SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En Europa, cada mujer da a luz a 1.6 hijos en promedio. Sin embargo, este promedio oculta variaciones considerables de un país a otro. Las mujeres en España, con 1.26 hijos de media, se encuentran entre las menos fecundas de Europa, mientras que las de Francia, con 1,84 hijos, se encuentran en el extremo superior del espectro. Pero, ¿qué explica estas diferencias entre países?

En un artículo publicado por el portal web The Conversation y de autoría del antropólogo y demógrafo francés Gilles Pison, se estima que la razón por la cual las personas de Europa del norte tienen más hijos que los del sur se debe a mecanismos en las políticas familiares.

“Estas políticas tienen como objetivo ayudar a las familias con niños y permitir que los padres (en particular las madres) trabajen, ya sea a través de subvenciones, permiso parental después del parto y servicios de cuidado para niños pequeños”, explica Pison en su artículo.

Resalta que los gastos asociados con los permisos de paternidad o maternidad son mucho más altos en los países del norte, no tanto por la duración de la licencia, sino por el monto de la paga que es significativamente menor en el sur que en el norte.

A esto se le agrega que  la oferta de servicios formales de cuidado infantil también está mucho más desarrollada en el norte, y la proporción de niños pequeños atendidos por personas que no son familia ni parientes es mucho mayor.

En este sentido, Pison destaca que aquellas políticas familiares no pretenden incrementar el número de nacimientos, sino permitir a los padres conciliar trabajo y familia.

“Estos países buscan en particular promover el trabajo de las mujeres. Las tasas de participación de las mujeres en la fuerza laboral en dichos países pueden ser las más altas de Europa, o incluso del mundo, pero siguen siendo más bajas que las de los hombres. Las políticas de Estado tienen como objetivo reducir estas brechas y, en última instancia, lograr la igualdad de género en el mercado laboral”, dice.

Ese escenario es total diferente y  más desfavorable en Europa del sur, ya que las desigualdades entre hombres y mujeres son más marcadas tanto en lo laboral como en el ámbito privado.

“Sin guardería, es imposible que ambos padres trabajen, y uno de ellos debe dejar de hacerlo. Esto es cierto tanto en Europa como en muchos otros países. Por tanto, las parejas retrasan la llegada de un hijo si no pueden conciliar el trabajo y la familia. Al posponer el momento de tener hijos, algunas parejas finalmente se dan por vencidas”, plantea el autor.

En resumidas cuentas, la gente de Europa del norte tiene más hijos que los del sur debido a que en aquellos países nórdicos existen políticas de familias que apoyan a que los padres y madres puedan mantenerse activos aún se enfrenten a los procesos de la maternidad o paternidad.