Washington, 13 abr (EFE).- Los antiabortistas han ganado terreno en las últimas semanas en Estados Unidos, con la aprobación de leyes en varios estados controlados por los republicanos que penalizan o buscan restringir una práctica legal en el país desde hace 40 años.

"Se están tomando medidas extremas" que están "interfiriendo en derechos personales", denunció a Efe Elissa Berger, de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, en inglés).

En la misma línea, la presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, Nancy Northup, indicó a The Wall Street Journal que se está produciendo "una aceleración increíble en la velocidad y en la amplitud de las restricciones" al derecho al aborto que se están aprobando en algunos estados.

Arkansas aprobó el pasado 6 de marzo una ley para prohibir sin excepción el aborto después de las 12 semanas de gestación, que la ACLU piensa denunciar ante los tribunales para que sea anulada por inconstitucional, según adelantó Berger.

Poco después, Dakota del Norte aprobó la medida más restrictiva de todo el país: la prohibición de practicar el aborto tan pronto como el latido del feto se detecta, en torno a las 6 semanas de gestación.

Mientras, la legislatura de Kansas ha dado el visto bueno a una norma que establece que la vida comienza con la fecundación y reduce los beneficios impositivos a las clínicas que practican abortos.

En Alabama acaba de salir adelante una ley que eleva los requisitos de seguridad para esas clínicas y en Virginia este mismo viernes la Junta de Salud del gobierno estatal aprobó códigos más estrictos de operación para esos centros, muchos de los cuales temen estar abocados al cierre.

La ACLU está realizando campañas estatales para pedir a los políticos, fundamentalmente conservadores, "que dejen de interferir en decisiones que sólo afectan a una mujer, a su familia y a su médico", subrayó Berger a Efe.

Esos políticos "no han entendido el mensaje. Incluso las personas contrarias al aborto no quieren que nadie interfiera", agregó.

A raíz de un fallo del Tribunal Supremo en 1973 el aborto es un derecho garantizado en EE.UU. durante el primer trimestre de gestación, aunque los estados pueden imponer regulaciones a partir del segundo trimestre o incluso prohibir la interrupción del embarazo en el último trimestre, cuando el feto es viable fuera del útero.

El Supremo dictaminó en el caso conocido como "Roe v. Wade" que una ley estatal de entonces en Texas violaba el derecho constitucional al "debido proceso", establecido en la enmienda 14.

El caso fue presentado en nombre de Norma McCorvey, que utilizó el pseudónimo "Jane Roe" y retó a esa norma estatal que permitía el aborto sólo para salvar la vida de la mujer. Entonces 30 de los 50 estados del país tenían leyes similares a la de Texas.

El dictamen del Supremo determinó que la decisión de una mujer a abortar está protegida por su derecho a la vida privada.

Pese a los avances hacia posturas más progresistas en asuntos como la legalización de la marihuana o el matrimonio entre homosexuales, en el tema del derecho al aborto la sociedad estadounidense sigue muy polarizada.

Un sondeo realizado a principios de año por The Wall Street Journal y la cadena NBC News mostró que siete de cada diez estadounidenses apoya que el aborto sea legal.

Pero, según esa misma encuesta, una proporción similar de los entrevistados opina que al menos en algunos casos el aborto debería ser ilegal.

Un total de 16 constituciones estatales protegen el derecho al aborto y en otros cinco estados hay leyes para lo mismo.

El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, está promoviendo una modificación a la ley estatal para que las mujeres puedan abortar incluso en avanzado estado de gestación si hay una razón médica.

Mientras, el estado de Washington, también bajo control demócrata, quiere ser el primero en incluir requisitos para que las aseguradoras cubran abortos dentro de la ley de reforma sanitaria promulgada por el presidente Barack Obama en 2010. EFE