PARÍS, Francia.- La Unesco se mostró hoy preocupada por la decisión de las autoridades turcas de convertir la vieja basílica de Santa Sofía de Estambul en una mezquita y recordó que su pertenencia al Patrimonio de la Humanidad responde a su condición de museo.

La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), responsable de las declaraciones de "Patrimonio de la Humanidad", indicó que cualquier modificación debe ser sometida al escrutinio de sus expertos y no contravenir al valor universal excepcional de todo bien inscrito.

Santa Sofía forma parte de las "zonas históricas de Estambul" y, como tal, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, cincuenta años después de que el Estado turco reconociera el templo como un museo.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, firmó este viernes el decreto que vuelve a convertirla en mezquita.

"La Unesco ha comunicado sus preocupaciones a la República de Turquía en varios correos. Instamos a las autoridades turcas a iniciar un diálogo antes de tomar toda decisión que pueda atentar contra el valor universal del lugar", señaló la organización.

Agregó que toda inscripción en la lista del Patrimonio de la Humanidad conlleva "compromisos y obligaciones jurídicas", que pasan porque el Estado impida "toda modificación que atente contra el valor universal excepcional del bien inscrito".

En caso de que se produzca un cambio, debe ser comunicado a la Unesco y, si fuera necesario, examinado por el Comité correspondiente.

La organización recuerda que Estambul entró en esa lista, sobre todo por ser un ejemplo de "integración única de obras maestras arquitectónicas que reflejan el encuentro de Europa y Asia durante varios siglos".

Además, el acta de inscripción recoge que "Santa Sofía se ha convertido en un modelo para toda una familia de iglesias y, más tarde, de mezquitas".

Por ello, agrega la Unesco, "Santa Sofía tiene un importante valor simbólico, histórico y universal".

Para la organización es imprescindible que las diferentes comunidades puedan tener una participación "efectiva, inclusiva y equitativa" para que se garantice el patrimonio y se preserve su carácter único.

"Esta exigencia sirve a la protección y la trasmisión del valor universal excepcional del patrimonio y es inherente al espíritu de la Convención del Patrimonio de la Humanidad", señaló.

El Gobierno y toda la plana política de Grecia calificaron a su vez de "desafío" la decisión de convertir en mezquita esta antigua basílica bizantina.

La ministra de Cultura, Lina Mendoni, aseguró que la decisión del Tribunal Supremo Administrativo turco de cambiar el estado de la antigua basílica ortodoxa y desde 1934 museo es un "desafío evidente a todo el mundo civilizado que reconoce el valor único y la universalidad del monumento".

ISLAMIZAR EL TEMPLO Y RETROCEDER SEIS SIGLOS

La decisión de la corte es el "resultado de la voluntad política" del presidente, Recep Tayyip Erdogan, y "confirma que no hay justicia independiente en Turquía", sobre todo cuando el mismo tribunal rechazó el intento de islamizar el templo hace tan solo unos años, señaló Mendoni tras conocerse el veredicto del tribunal.

A su juicio, el nacionalismo mostrado por Erdogan hace retroceder a su país seis siglos.

No obstante, recalca que por mucho que el máximo tribunal haya cedido ante el presidente y este haya optado por "aislar Turquía culturalmente" Santa Sofía no pierde su "glamour y su mensaje universal".

En términos similares se expresó por parte del principal partido de la oposición, la izquierdista SYRIZA, el exministro de Exteriores Yorgos Katrúgalos.

Aseguró que cualquier intento de alterar el actual carácter de Santa Sofía convirtiéndola en una mezquita "es un desafío directo, es inaceptable y no se adapta a un país que respeta sus obligaciones internacionales".

"Socavará el diálogo interreligioso entre cristianos y musulmanes y fortalecerá las teorías inaceptables de un choque de culturas", dijo Katrúgalos en un comunicado.

Santa Sofía o Hagia Sophia fue construida por el emperador romano Justiniano I en los años 532-537 en el lugar de la antigua catedral de Constantinopla, destrozada por un incendio.

Es famosa por su enorme cúpula, considerada como el paradigma de la arquitectura bizantina, que sirvió de modelo para la construcción de la mezquita de Sultán Ahmed, también conocida como la Mezquita Azul.

Hasta 1453, cuando los otomanos conquistaron la ciudad, fue la sede del Patriarca de Constantinopla -con la excepción del periodo 1204-1261 cuando la capital bizantina estuvo ocupada por los cruzados-; a partir de entonces y hasta 1934 fue su principal mezquita.

En 1934 el presidente turco Mustafa Kemal Atatürk, la convirtió en museo. EFE