Aire, aire.
no una brisa sino un torbellino de aire,
aire, aire …
que se lleve a los monstruos
que se han hecho dueños
de todos los sueños
que fueron razón.

Aire, aire,
aire de vendaval que revuelva el aire,
aire, aire
aire airado que arrastre
esta larga locura
que escupe basura
cuando habla de honor[1].

Es que es increíble que una pelea entre dos hombres; una pelea para definir quién se queda con el poder, quién es el dueño del trono, cuál es el “buey que más jala”, haya quienes hagan uso de supuestos o reales comportamientos de mujeres. No, señores articulistas: a Leonel y a Danilo no es se les están viendo los panties y no están peleando como “lavanderas de patio[2]”. Están peleando como hombres.

Como hacen los hombres cuando en sus casas agreden a sus compañeras de vida, las golpean y las matan. Y no me digan exagerada: las estadísticas están ahí para demostrarlo. Naciones Unidas ha afirmado que en 7 de cada 10 hogares hay violencia y que en más de un 90% de los casos es de los hombres hacia las mujeres (aunque nos estamos cansando…).

¿Cómo usted puede catalogar ese pleito como: “…una lucha sorda de orgullos; el de Leonel: posado, impenetrable y obstinado; el de Danilo: desconfiado, intrigante y rencoroso[3]” y, al mismo tiempo, decir que se le están viendo los panties? Pues no, no es cierto. Se le podrá estar viendo su poco sentido de la historia, de la trascendencia, del ser “político” que está supuesto a velar por el interés general de la ciudadanía y a vivir desde una ética de servicio lejana a la corrupción, la demagogia, el sectarismo y la incompetencia. Se supone que la política es la ciencia, la actividad, el arte de gobernar y organizar las sociedades especialmente los Estados para cumplir su principal obligación jurídica que es garantizar los derechos de las personas.

Poner a un país en zozobra, estar sacándose y socaliñándose en público si te apoyaron o no; hablar de agradecimientos personales e individuales. Eso no es pelear como mujeres. Podría ser evidenciar que su trabajo partidario no estaba encaminado al bien social, sino a individuos. O sea, personalizando el trabajo colectivo y reconociendo que su hacer político está marcado por el yo te doy y tú me das.

No es cierto que han perdido la ecuanimidad como “vecinas”. Los pleitos de vecinas, cuando ocurren, se dan sus mojicones o se dicen lo que tengan que decir de frente y, tan pronto lo dicen, resuelven la situación. No andan por ahí involucrando a todo el mundo en sus asuntos, ni gastando fondos públicos para hacer ganar a nadie en campañas electorales.

Por favor si van a criticar al presidente Medina y al ex presidente Fernández porque no pudieron colocarse por encima de sus rencillas personales, de sus odios ancestrales, de sus celos, de sus egos, de quién hizo qué, no los comparen con mujeres. Entren al Observatorio de Seguridad Ciudadana y se darán cuenta que quienes se matan en riñas pendejas, por cualquier disparate, son los hombres. Quienes pelean desde la irracionalidad más absoluta y sacan pistola a cada momento son los hombres, no las mujeres.

Me permito recordarles que una mujer en ese mismo partido, con una alta tasa de popularidad y una casi nula tasa de rechazo, fue ignorada por ambos “líderes” para la candidatura presidencial, ¿Por celos, por egoísmo, por no reconocer su trabajo, por machismo? ¿Por qué les duele que, aunque ella no tenía  “historia” en el partido, desde que llegó a posiciones públicas se ha granjeado el cariño y la admiración de muchísima gente?  Ella debió ser la candidata, sin pleitos y sin primarias. Nos hicieron gastar todo el dinero del mundo (y un chin más), para terminar en denuncias de fraude.

Creo que la labor de la vicepresidenta al frente del Gabinete de Políticas Sociales es un trabajo que no se ha publicitado todo lo que debería: sistemático, organizado, bien pensado, articulado, que llega a muchísima población y que tiene una visión de integralidad. Lo que no implica que comparto sus posicionamientos políticos.

Ahora bien, en todo este proceso ha sido la más ecuánime, la más serena, la más prudente. La vicepresidenta Margarita Cedeño ha demostrado cómo es que las mujeres asumimos las crisis. A pesar de eso, los hombres que están escribiendo artículos sobre el pleito entre dos hombres, siguen diciendo que pelean como si fuesen mujeres “chismosas”. Pues no, caballeros. Insisto en decirles, son pleitos de hombres, machos que solo están pensando en ellos y no en el país, por más que digan lo contrario.

Aspiro a que reaccionen, a que no nos hagan vivir hasta las elecciones del próximo año en un permanente sobresalto. A que el presidente se dedique a aprovechar estos meses que le quedan para gobernar bien, que es la mejor campaña que puede tener el candidato que apoya. Y que Leonel se dedique a trabajar por su nuevo partido, iniciando su nuevo proyecto con alegría y no con el “pique” de que lo “obligaron” a irse. Que ambos y sus propios partidos fijen la mirada en las mujeres y, en esta coyuntura, en una que tienen a su lado, que ha demostrado eficiencia y que tiene muchos votos en la ciudadanía.

Digo esto sabiendo que puede parecer que soy del “equipo” de la vicepresidenta, no es así. Hace 20 años que me aleje de la política partidaria. Solo soy una mujer reconociendo el trabajo de otra mujer, en unos partidos llenos de hombres que se asumen “todopoderosos” y recalcando que cuando los hombres dan estos tristes espectáculos lo hacen desde su “hombría y su machismo”. Así que repito una vez más, no lo hacen como mujeres.

Y haréis justicia.

[1] Aire Aire, Canción de Luis Eduardo Aute

[2] AM. Historias sin Verdades, Adriano Miguel Tejada, Diario Libre 24.10.2019

[3] Artículo de José Luis Taveras, Diario Libre https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/cuando-la-pelea-deja-ver-los-panties-AM14903047