El prestamos para el remozamiento de la zona colonial es importante. Y estoy de acuerdo. Pero este gobierno a mostrado un nivel de corrupción sin precedente en la historia del país, y hay que evitar por todos los medios que dispongan de dinero prestado para hacer cualquier travesura electoral sin importarle un carajo las consecuencias.

Para perpetuarse en el poder los danilistas usaran todo el dinero que este a su alcance, incluyendo recursos externos para la zona colonial, la salud o la educación. Un gobierno que ha endeudado al país con nuevos prestamos desde el 2013 por un monto de US$24 mil millones, no merece confianza, ni respeto, ni consideración para soltarle un centavo más cualquiera que fuera la fuente de financiamiento o su destino.

En el 2012 la deuda consolidada del gobierno era de US$27,131 millones y a mitad del 2019 ya va por los US$47,513 millones. Algo insólito e irresponsable porque una parte de ese dinero se ha usado para cubrir los gastos mas absurdos que usted se pueda imaginar. Desde comida en restaurantes hasta campañas políticas, adquisiciones de bienes y obras de infraestructura que están empapadas de corrupción. Desde el año 2000 a la fecha la deuda creció 969%.

DEUDA CONSOLIDADA DEL GOBIERNO (INCLUYE BCRD)

Fuente: Cress

No hay una compra, una obra, o una contratación de servicios gubernamental que no involucre un pago de comisión. Y peor aún, esa comisión se duplica cuando se les exige a los proveedores y contratistas sobornos adicionales para recibir su pago después de sufrir meses de atrasos.

Entonces es correcto que el Congreso Nacional represe todas las operaciones de préstamos hasta que un nuevo gobierno se instale.

Hay algunos prestamos que están justificado. Ese no es problema. El problema es que un país no puede endeudarse a tal punto que aquí casi nada se mueve si no es con dinero de los bonos soberanos, de los préstamos de la banca multilateral o de los bancos locales.

El país va a explotar si seguimos esa lujuria de que, para asfaltar calles, hacer un camino vecinal, un puente sobre un rio en Cotuí o simplemente un estudio o evaluación del sector eléctrico donde se han despilfarrado US$5 mil millones en politiquería, corrupción y malas inversiones, hay que pedir dinero prestado.

El nuevo gobierno debe priorizar muy bien a quien se va a beneficiar con nuevos préstamos, a que tasa nos vamos a endeudar (el gobierno paga tasas de interés más alta que cualquier empresa privada y el doble que Panamá en bonos soberanos), el plazo, las condiciones de adjudicación (para que no ocurra lo que aconteció en Obras Publicas bajo la dirección del Penco Gonzales con la compra de asfalto), y ante todo la transparencia en los concursos públicos.