Si el lector supone que tengo una posicion contraria a la que asume en estos momentos el PLD, tiene toda la razón, y debido a eso no me imagino votando por una candidatura de ese partido, por pura cuestión de compromiso con la historia y con la verdad.

Pero eso no significa que todo sea malo, ni tampoco niega la existencia de personas honorables y valiosas, y que mantienen su militancia a pesar del abandono grosero de los ideales que se enarbolaron al principio. Margarita Cedeño se encuentra en ese grupo, y representa lo que Peña Gómez habría definido como ‘peledeismo de las luces’.

Siempre me llamó la atención su insistencia en trabajar el tema de valores, y hasta coincidí una que otra vez en actividades que se promovieron en esa dirección, aunque siempre tuve y tengo una frontera infranqueable, y es que los valores no tienen sentido si no se acompañan de una praxis real, y hasta puede ser perjudicial hablar de ellos en el aire y sin acompañarlos de ejemplos concretos. Pero, admito que ella nunca ha tenido un puesto público con poder para demostrar una intención diferente.

Nunca pude hablar con mi amigo Marcos Martinez, de Santiago sobre aquella acusación temeraria de tener una cuenta en dólares en un banco en Europa, pero, debo admitir que su reacción sería la correcta para una persona que se siente legítimamente ultrajada en su dignidad. Es decir, le dio carácter al asunto y -aparentemente- lo llevó hasta sus últimas consecuencias para aclarar su honradez.

Rechazo ese papel casi romántico que se hace con la posición de primera dama, pero, al mismo tiempo debo admitir que doña Margarita ha hecho más bien que mal, que no se la puede acusar de malversación, y que ciertamente ha hecho muchos, muchos bienes, aunque sea con dinero ajeno, y aunque esa no sea la manera institucional de resolver los problemas de los desposeidos.

Me ha sorprendido, y lo debo reconocer, verla escribiendo artículos en el periódico, quizás otro se los escribe, pero selecciona temas y los desarrolla con bastante propiedad, y hay que darle el beneficio de la duda para admitir que probablemente los escribe ella misma, de su puño y letra.

Lo más impresionante para mi es su papel como alternativa presidencial, aunque todavía no se pueda hablar de candidatura. La verdad es que la doña habla con propiedad, hasta con cierto aire de estadista, y responde directamente a los periodistas, algo que Leonel y Danilo rehuyen como el diablo a la cruz, y luce con todas las destrezas que se pudiera requerir para un mujer llegar a ser la primera presidenta de la República.

Repito, no es que me guste como candidata, y mucho menos por un partido con tantas sombras como el PLD, pero ante una contienda enturbiada por ex presidentes con más colas para cortarles que una chichigua, y con unos cantidatos de la oposición que no acaban de arrancar, Margarita luce atractiva, y hay que prestarle atención.