Antes de continuar con el relato de la génesis de EDUCA, nos permitimos reproducir el  texto del aludido documento presentado hace 25 años por el Ing. Gustavo Tavares Espaillat al Consejo de Directores de APEC en su retiro en Puerto Plata, y que prácticamente dábamos por perdido. Su contenido no requiere de glosa.

LA SOCIEDAD DOMINICANA ESTA EN CRISIS.

No me refiero a la crisis provocada por el colapso de la CDE, el desorden fiscal y monetario que nos abate, ni los demás problemas diarios que nos agobian desde hace varios años, y que bien cierto son muy preocupantes.

La principal causa raíz de estos apremiantes problemas es el colapso de la instrucción primaria en nuestra sociedad y el retroceso del nivel de educación general de nuestra población, agravados por el aumento en la densidad demográfica de nuestra isla.  El abandono y colapso de nuestro sistema educativo básico contrasta con los enormes avances logrados en las sociedades desarrolladas en el siglo que ha transcurrido desde que Hostos y sus coetáneos dieron el impulso inicial a la enseñanza primaria en el país, por lo que nuestro retraso relativo se hace mucho más grave en un mundo cambiado por la propagación de complejas tecnologías que requieren de una siempre mayor preparación intelectual para su manejo y aprovechamiento.

Ante la seriedad de esta crisis, debemos abocarnos a tomar el liderazgo en la urgente búsqueda de soluciones para dotar a la sociedad dominicana de un adecuado sistema de instrucción primaria, como primer paso hacia la reforma de todo el sistema educativo nacional.

A continuación me permito lanzar tres ideas concretas sobre proyectos que debemos emprender a la mayor brevedad.

1)    Una campaña sostenida para “concientizar” a las fuerzas vivas de nuestra sociedad sobre la necesidad de dedicar mayores recursos tanto monetarios como humanos en la enseñanza primaria de todos los ciudadanos, sin importar su capacidad de pago por estos servicios, como única forma de desarrollar nuestros recursos humanos para el bien común.  Esta campaña debe llevar eventualmente a la convicción popular de que es responsabilidad del Estado (sociedad) garantizar a cada ciudadano una educación que le permita ser productivo para la colectividad en la medida de su capacidad intelectual y física.

2)    Canalizar esfuerzos y recursos del sector privado y el Estado en la

Formación de nuevos maestros y el perfeccionamiento de los maestros existentes para mejorar la educación primaria de los que normalmente la reciben y extender la cobertura de la instrucción básica a los miles de ciudadanos que actualmente carecen de ella.  Promover la creación de escuelas normales y un sistema de certificación que avale la idoneidad de maestros especialmente preparados para la enseñanza primaria.

3)    Promover mediante legislación levantar localmente y obtener los fondos

internacionales, y cualesquiera otros medios para adecentar los salarios y aumentar los ingresos de los maestros primarios a un nivel conmensurable con la delicada tarea y alta responsabilidad que los maestros debidamente preparados y certificados deben asumir.  Trabajar para garantizar que los recursos invertidos en la preparación de maestros sean  debidamente aprovechados, y que estos luego no se dediquen a ser camareros por no percibir la remuneración debida por sus labores docentes.  Quizás un primer paso sería promover el establecimiento de un salario mínimo para los maestros primarios públicos y privados expresado en relación al salario mínimo nacional, por ejemplo, 50% por encima del salario mínimo en el sector privado.  De lo contrario los esfuerzos por perfeccionar los conocimientos de los antiguos y formar nuevos maestros certificados serán borrados por las fuerzas del mercado laboral, como sin duda ha ocurrido hasta la fecha.

No es factible realizar la urgente tarea que debemos emprender con demagogia y espíritu partidista, por lo que necesariamente la iniciativa y el liderazgo debe provenir del sector privado hasta tanto la sociedad haga debidamente conciencia y el Estado pueda asumir la responsabilidad que le corresponde de garantizar una óptima instrucción pública para todos los ciudadanos.

Por eso este llamado a la acción en las tres vertientes que nos permitimos sugerir como prioritarias y una última sugerencia, que es la de enlistar la colaboración de la Iglesia Católica en este empeño, pues esta institución ha tenido y mantiene una importante participación en el campo de la educación y cuenta con importantes recursos físicos y humanos que sin duda coadyuvarán en la apremiante tarea que nos proponemos.

La crisis es profunda, pero si tenemos la voluntad de emprender el liderazgo, nuestros nietos verán la luz al final del túnel.

PALABRAS DE GUSTAVO A. TAVARES ESPAILLAT ANTE LA JUNTA DIRECTIVA DE ACCION PRO-EDUCACION Y CULTURA, INC., APEC, EL SABADO, 18 DE JUNIO DE 1988