Quien nombra el tiempo, lo comprende y se regocija desgastándose en este. Quien guarda silencio sobre el tiempo, tan sólo se desgasta en este” (Merejo, Conversaciones en el lago. Narraciones filosóficas, p. 134)
El filósofo Safranski (2017) explica cómo en la perspectiva anterior a la Edad Moderna “tenía validez lo acreditado, la tradición; mientras fuera posible, nadie quería alejarse de ella y cuando había una innovación, ésta era interpretada como restablecimiento de lo antiguo. En cambio, la Edad Moderna se centra en la innovación y no en la repetición; es el tiempo de los incipientes”. (P.54).

Nuestro tiempo cibernético no se queda en la evolución de un conjunto de redes tecnológicas y de comunicación digital, sino que también ha experimentado cambios innovadores y disruptivos. Como es el caso de las redes de dispositivos tecnológicos que van desde la primera hasta la quinta generación.
El sistema cibermundo no se había configurado cuando apareció la primera generación de dispositivos móviles a fínales de la década del 70 del siglo XX. Su espacio virtual (ciberespacio) colindaba con el teléfono hogareño, en cuanto a lo analógico, uso de voz, contrario a la 2G, que emerge en los noventa de ese mismo siglo en el plano de lo digital y que entra a formar parte de las interconexiones, amplitud y velocidad en el proceso de la construcción del ciberespacio. Los dispositivos 2G no solo implicaban la voz, sino también el mensaje (SMS) y abrió la puerta a las redes móviles (internet móvil) de la 3G, configurándose desde el móvil conexiones de redes con acceso a las aplicaciones de videos y transmisión de datos ciberespaciales que fueron edificando el mundo tecnológico digital y dándole una velocidad vertiginosa.
Con relación al 4G, este dispositivo ha sido de más velocidad que todas las anteriores y fue el que introdujo la TV en alta definición y la videoconferencia. Sin embargo, con la llegada del 5G, la velocidad se acelera de manera extraordinaria. Esta es de más velocidad que la 4G y que de acuerdo Cerezo, et al (2018, P.5):
Las redes 5G también reducirán prácticamente a cero el tiempo de retraso entre los dispositivos y los servidores con los que se comunican, la denominada latencia (…)será más rápido, más inteligente y consumirá menos energía, lo que permitirá su aplicación a una gran cantidad de nuevos dispositivos inalámbricos –sensores, termostatos, electrodomésticos, herramientas, vehículos (…).5G tiene el potencial de ofrecer velocidades hasta 40 veces más rápidas que 4G, lo suficientemente “veloz” para transmitir video “8K” en 3D o descargar una película 3-D en aproximadamente 6 segundos (en 4G, tomaría 6 minutos).
En estos tiempos en que nos aproximamos a redes 5 G, el sujeto cibernético de aprendizaje será más autónomo, tendrá más capacidad para el manejo de su estudio e investigaciones y vivirá en Tecnología de Aprendizaje y Conocimiento (TAP) más interactivo y distante para reflexionar y poder entrar en el proceso de la Tecnología de la Participación y el Empoderamiento (TAP).
(1). Extracto de mi conferencia “El sujeto cibernético en los entornos virtuales de aprendizaje” en el III Congreso Internacional de Tecnologías en la Educación, celebrando en Université Paris Diderot. París, Francia ( GKA EDUTECH, Mayo 2019),