Ha vuelto al tapete la preocupación ciudadana por el Seguro Familiar de salud, en su régimen contributivo. Valiosas contribuciones periodísticas han destacado la inquietud ciudadana por la denegación de servicios por parte de las ARS lucrativas, elevados costos de intermediación y copagos, y porque en definitiva las promesas de un mejor servicio, menos oneroso para el presupuesto familiar, se siente lejos, mientras se percibe a los intermediarios financieros engordando sus beneficios y afanadospor elevar aúnmás el per cápita y las cotizaciones de trabajadores y empleadores, con la complicidad de órganos reguladores.
El Sr. Ministro de Salud Públicadestacó que los elevados costos de intermediación por las ARS encarecen los servicios y no aportan ganancia alguna a los beneficiarios. Un directivo de las ARS, generalmente sobrio en sus expresiones, se salió por peteneras y embistió con agresiones desmedidas y un tanto irrespetuosas al Ministro, quien respondió planteando que el Congreso debe revisar el papel de las ARS. Pocos días después desde el patio del Congreso sonaba el timbre de llamada invitando públicamente a las ARS a una conversadita sobre el tema. La pista parece estarse calentando.
Lo cierto es que hay mucha insatisfacción de la ciudadanía, hastiada de denegaciones de derechos y servicios, de telefonistas que más parecen haber sido capacitadas para negar derechos que para facilitarlos. Hay centrales telefónicas de confirmación casi imposibles de acceder para una consulta, hasta que el beneficiario se cansa y decide pagar de su bolsillo. Algunas ARS obligan a sus afiliados a desplazarse muchos kilómetros desde ciudades pequeñas, en forma personal, para autorizarle servicios, ocasionándole a veces más gastos de lo que cuesta el servicio mismo. Hay emergencias que contraviniendo la ley no son autorizadas y clínicas y hospitales que cargan a los beneficiarios. El rosario es largo.
Para ser justos, no todo es responsabilidad de las ARS lucrativas, se les pega por su mala imagen. Parte de los problemas devienen de que el PDSS fue aprobado por un año y ya tiene más de 3 años sin ser evaluado ni regresar al Plan Básico de Salud que establece la ley. Parte del problema es que los órganos reguladores han olvidado su principal responsabilidad de velar porque los afiliados reciban sus beneficios satisfactoriamente. Otra parte se origina al no haberse desarrollado los servicios de primer nivel de atención previstos en la ley y la atención se concentra en servicios de alta complejidad y costo, sin que esto represente reales beneficios adicionales.
En el diseño del Seguro Familiar de Salud contributivo definido por la Ley 87’01, las ARS fueron introducidas como intermediarios, para hacer realidad el principio de la "competencia regulada" o "managedcompetition" o "mamagedcare", como lo llaman en inglés. La idea es que en un sistema basado en el mercado, los consumidores (beneficiarios) tienen poca fuerza para negociar con los proveedores (servicios) las mejores condiciones financieras y de calidad en los servicios. En este contexto, se requeriría un intermediario que en nombre de un colectivo de afiliados, pueda negociar y obtener mejores condiciones y calidad, y velar por la adecuada prestación de los mismos. Aunque a muchos parezca increíble, la teoría que sustenta este modelo de mercado sostiene que las ARS representan los intereses de los beneficiarios.
En los hechos, y esto no solo ha ocurrido en nuestro país, los intermediarios se constituyeron como empresas lucrativas, cuyo legítimo interés es el máximo beneficio……para sus propietarios.No son entidades sin fines de lucro. Son aseguradoras, con los mismos intereses y racionalidad que cualquier otra aseguradora. Entonces, cuando entra en conflicto el interés de lucro de los socios propietarios con el interés de los beneficiarios, no es difícil imaginar cual pierde.
Tal vez una de las cosas que necesitamos cambiar en la Ley 87-01, si se mantiene el diseño de mercado, es que las ARS se constituyan como entes sin fines de lucro. El Sistema de Seguridad Social es un sistema de carácter público, así lo define la ley y así es necesario por su importancia y trascendencia estratégica. Su papel no puede estar subordinado a los márgenes de ganancia de empresas privadas. El papel de las ARS debe ser negociar a nombre de sus afiliados y defender sus intereses. Pero para poder hacerlo, deben ser creíbles en este interés social, fuera de sospechas de intereses mezquinos particulares. Solo entes sin fines de lucro podrían lograrlo.
Vamos a pensar un poco sobre esto. Necesitamos rescatar el Seguro Familiar de Salud para el bienestar público. Tal vez este sea una posibilidad para comenzar a desbrozar este camino que se nos ha vuelto un espinoso cambronal.