“El niño pequeño convierte en juego todo lo que hace”
J.L. Stone y J. Church
El juego es una de las actividades más antiguas que existen y los niños de todas las épocas han disfrutado de jugar, siendo esta una experiencia universal a la que cada pueblo ha dado su toque individual y lo ha hecho propio. Los juegos se han convertido en parte importante de las distintas culturas y una forma de transmisión de costumbres, ideas y tradiciones de generación en generación. Pero es mucho más que una simple actividad de diversión. Es una actividad importante para la maduración y adaptación de las personas.
¿Estamos sacrificando el tiempo de juego que los niños necesitan?
Si la actividad promueve… Exploración, creatividad, resolución de problemas, comunicación, pensamiento crítico y lógico, la capacidad de escuchar y observar, tomar decisiones, observación, documentación, investigación, descubrimiento, demostración de aprendizaje, tomar turnos, aprendizaje de y con otros… vale la pena
Lamentablemente si. Ya sea por la presión académica, por exceso de actividades extracurriculares o por el estilo de vida que llevamos, los niños pasan cada vez menos tiempo jugando e interactuando con otros. El tiempo frente a pantalla ha aumentado y es frecuente ver niños desde muy temprana edad utilizando todo tipo de dispositivos. Es necesario preguntarse y observar lo que realmente están haciendo y aprendiendo mientras realizan cada actividad, incluyendo el uso de herramientas tecnológicas. Es recomendable ofrecer alternativas, otras oportunidades y actividades en las que pudieran participar, desarrollar y aprender en contacto con lo que les rodea de manera concreta e interactuando consigo mismos y con otros.
Es triste cuando los propios adultos minimizan los beneficios del juego y priorizan “el trabajo” o las actividades dirigidas a logros académicos desde temprana edad en los hogares y en las escuelas, forzando a los niños a repetir, memorizar, leer, escribir, sumar y restar sin necesariamente estar listos, sacrificando el tiempo de juego en el cual se aprenden muchas de estas habilidades de manera espontánea y significativa.
El aprendizaje más valioso es aquel que se produce a través del juego
El desarrollo y aprendizaje infantil están directamente vinculados al juego, ya que es la actividad natural y espontánea de todo niño. Jugar proporciona experiencias que permiten descubrirse a si mismo, a los demás y el medio que le rodea, desarrollando la capacidad de vivir en sociedad, de resolver problemas, de comunicarse y expresar necesidades, ideas, sentimientos, intereses y opiniones, así como de crear, aprender de los errores, perseverar, entre otras muchas habilidades para la vida. A esto se añade que el juego produce gran placer y puede ser terapéutico.
El juego tiene una función educativa y es la estrategia pedagógica por excelencia en la etapa infantil. Debería ser más utilizada en todas las etapas, incluso con adultos. Jugar promueve el desarrollo de habilidades motoras, mentales, sociales, afectivas y emocionales. Facilita la construcción y reestructuración progresiva de nuestros conceptos sobre el mundo.
“El juego no es solo generador de importantes aprendizajes, es un derecho y una necesidad biológica de nuestros niños; es a su vez una actividad catalizadora de importantes hitos del desarrollo humano”(Gonzalez, W. y Victor, A. 2019)
Es por esto que todo padre y educador necesita comprender la importancia y los beneficios del juego, los nuevos enfoques y descubrimientos sobre esta herramienta poderosa de aprendizaje. Debe saber y poder implementarlo de manera apropiada, asegurando el uso efectivo de juguetes, recursos y el diseño adecuado del ambiente para el desarrollo sano de los niños y jóvenes.
El juego es aprendizaje de y para la vida
Fuente:
Gonzalez, W. y Victor, A. (2019) Reflexiones de la educación inicial en el mundo posmoderno: ¿Cuándo jugarán los niños? en: OEI. La educación dominicana al 2021: reflexiones, planteamientos y experiencias. Recuperado en: https://oei.org.do/uploads/files/news/Oei/314/af-libro-educacion-2021-web.pdf