fundamental.
Por todo el país se elevaban voces de ciudadanos expresando quejas sobre el tratamiento recibido en diferentes situaciones o momentos de parte de agentes policiales. También existían preocupaciones por la eficiencia del Cuerpo policial en la persecución e investigación de crímenes y delitos, y lo peor, que existía una gran distancia entre los agentes policiales y las comunidades. Prevalecía la desconfianza mutua y hubo quienes llegaron a decir que algunos agentes eran una fuente de temor en la sociedad.
Pero el Grupo de trabajo no se amilanó. Los 20 miembros del Grupo acordamos mantenernos firmes y comenzamos a organizarnos para cumplir con nuestro compromiso. Formamos subcomisiones, tocamos las puertas de instituciones claves que, de acuerdo a la Ley, debían asesorarnos para realizar las investigaciones necesarias para cumplir con el mandato del decreto 211-21 y comenzamos a andar.
No vamos a hacer un relato extenso de lo que hemos hecho, pero es bueno recordar que a los 100 días de trabajo, el Grupo organizó un acto con el Presidente de la República y de cara al país comenzamos a rendir cuentas. Presentamos el Diagnóstico de la situación de la Policia, realizado por la organización de Naciones Unidas líder en el combate del crimen y el delito con sede en Viena, Austria, a quienes pedimos que, en coordinación con la Policía y con su compañía, buscaran las evidencias de la situación real de ese cuerpo, e hicieran recomendaciones para mejorar sus capacidades, para aumentar su eficiencia y sobre todo, para recuperar la confianza ciudadana en ese órgano, que es imprescindible para la seguridad, para la convivencia pacífica y el desarrollo económico, social y humano de nuestro país.
Basándonos en ese diagnóstico, dimos un paso más y celebramos hace poco el Seminario de intercambio de las buenas prácticas de la reforma policial e invitamos a policías de Colombia, España, Estados Unidos, Canadá, Honduras y Panamá, entre otros, para que intercambiaran sus experiencias con la plana mayor policial, todos los directores regionales, los directores de departamentos claves y los oficiales superiores con responsabilidad de mando en la policía.
Todos esos insumos, producidos por el Grupo de Trabajo, los entregamos al Presidente de la República, quien los estudió y analizó cuidadosamente. El resultado de esta historia ustedes lo conocen: fue el mensaje que dirigió el Presidente de la República a la nación, el domingo pasado, en un hecho que no tiene precedentes en la historia de la seguridad ciudadana en el país.
Podemos decir con propiedad, que el domingo 17 de octubre pasado se inició una nueva etapa en la transformación de la Policia y se abrió una gran oportunidad de convertir la institución policial en una aliada de la ciudadanía en la lucha contra el crimen, el delito, la inseguridad y todas las formas de violencia que acosan al país.
Las medidas que anunció el presidente de la República, basadas en las recomendaciones del Grupo de Trabajo, nos refuerzan la convicción que en esta ocasión el país hará los cambios que se requieren en la Policía, y que los mismos serán duraderos, porque no se limitan a nombrar nuevos comandantes y hacer retoques de tipo cosmético.
Esas medidas buscan, en primer lugar, realizar una evaluación profunda y completa del cuerpo policial, desde la cúpula hasta la base, que pueda determinar si las personas que visten el uniforme policial tienen las aptitudes requeridas para su cargo; si han tenido una trayectoria de servicio adecuada y gozan de credibilidad. Como esto implica un análisis que tendrá consecuencias en cuanto a la permanencia de algunos evaluados en la institución, se ha recomendado que esa evaluación la realice un organismo internacional especializado y con experiencia.
En segundo lugar se están identificando los fondos en el presupuesto nacional que permitan realizar las inversiones que implicará la transformación policial. Para esto es necesario que el Presupuesto policial esté claramente diferenciado entre el presupuesto administrativo, con el que se pagan los salarios y el presupuesto operativo, que permita la compra de equipos de seguridad, dar mantenimiento a los equipos, reparar los destacamentos, adquirir nuevas computadoras y aparatos para procesar toda la información necesaria para combatir el crimen y prevenir los delitos y la violencia.
En tercer lugar el Presidente ha dispuesto que las 7 escuelas o instituciones policiales que trabajan descoordinadas, con doctrinas diferentes y objetivos separados, se conviertan en un sistema educativo que permita que la capacitación, entrenamiento y educación policial estén alineadas a los principios del respeto de la vida y la dignidad de las personas, a la eficiencia de la labor policial y al correcto desempeño de la profesión policial, tanto de los oficiales y comandantes como de los sargentos, cabos y rasos. Fíjense que el Presidente dispuso que a partir de esta reforma, los policías que salgan a las calles a realizar su trabajo profesional, reciban una capacitación que debe ser no menor a un año. Así es como se comienzan a cambiar las conductas inadecuadas y los abusos injustificados.
Y, en cuarto lugar, todo lo anterior será posible porque se van a aprobar los reglamentos que ordena la Ley Orgánica de la Policía Nacional No. 590-16, que tenían 5 años sin ser aprobados. El Presidente promulgará el próximo lunes el decreto con el Reglamento General de Aplicación de la Ley Orgánica y se ha definido un cronograma para que el Consejo Superior Policial comience a ponderar y aprobar los restantes reglamentos policiales, los cuales fueron revisados en su mayoría por este Grupo de Trabajo y entregados a la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo.
A partir de ahora, todas las actividades y actos policiales tendrán que apegarse al mandato de su Ley Orgánica y sus reglamentos, lo que lamentablemente no estaba ocurriendo.
Señoras y señores, Representantes del valiente y esforzado pueblo de la Romana:
Estamos aquí ante ustedes para decirles que todos los miembros del Grupo de Trabajo estamos comprometidos con esta misión y que creemos que no es posible una reforma, transformación o modernización de la Policía sin la participación de la ciudadanía.
Por eso le pedimos a ustedes que desde sus organizaciones sociales y comunitarias se unan a esta causa y persistan en ella hasta que logremos una policía moderna y digna de nuestra democracia.
Vamos a apoyar a esa policía que debe surgir, con los buenos agentes que existen, que son muchos, para que los episodios de dolor que han ocurrido en el pasado, se superen y podamos reconciliarnos entre todos y construir barrios, ciudades y un país con seguridad y paz.