SANTO DOMINGO, República Dominicana. – A ritmo de merengue una multitud acudió a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) para dar las felicitaciones al expresidente Leonel Fernández, tanto por las fiestas navideñas como por celebrar su 65 cumpleaños.

“Yo vengo todos los años porque cuando él era presidente me suplía bendiciones”, dice Carmen Ramírez, residente en María Auxiliadora y presidenta de mesa, vestida con camiseta y gorra del PLD.

Mientras unos hacían yuca afuera en una fila organizada, otro grupo esperaba al exmandatario en un salón dentro de la institución. Allí, entre el murmullo de los presentes y el trajín desesperado de la seguridad del lugar, un grupo de mariachi se preparaba para cantar junto a un bizcocho de cuatro pisos.

En miras de un Leonel que aspira al puesto nueva vez, la cantidad de personas concurriendo al lugar aumentó con relación años anteriores.

“Viene mucha gente. Me imagino que este año será mayor la cantidad que todos los años”, decía una de las encargadas de protocolo en el encuentro.

A las 10:15 de la mañana se escuchó la voz del mariachi con el primer tema de todos los que le tocaría cantar hasta que la multitud de políticos terminara de dar felicitaciones. “Estas son las mañanitas que cantaba el rey David…” y por ahí siguió la cosa.

“Agárreme ahí para que me tome una foto cuando yo lo salude”, pedía uno de los ensacados que esperaba con ansias la salida de su líder.

Unos minutos después salió Fernández con una ronda de aplausos que decantó en una tortuosa “fila” para saludarle. Sólo quejas se escuchaban en el salón mientras trataban de forzar el tumulto para acercarse.

De altos cargos políticos, ancianos y con hijos de la mano; con olor a ron algunos y con mentas Halls en la boca otros que ya se aproximaban al dirigente; todos hacían fila para verle.

La multitud le sigue, aunque consciente de que los valores que promueve el partido que representa no son los mismos que los de su fundador Juan Bosch. Así lo confirma Josefa Martínez, mujer de 70 años que fue la cocinera del profesor por 28 años y se encontraba en la fila de afuera.

“No los tiene, los valores, pero nosotros podemos hacer renacer los ideales con una política de educación y respeto, no de poder”, Josefa Martínez.